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Martes, 11 de septiembre de 2012
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El libro que traza el itinerario de vida y obra de Norberto G贸mez

Esculturas con identidad y memoria

Junto con la retrospectiva de 2011 y la obtenci贸n del Premio Konex 2012 la semana 煤ltima, el libro recientemente publicado sobre la totalidad de su obra ratifica a Norberto G贸mez como uno de los grandes escultores argentinos.

Por Adriana Lauria *
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Ars, de Norberto G贸mez, 1988, yeso, 45x70x40 cm.

La locuci贸n latina Ars, en su acepci贸n m谩s antigua 鈥揺n el sentido de la tekn茅 de los griegos鈥, alude al conjunto de normas y destrezas que conducen al buen hacer de una cosa. Su aparici贸n en algunas composiciones de Norberto G贸mez de los a帽os 鈥80 podr铆a interpretarse como un blas贸n familiar, porque en el ejemplo de su padre y su t铆o, que eran h谩biles artesanos, advierte el inicio de su formaci贸n. El vocablo puede referirse tambi茅n a los saberes adquiridos en el traj铆n del trabajo profesional, como carpintero y constructor de dispositivos para publicidad, que le hicieron experimentar y dominar materiales y t茅cnicas, aprovechados luego en sus originales creaciones. Pero m谩s que nada, concentra los principios est茅ticos que presiden su obra, ya que adem谩s implica la reivindicaci贸n del artilugio, que el artista reconoce como v谩lido cuando hace explicita su noci贸n de 鈥渓o falso鈥.

Al respecto hay que recordar que la palabra 鈥渁rte鈥 鈥揳ntes de integrar la noci贸n de 鈥渂ellas artes鈥 o 鈥渘obles artes鈥濃 ha sido utilizada como equivalente de 鈥渆nga帽o鈥 y se encuentra en la ra铆z de t茅rminos como 鈥渁rtificio鈥 o 鈥渁rtero鈥. En G贸mez la constataci贸n y el empleo de lo ilusorio implica no s贸lo tomar nota de los recursos disponibles para exponer argumentos y concentrar la expresi贸n, sino considerarlo parte constitutiva de esos argumentos.

Si el arte es esencialmente puesta en escena y ficci贸n, sus estratagemas, cuando de alguna manera afloran en la superficie del 鈥渁rtefacto鈥 鈥揳quello realizado con arte鈥, pueden ser veh铆culo para poner de manifiesto aspectos de la naturaleza humana y de la sociedad con sus dobleces, contradicciones y paradojas, con sus veleidades y necedades, con sus angustias y triunfos. Es lo que acontece en la obra de G贸mez.

Al asumir a trav茅s de ella una actitud cr铆tica, ya sea presentando sin anestesia las consecuencias de los hechos, elaborando una narraci贸n fant谩stica, escudri帽ando el rev茅s de la trama o interponiendo el sarcasmo, se involucra reconoci茅ndose como parte de una comunidad a la que abarca y se帽ala, para, desde all铆, construir identidad y memoria.

El simulacro est谩 presente en sus trabajos desde mediados de los a帽os 鈥60, cuando con compleja habilidad combinatoria construye relieves cuyas tramas, de est谩tica geometr铆a, se valen de los procesos perceptivos del espectador para provocar el efecto de lo fugaz y cambiante. Luego sus construcciones de la 茅poca de las estructuras primarias dan la sensaci贸n de evolucionar en el espacio y, a la vez que cambian de posici贸n, transfieren su volumen de un cuerpo a otro para finalmente mutar de forma.

Pero poco despu茅s esta percepci贸n de lo ef铆mero ataca la permanencia de las leyes geom茅tricas que, aunque deducidas de la observaci贸n, son formuladas por el intelecto. Se trata de hacerse 鈥渃arne鈥 con la materia, su existencia y su devenir. Y si es cierto que nada permanece 鈥揷omo lo afirman las especulaciones cosmol贸gicas鈥, no resulta claro que un prisma o una esfera deban perdurar inmutables y mantener su integridad a lo largo del tiempo. As铆 esta potencialidad se torna dram谩tica, cuando la certeza te贸rica de aquellos s贸lidos pasa a ser afectada por accidentes ajenos a su naturaleza matem谩tica.

Y como de 鈥渃arne鈥 se trata, pronto sus manos dan vida a m煤sculos, v铆sceras y tendones brutalmente sanguinolentos. Trabajando de manera espont谩nea y heterodoxa la espuma de goma y la resina poli茅ster, se instala en un tono expresionista que alude literalmente a la degradaci贸n, ahora, de la vida en los cuerpos biol贸gicos. Y por empat铆a, aquello que se inici贸 como expresi贸n subjetiva, deviene manifestaci贸n social e hist贸rica y el drama individual se proyecta sobre la tragedia colectiva.

Las transformaciones contin煤an m谩s all谩 de la muerte. Variaciones en torno de una misma esencia discursiva, las siguientes etapas pormenorizan, ejemplifican y extienden sus narraciones en inciertos esqueletos y monstruos, en tumbas derruidas, en preclaros s铆mbolos y en coercitivos instrumentos, volvi茅ndolos, a su turno, met谩fora o metonimia de t贸picos que, por transitados, no agotan la intensidad del dolor evocado.

El material abre senderos de significaci贸n. El metal de las armas verdaderas es reemplazado 鈥揺n medievales instrumentos鈥 por cart贸n de utiler铆a. La piedra, la mamposter铆a y la herrer铆a truecan sus realidades por minuciosos escenarios de madera, yeso o poli茅ster. M谩s tarde se permite desacralizar los conceptos cl谩sicos de la estatuaria y el monumento con una imaginer铆a modelada y policromada, trasladada luego a bronces a escala de parodia, en cuyas hibridaciones se conjuga el prestigio de los antiguo contamin谩ndolo de pedestre actualidad.

As铆 es que, en cada una de estas etapas, su obra se distingue como un momento intenso de la escultura contempor谩nea. En la elecci贸n de materiales y de formas, en cada acto que consagra la dimensi贸n 茅tica del buen hacer, en la actitud reflexiva y distante, en el grito desesperado, en el doloroso reconocimiento de la inadecuaci贸n existencial, en las experiencias conmemorativas o en el jugueteo burl贸n, Norberto G贸mez se inscribe en una tradici贸n de escultores argentinos contempor谩neos que, como Libero Badii, Aldo Paparella, Enio Iommi, Alberto Heredia, Emilio Renart, Pablo Su谩rez o Juan Carlos Dist茅fano, han abierto bien los ojos para mirarnos y m谩s a煤n para representarnos.

Esculturas. Secuencias y transformaciones. En la d茅cada de 1960 se extienden los par谩metros del lenguaje abstracto geom茅trico, iniciado por las vanguardias del siglo XX. La obra se concibe como un objeto, en el que la forma coincide y es indistinta de su contenido, ya que, al evadir toda narraci贸n representativa, los medios del lenguaje visual ocupan el centro de las preocupaciones est茅ticas. Para los artistas es un modo directo de comunicaci贸n con el observador. El arte 贸ptico-cin茅tico y las construcciones minimalistas son algunas de las principales tendencias que se desarrollan en el orden internacional. Luego de trabajar con el argentino Julio Le Parc, fundador en 1960 del Groupe de Recherche d鈥橝rt Visuel (GRAV), uno de los colectivos m谩s din谩micos de la tendencia cin茅tica, Norberto G贸mez vuelve de Par铆s en 1966.

Desde Buenos Aires se acerca al cinetismo prescindiendo de los mecanismos que impulsan el movimiento real por medio de micromotores y secuenciadores lum铆nicos, con los que por entonces trabajaban algunos argentinos radicados en Par铆s, como el propio Le Parc, Gregorio Verd谩nega o Martha Boto, cuyos efectos visuales se acrec铆an con el empleo de materiales reflectantes como el acero, los acetatos y los acr铆licos, que otorgaban a sus artefactos una caracterizaci贸n de 茅poca, ligada a lo tecnol贸gico.

Por el contrario, G贸mez se circunscribe en sus primeras piezas a austeras construcciones de madera, austeridad no ajena a sus posibilidades econ贸micas. Sin embargo, estas obras se revelan extremadamente refinadas desde el punto de vista perceptual. Presentan planos que se despliegan sucesivamente. A su vez, estos planos est谩n horadados por figuras geom茅tricas que paulatinamente van cambiando de posici贸n respecto de la placa en que han sido practicadas. Cada uno de estos m贸dulos representa un momento en el decurso de un movimiento donde las formas, positivas o negativas, parecen escaparse de los l铆mites impuestos por la composici贸n.

En otras ocasiones, los planos se yerguen perpendiculares a su soporte y las formas, tratadas en progresiones crecientes y decrecientes, dan lugar a relieves de efecto ondulatorio que var铆an seg煤n los puntos de vista. La dial茅ctica entre presencia positiva y existencia virtual de figuras geom茅tricas b谩sicas 鈥揷铆rculos, tri谩ngulos, cuadrados鈥, su combinaci贸n, superposici贸n, intersecci贸n y deslizamientos contribuyen al complejo inter茅s visual de estas obras, enriquecido por el cambiante y multiplicador efecto de luces y sombras, 煤nica variante crom谩tica de objetos 铆ntegramente blancos.

* Docente e investigadora de Arte de la UBA, curadora del Centro Virtual de Arte Argentino (CVAA) 鈥www.arteargentino.buenosaires.gob.ar鈥 junto con Enrique Llamb铆as. Fragmento del ensayo del libro Norberto G贸mez, de Adriana Lauria, publicado por el CVAA, que depende del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.

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