Sin duda, Emilio Pettoruti fue el artista argentino que tuvo la m谩s estrecha y prolongada relaci贸n con el futurismo italiano, m谩s all谩 de que nunca haya adherido a sus postulados. Desde sus primeros a帽os de becario en Europa, y en Florencia, trab贸 amistad con Carlo Carr谩 y frecuent贸 al grupo de la revista Lacerba. En un temprano viaje a Roma conoci贸 a Giacomo Balla, a quien admir贸 toda su vida y expresamente le reconoci贸 鈥揷on o sin raz贸n鈥 haber sido el primer pintor abstracto de la historia. Mantuvo una extensa y ambivalente relaci贸n con Marinetti, a quien neg贸 su afiliaci贸n a la corriente, pero ocult贸 sus obras cubistas, exponiendo pinturas de la d茅cada anterior, cuando el pope visit贸 Buenos Aires en 1926 y los muchachos de Mart铆n Fierro lo homenajearon con una muestra en Amigos de Arte.
Su fraternal amistad con el autor y cr铆tico teatral Anton Giulio Bragaglia tambi茅n est谩 registrada en repetidas oportunidades en su autobiograf铆a, El pintor frente al espejo, desde su estad铆a en Italia, pasando por el viaje a Par铆s, donde vuelven a encontrarse, hasta casi los p谩rrafos finales de las memorias, donde Pettoruti se congratula de la llegada de su viejo amigo a Buenos Aires, en uno de los viajes que har铆a a estas tierras.
Aun en su 茅poca abstracta, Pe-ttoruti mantuvo lazos con la corriente italiana: en los 鈥60, no s贸lo realiza un enorme mural para la instituci贸n chaque帽a El Fog贸n de los Arrieros (hoy en la Gobernaci贸n del Chaco), en base a dise帽os futuristas de la d茅cada del 鈥10, sino que anticipa una foto de esa obra y colabora hasta su muerte con la nost谩lgica revista Futurismo Oggi, dirigida por Enzo Benedetto, que se public贸 hasta los 鈥80. El dato curioso es que la relaci贸n se prolong贸 post-mortem, ya que existe correspondencia (Repositorio: Fundaci贸n Pettoruti) entre 茅ste y la hermana preferida de Emilio, Carolita, a quien le pide que figure, en representaci贸n de la familia, en la Comisi贸n de Homenaje al Centenario de Marinetti, cosa que ella acepta.
Por eso no es de extra帽ar que, cuando Natalio Botana lo conoce y le encarga que escriba una columna sobre pl谩stica para el diario Cr铆tica, cosa que se concreta durante el primer semestre de 1927, casi la mitad de los artistas abordados por Pettoruti pertenezcan o hayan pertenecido al movimiento futurista. Ello sin perder de vista que otra porci贸n importante de los que trata milita en el llamado novecentismo 鈥搑ealismo m谩gico italiano鈥 al que se reconvirtieron muchos artistas despu茅s de la llamada de la vuelta al orden. La relaci贸n es f谩cil de ser explicada, ya que Pettoruti hab铆a regresado s贸lo tres a帽os antes luego de m谩s de una d茅cada en Europa y conoc铆a mejor el movimiento pl谩stico italiano que el local, al que calificaba de retr贸grado.
En este contexto, Pettoruti se ocupa de Fortunato Depero 鈥揷uriosamente casi al mismo tiempo que Lamberti Sorrentino en Mart铆n Fierro N潞 41, en un art铆culo que carece por completo de rigor鈥 en la cr贸nica del 14 de marzo: 鈥淗ay pocos artistas tan profundamente enamorados y convencidos de su arte como este animador del futurismo (...). As铆 es Fortunato Depero: no es un atormentado por las b煤squedas de las nuevas y complejas posibilidades pl谩sticas; su pintura no es abstracci贸n metaf铆sica, a menudo pretexto para disimular bajo una forma incomprensible una impotencia pict贸rica.
Las maravillosas armon铆as de la naturaleza, las escenas de la vida com煤n las ve a trav茅s de un prisma que las divide en sus varios elementos y en sus fuerzas, y las reproduce haci茅ndolas pasar por el filtro de su curiosa fantas铆a (...). B煤squeda anal铆tica del natural es el arte de Depero, pero no an谩lisis fr铆o, chato, cient铆fico, sino vivificado por su imaginaci贸n verista, no de verismo acad茅mico ni tradicional sino porque las transforma con su sensibilidad鈥.
Sea hace evidente que Pettoruti conoce muy bien la obra de Depero, ya que se帽ala con habilidad y sin poner en evidencia las fracturas del futurismo como doctrina, la singularidad de este artista heterodoxo y original: claramente figurativa, de im谩genes simplificadas (lo que luego le facilitar谩 la adaptaci贸n a la publicidad) y, m谩s que pretender incorporar el movimiento a la pintura, parece descomponer los cuerpos y querer representar las fuerzas que ellos emiten.
Luego aborda otro aspecto de su obra, que pone a las claras que Pe-ttoruti tambi茅n conoc铆a los desarrollos de su Casa M谩gica Futurista (circa 1919鈥1923) que son derivaci贸n directa del Manifiesto de Reconstrucci贸n Futurista del Universo que el joven pintor de Rovereto diera con el maduro Giaccomo Balla, en 1915: 鈥淐omo decorador es genial, r谩pido, alegre, de una alegr铆a con que sabe impregnar el ambiente; es que nos hace creer en el futuro muy cercano de su gran desenvolvimiento (...). Depero fund贸 su Casa de Arte, en primer lugar, para sustituir con intenciones ultramodernas cada tipo de tapiz, gobelino, persa, 谩rabe, turco, etc., que hoy invaden el ambiente; en segundo lugar, para iniciar una necesaria y urgente creaci贸n de ambiente interno, ya sea una sala, un comedor, un sal贸n teatral, un hotel o un palacio cualquiera; ambiente que corresponda a una moda y a una necesidad contempor谩nea, nuestra, y apto a recibir todo el arte de vanguardia que hoy est谩 en su pleno desarrollo; seguramente Depero, con su voluntad tenaz, har谩 mucho en este sentido鈥.
Por si quedara alguna duda respecto del conocimiento directo de la obra de Depero por parte de Pettoruti, en 1930, cuando se edita en Buenos Aires una obra de su amigo Anton Giulio Bragaglia, traducida por Mar铆a Rosa Oliver, bajo el t铆tulo de El nuevo teatro argentino (Editorial Roma), el platense dise帽a la tapa en clara cita del pintor de Rovereto.
La evidencia del conocimiento y del entusiasmo de Pettoruti por la obra de Depero hace que su actitud en los 鈥60, cuando se publican las memorias de El pintor frente al espejo, en las que el artista es mencionado al pasar y s贸lo por el apellido, plantea dos interrogantes. El primero, 驴cu谩ndo se conocieron realmente Pettoruti y Depero? Y el segundo, y m谩s intrigante, 驴por qu茅 lo ignora casi por completo, treinta a帽os despu茅s de los tan elogiosos comentarios en Cr铆tica?
Casi con seguridad se conocieron en el taller de Balla, con quien, como se dijo, Depero suscribi贸 el Manifiesto de Reconstrucci贸n Futurista del Universo en 1915, pocos meses antes de que Pettoruti viajara a Roma para encontrarse con el patriarca de los pintores futuristas y enamorarse de su obra, al punto de hacer una conocida serie de dibujos en esa l铆nea. O a trav茅s de Umberto Notari, amigo de Pettoruti en Mil谩n, due帽o y director de L鈥橝mbroziano, un peri贸dico muy vinculado con la corriente y, especialmente, con Depero, ya que fue su mecenas y, con sucesivas compras de tapices y almohadones, habilit贸 la concreci贸n de la Casa M谩gica Futurista, a partir de 1919.
Lo que est谩 claro es que se encontraron durante el per铆odo italiano de Pettoruti y que 茅ste tuvo acceso directo a la obra de Depero. En cambio, las razones del silencio posterior s贸lo pueden presumirse. Las memorias fueron escritas d茅cadas despu茅s de la etapa italiana de Pe-ttoruti y el paso del tiempo debe haber tendido a dimensionar de diferente manera a quienes fueron sus conocidos de entonces.
Ello implica acentuar ciertos episodios, como sus citas con Juan Gris en Par铆s, de las que a partir de la publicaci贸n de la correspondencia del espa帽ol (M. Dolores Jim茅nez-Blanco, Edici贸n Cr铆tica: Juan Gris. Correspondencia y escritos, Acantilado, Barcelona, 2008) existen razonables dudas, debido a que en los meses referidos estaba en Beausoleil, cerca de Niza. O de su encuentro con Paul Klee en su casa en Munich, donde le habr铆a dado un peque帽o concierto de viol铆n; seg煤n los antecedentes que obran en la Fundaci贸n Klee, este artista no viv铆a en esa 茅poca en el lugar descripto por Pettoruti.
A la inversa, es probable que Pe-ttoruti haya minimizado la presencia de algunos personajes que, por alguna raz贸n posterior, quedaron descalificados por 茅l. Recordemos que Depero tiene un enorme 茅xito comercial a partir de su primer viaje a los Estados Unidos (1927-1929), sus campa帽as publicitarias para empresas de ese pa铆s y de la propia Italia, especialmente Campari y el desarrollo de aplicaciones para la construcci贸n de un material sint茅tico llamado buxus. Posiblemente Pettoruti, que apreciaba su condici贸n de 鈥渄ecorador鈥, no cre铆a compatible la publicidad y el dise帽o publicitario e industrial con el car谩cter de artista pl谩stico.
M谩s all谩 de estas especulaciones, lo cierto es que el artista platense fue el introductor de la obra de Fortunato Depero en nuestro pa铆s a trav茅s de su columna de Cr铆tica y que ella fue tan apreciada por el propio Depero como para que 茅ste la reprodujera en su libro autobiogr谩fico Fortunato Depero nelle opere e nella vita, publicado en Trento en 1940.
* Escritora y diplom谩tica. Junto con Sergio Baur publicar谩 pr贸ximamente Pettoruti, cr铆tico en Cr铆tica, Patricia Rizzo Editora.
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