A lo largo de toda su carrera original de arquitecto y, posteriormente, como artista que, entre otras cosas, tambi茅n pinta, Francis Al每s ha tenido un ojo especialmente entrenado para detectar, pensar y activar obras pict贸ricas que operan en forma de enjambres sociales, conjuntos jer谩rquicos y reproductivos, o circuitos de uso, desplazamiento f铆sico o producci贸n colaborativa. Como un pensador que ha venido criticando y pensando la modernizaci贸n y sus prejuicios racionalistas, su mirada est谩 constantemente atra铆da por g茅neros pict贸ricos aparentemente 鈥渕enores鈥, precisamente por no ajustarse a la idea unitaria, compuesta, formalista y filos贸ficamente grandilocuente del cuadro de caballete. Su sensibilidad reacciona ante todo con respecto a las im谩genes que operan en relaci贸n con (o se帽alando el desgarre de) conjuntos previos: las miniaturas de libros, las copias populares que sugieren una familia de im谩genes, la pintura comercial de r贸tulos y los cuadros como ex votos o predellas que sugieren, incluso a la observaci贸n m谩s superficial, que han sido desgajados de altares y conjuntos visuales complejos. Visitar museos con Al每s permite atestiguar su entusiasmo vertido precisamente sobre esos objetos frecuentemente modestos e incompletos. Al observar una predella aislada de Fra Angelico, lo mismo que una miniatura de la India, o los 谩lbumes y series de las pinturas de personajes t铆picos y costumbres de los pintores viajeros que recorrieron las rep煤blicas independientes de Am茅rica en el siglo XIX, lo mismo que detenerse a mirar los conjuntos de cuadros y trebejos en el mercado de pulgas, es visible que Al每s piensa siempre las im谩genes como parte de conjuntos sociales y agrupaciones provisorias, en los que el sentido aparece por reiteraci贸n, variaci贸n, interrupci贸n y transformaci贸n, m谩s que por continuidad y cohesi贸n formal. A contraluz de esos referentes, es tambi茅n evidente que la pintura de Al每s es, por decirlo de alguna manera, una pintura de predellas: una producci贸n de 鈥渘otas al pie鈥 visuales de un conjunto mayor, que en este caso ya no es el 铆cono del altar, sino la acci贸n de un proyecto de intervenci贸n espec铆fico. Esta vocaci贸n por obras enjambre se expresa cabalmente en el 茅nfasis que Al每s pone en instalar sus proyectos como conjuntos de im谩genes, films, objetos, mesas de trabajo y pinturas, rehusando siempre la autosuficiencia de cualquiera de esos materiales aislados. Por lo menos desde el a帽o 2002 en que instal贸 la documentaci贸n, videos y objetos relativos a la acci贸n masiva de Cuando la fe mueve monta帽as en la antigua estaci贸n de Desamparados en Lima, Per煤, Al每s viene refinando una serie de dispositivos de presentaci贸n de sus acciones que involucran la coordinaci贸n y convivencia de una multitud de medios u objetos. Frecuentemente situados en torno a una videoinstalaci贸n o un video que sirve como relato central y comunicativo, Al每s despliega cuadros, diagramas, esculturas, notas, fotograf铆as y gestos materiales que son fruto o constancia de acciones f铆sicas o simb贸licas. A diferencia de la noci贸n de la instalaci贸n como 鈥渙bra total鈥, las presentaciones de Al每s son 鈥渢extos鈥 discontinuos, aleatorios y cambiantes, que se transforman y revisan de una presentaci贸n a otra. La compleja ligereza y agilidad visual y conceptual con que Al每s relata sus proyectos, ideas y experiencias, prueba de manera por dem谩s elocuente el modo en que cada pintura, anotaci贸n o video aparece como parte de una sociedad provisional de signos.
Es en este sentido que la pintura de Al每s nunca aparece entronizada como una reina del formalismo o un fetiche de la artisticidad. Su formato modesto parece escogido para disuadirnos de atribuirle la centralidad de un 铆cono. Pasa de ser el pendant (gemelo y enemigo) de sus obras f铆lmicas, para luego irse a andar por un camino desconocido.
Su pintura, en otras palabras, es un arte entre otros. Es una pintura subordinada a un orden, por as铆 decirlo, democr谩tico de signos y medios, donde por momentos puede aparecer como un individuo aislado, para m谩s tarde acudir como parte de una corporaci贸n.
Los roles tanto epistemol贸gicos como ret贸ricos de los cuadros y dibujos de Al每s no est谩n tampoco estandarizados. De hecho, en sus proyectos recientes pareciera que el artista ha abordado su pr谩ctica de la pintura como una exploraci贸n de las posibilidades de un determinado modo de pensar-pintar en relaci贸n con sus proyectos y films. El conjunto de esas modalidades de pensamiento en pintura forman un diagrama pr谩cticamente estructural, tan sistem谩tico como las operaciones algebraicas entre lo po茅tico, 茅tico, est茅tico y pol铆tico de sus intervenciones sociales, y la forma en que a lo largo de las d茅cadas muchas de sus obras han perseguido la compleja dial茅ctica entre trabajo, arte, ocio e inactividad. Plantean un cat谩logo de modos de relacionar las im谩genes creadas manualmente con el abanico de formas de pensar en im谩genes que ofrece la genealog铆a de los medios cinematogr谩ficos y fotogr谩ficos.
Cuando Al每s, en colaboraci贸n con Taiyana Pimentel y quien esto escribe, trabaj贸 simult谩neamente en las dos orillas del mar Caribe para unir con una l铆nea de botes tendidos en el mar, a modo de puente, las orillas enfrentadas de la Habana y Cayo Hueso (Key West) en Florida, en 2006, sus dibujos y diagramas eran de corte m谩s bien ilustrativo: modos de comunicar a colaboradores y participantes la geometr铆a extendida sobre la geopol铆tica de las Am茅ricas que sus puentes ut贸picos quer铆an escenificar. Apoyado en una animaci贸n stop motion hecha con clips, Al每s plante贸 las figuras que los barcos, cruzando el mar, habr铆an de trazar en el mar, como un dispositivo gr谩fico-geopol铆tico venciendo las barreras legales, militares y afectivas entre Cuba y Estados Unidos. el mismo car谩cter clandestino de la acci贸n entera 鈥渜ue en una complicaci贸n 茅tica se realiz贸 en cada orilla del Caribe como si los participantes no entendieran el sentido simb贸lico de sus actos, como un ejercicio de geometr铆a y dibujos en el mar鈥, coincide con la parquedad de fantas铆a de la obra, que ten铆a su poder de seducci贸n m谩s en la ambivalencia y el secreto en que fue producida, que en ning煤n desarrollo po茅tico ulterior.
Todo lo contrario vino a ocurrir cuando Al每s reorient贸 la iniciativa de crear puentes continentales para querer unir el estrecho entre Marruecos y Espa帽a, en Gibraltar, con dos hileras de ni帽os entrando al mar. La mitolog铆a de largo plazo que habita las interacciones y conflictos entre las orillas musulmanas y cristianas del Mediterr谩neo dieron pie a que la acci贸n de Gibraltar prohijara una cantidad muy significativa de pinturas, dibujos, objetos y documentos intervenidos. La constante de estos cuerpos de im谩genes fue la construcci贸n de una multiplicidad de presentaciones mitol贸gicas y narrativas de la acci贸n, que van desde la ilustraci贸n de posibles historias fabulosas y cuentos de ni帽os, hasta fantas铆as on铆ricas acerca del paso de gigantes atravesando continentes con escaleras y serpientes, o llevando en la cabeza barcos y lanchas de todo tipo. Jugando con im谩genes de mapas y continentes m贸viles, arrastrados por cuerpos y balsas o sus fragmentos, o perge帽ando seres que se convierten en islas y otras se帽ales geogr谩ficas, Al每s infundi贸 en torno a su puente de Gibraltar un relato de relatos definido por 铆conos reminiscentes de milagros antiguos. Si la imagen del video principal de la serie presenta un relato reminiscente, de modo inconsciente, de las fantas铆as que llevaron en 1212 a la migraci贸n en masa que la tradici贸n conoce como 鈥渓a Cruzada de los Ni帽os鈥 (la marcha de miles de ni帽os a las costas del Mediterr谩neo impulsados por la hip贸tesis milenarista de que su estado de gracia les har铆a recuperar la Ciudad Santa), el rol de las pinturas de Al每s es elaborar otras posibles mitolog铆as acerca del desplazamiento de africanos hacia Europa en las 煤ltimas d茅cadas. La invenci贸n de una serie de 铆conos de la migraci贸n (encarnados, por ejemplo, por la imagen de una mujer-sombra llevando barcos bajo los brazos) se ve acompa帽ada de otras pinturas, reminiscentes de cuadros costumbristas y orientalistas, que parten del tema de la contemplaci贸n del horizonte del Mediterr谩neo. Escenas que trasladan la fuerza nost谩lgica de la pintura costumbrista y rom谩ntica a la meditaci贸n pol铆tica acerca de las barreras pol铆ticas y sociales que impiden a los excluidos del sur el goce de un mejor porvenir.
En el Malba, Av. Figueroa Alcorta 3415, hasta el 15 de febrero de 2016.
* Curador de la exposici贸n. Curador en jefe del Museo de Arte Contempor谩neo (MUAC) de la Universidad Aut贸noma de M茅xico. Fragmento del texto escrito para el libro publicado junto con la muestra: Relato de una negociaci贸n.
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