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Miércoles, 30 de abril de 2008
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Iron Man, de John Favreau

El héroe y su enemigo interior

Por Juan Pablo Cinelli

La paz es tener el garrote más grande que el otro. Este postulado, que bien podría ser un extracto del Diccionario del Diablo del escritor norteamericano Ambrose Bierce, es la ironía que elige Tony Stark para definirse como pacifista. Millonario seductor y narcisista, él es dueño y cerebro de Industrias Stark, sofisticada fábrica de armamento y principal proveedor del ejército norteamericano, aunque sólo le interese ganar dinero, sin importar quiénes serán las víctimas. Pero su mundo perfecto se quiebra: después de montar un show en el desierto de Afganistán para presentar su nueva línea de misiles primavera-verano, Stark es secuestrado por una célula terrorista (y árabe), que por esas cosas de la vida está equipada con productos Stark.

Como cada personaje de Stan Lee –Spiderman, X Men, Hulk y otros–, Tony Stark deberá derrotar primero al enemigo interior (en este caso, él mismo y su falta de ética), para luego poner su poder al servicio de la comunidad. Forzado al lugar común del victimario devenido víctima, Stark puede ver el daño que ha causado y reconocer que otro no es sinónimo de enemigo, como se desprende de su máxima inicial. Pero se encontrará con que Obadiah Stane, su socio, no comparte sus nuevos ideales y que su leal secretaria Pepper Potts también es una mujer. Iron Man cumple sus promesas: escenas de acción intensas, aunque no muchas más de las ya vistas en los trailers, infaltable dosis de humor, un poco de romance y pinceladas de la cenicienta; malvados calzando turbantes, banda de sonido rockera y el cameo de rigor para Stan Lee, esta vez playboy entre rubias. Buen desempeño de Robert Downey Jr. en la piel y la coraza del héroe y un Jeff Bridges capaz de hacer verosímil su personaje bipolar. Por supuesto que también estará en lo cierto quien crea que de esta suma de fórmulas sólo se puede obtener una película algo esquemática. Pero está claro que la repetición de recetas exitosas es uno de los recursos que explotan las películas de género. Tanto es así que nadie se sorprenderá cuando en algún momento Tony diga “Yo soy el Hombre de Hierro” y de inmediato comiencen a sonar los clásicos acordes de Black Sabbath.

7-IRON MAN: EL HOMBRE DE HIERRO

Estados Unidos, 2008.

Director: John Favreau.

Música: Ramin Djawadi.

Intérpretes: Robert Downey Jr., Jeff Bridges, Gwyneth Paltrow, Terrence Howard.

Incluye canciones de Black Sabbath, Suicidal Tendencies y otros.

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