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Martes, 20 de diciembre de 2011
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Exposición en el Centro Cultural Recoleta

Proyectos, utopías y realizaciones

El viernes se inauguró la exposición x200+, donde pueden verse proyectos (no realizados hasta ahora o utópicos) de un amplio grupo de artistas de distintas tendencias y generaciones. Aquí, una entrevista con la curadora, Cristina Schiavi.

Por Fabián Lebenglik
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Sueños americanos, antifaz para dormir en los aviones, de Tamara Stuby.

–¿Cómo surgió la exposición Por doscientos más?

–En marzo de 2010 me llamó Ana Battistozzi porque la habían contactado para curar una muestra y ella no podía hacerlo. Esteban Manzioni, diseñador industrial, y Paula Iglesias Genta, psicóloga, junto con la diseñadora gráfica Carolina Bontá, querían hacer algo relacionado con el Bicentenario, pero pensándolo como puntapié incial para lo que va a venir y no como revisión histórica. Me reuní con ellos y propuse esta muestra de proyectos, que me parecen necesarios para la optimización de cualquier disciplina.

–¿Cuál es la idea de lo proyectual con que pensaste la muestra?

–Mi idea difiere en parte del énfasis que hace el conceptualismo sobre el proceso. Tanto en mi trabajo personal como en esta propuesta en especial me interesa también el producto final. Los proyectos son necesarios para continuar, pero necesitan la solidez que da concretarlos. Frente al Bicentenario sentí la necesidad de empezar a concretar la mayor cantidad de ideas posible.

–¿Qué diferencias hay entre la curaduría de esta exposición y la de otras anteriores, como las que hiciste con tu propia obra, o en muestras grupales que te tenían como parte?

–La diferencia, cuando se trata de trabajos míos o cuando incluyo obras de otros artistas, como en la instalación Mercado, es que incluyo trabajos que específicamente tengan que ver con la instalación planteada. No lo considero “curaduría”, quizás... “antropofagia”. En cambio la muestra x 200 más es un grafo, un conjunto de puntos en el espacio, que están conectados por líneas.

–La muestra es parte de un programa mayor.

–Sí. Al charlar este tema con los organizadores surgió la posibilidad de hacer cuatro conversaciones sobre identidad, nación, educación y proyecto. La primera se hizo en el Malba, en octubre, e invitamos a Bauman, quien aceptó y dio la charla por teleconferencia. También invité a Gonzalo Aguilar y ellos invitaron a profesionales de la publicidad, la ingeniería y la psicología. Para mi sorpresa, fue muy interesante la charla que dio el publicista Carlos Perez, relacionando la identidad con la marca Harley Davidson. Para la charla sobre “Nación” invité a un historiador anarquista, entre otros, quien se sorprendió de tener que hablar sobre un tema que los anarquistas rechazan. También en “Educación” habló el arquitecto Gustavo Gándara, director de la Fundación Uocra: me pareció muy interesante que un sindicato se involucrara con este proyecto. Y en “Proyecto” tuvimos la participación de Horacio González, a quien fue un lujo escuchar. El nos cedió el auditorio de la Biblioteca Nacional para las charlas sobre Educación y Proyecto.

–¿Por qué elegiste la figura de Leonardo como punto de partida?

–Siempre me cautivó Leonardo Da Vinci, representante de un humanismo que, liberado de prejuicios, creía absolutamente en la propia energía y fuerza para crear los instrumentos que multipliquen su capacidad. Su mirada abarca el mundo, cada detalle, y sus sueños utópicos hoy ya no lo son (como la máquina para volar). La recopilación de sus trabajos en el Codex Atlanticus me pareció una imagen a la que quería acercarme.

–¿Cómo elegiste a los artistas y los proyectos?

–Cuando decidí hacer una muestra de proyectos basada en las inquietudes que me plantearon los organizadors respecto del Bicentenario, hice un listado de ideas que recordaba de artistas cercanos. Así fue como se juntaron trabajos de diferentes generaciones y grupos de pertenencia. Traté de elegir proyectos más que artistas y por eso hay representantes de diferentes edades y “ghettos”, e incluí el proyecto del traslado de la capital a Viedma, de Raul Alfonsín, porque me parece muy interesante y totalmente utópico en ese momento. No soy radical, apoyo el proyecto kirchnerista, pero esta idea y el mensaje de Alfonsín para presentarla me parece excelente.

–Orientativamente, ¿cómo describirías, a grandes trazos, los tipos de proyectos de la muestra?

–Hay proyectos relacionales, como Edarpic y Oc –espacio disponible o agencia de reclutamiento de proyectos imposibles o casi y otras cositas– de Julieta García Vázquez y Mu Mi; Un lugar para vivir cuando seamos viejos, de Ana Gallardo, Mario Gómez Casas y Ramiro Gallardo; Nueva Socioensayística Micromódelica de Marcela Sinclair, Tremenda TV (experimento audiovisual colectivo de los jóvenes que asisten al Club de Jóvenes de Retiro y la Escuela Media N & Padre Carlos Mugica y los docentes). Hay proyectos políticos: Patrón de Fabián Trigo, Arte en el Senado de Mónica Millán, Magdalena Jitrik y Horacio Abram Luján.

Proyectos conceptuales: Sueño americano de Tamara Stuby, Erosionadores de Marco Bainella, Masterplan de Alicia Herrero, Monumento antipsi para los perjudicados por el psicoanálisis, de Luis Lindner, revista M de Ariel Mora. También hay proyectos utópicos: Recuperando un deseo de Marta Cali, Monumento Móvil de Javier Bernasconi, Museo Piolín de Chiachio & Giannone y Chino Soria, Patito de Mariano Dal Verme, Traslado de la Capital a Viedma de Raúl Alfonsín. Los proyectos objetuales son: Obyecto de Esteban Manzioni, Producción de obras en módulos de Marcolina Dipierro y Diminuto de Fernando Brizuela. Hay algunos proyectos símil científicos: ¿La inspiración es medible? ¿Es predecible?, de Judith Villamayor, Microespacio de Bárbara Kaplan, Una luz en desarrollo, de Cecilia Ivanchevich. Proyectos arquitectónicos: La fuente Mallín, de Margarita Paksa, Ambientación con espejos cóncavos y convexos de Luis Felipe Noé, Edificio Aerolíneas Argentinas, de Clorindo Testa. A estos proyectos seleccionados por mí se agregaron el proyecto audiovisual ORT realizado por alumnos y docentes de la escuela, quienes entrevistaron a los artistas y luego hicieron una asociación libre con cada proyecto; y Mi proyecto, un concurso que ganó Blanco sobre Blanco, revista de miradas y lecturas sobre artes visuales. Más que clasificar los proyectos me gusta pensar en una cita de Sartre, que dice que “todo imaginario aparece con fondo de mundo, pero recíprocamente toda aprehensión de lo real como mundo implica una superación escondida hacia lo imaginario”.

* En las salas 7, 8 y 9 del Centro Cultural Recoleta; Junín 1930, hasta el 22 de enero.

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