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Martes, 20 de septiembre de 2016
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A prop贸sito del libro Fervor de las vanguardias

Im谩genes con palabras

El libro recorre la relaci贸n entre artes visuales y literatura en las vanguardias hist贸ricas latinoamericanas a trav茅s de las ciudades de Buenos Aires, Montevideo y San Pablo.

Por Jorge Schwartz *
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Croquis en la arena, de Girondo.

Ortega y Gasset, fil贸sofo espa帽ol poco recordado actualmente, es el autor de la c茅lebre frase: 鈥淵o soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo鈥 (Meditaciones del Quijote), una reflexi贸n que no utilizo en el contexto orteguiano sino como un modo de definir mi propia trayectoria y para afirmar que las circunstancias, m谩s que un 鈥測o鈥 vocacional, forjaron todo aquello que hoy culmina en los ensayos que componen Fervor de las vanguardias.

Un viaje para experimentar la vida en un kibutz, al que le sigui贸 la Guerra de los seis d铆as, me llev贸 de forma inesperada a la Universidad Hebrea de Jerusal茅n, en la que inici茅 mis estudios literarios (1967-70). A lo largo del tiempo, la letra me llev贸 al v茅rtigo de la imagen. En 煤ltima instancia, los catorce ensayos que conforman este libro son ramificaciones de esa trayectoria, especialmente del doctorado Vanguardia y cosmopolitismo, cuya investigaci贸n realic茅 en Yale durante los a帽os 1970, invitado por Emir Rodr铆guez Monegal y bajo la direcci贸n de Antonio Candido.

La inmersi贸n en la Am茅rica Latina de la d茅cada del 1920 hizo que percibiera la producci贸n art铆stica junto a la literatura. No hay c贸mo 鈥渇atigar鈥 (expresi贸n de Jorge Luis Borges) las vanguardias hist贸ricas sin pasar por la prueba de fuego de las artes pl谩sticas. Durante ese per铆odo, y m谩s que en cualquier otro, las mismas siempre funcionaron como vasos comunicantes. Adem谩s de ser grandes poetas, Oswald de Andrade y Oliverio Girondo -visuales por excelencia- ejercieron la cr铆tica de arte, el coleccionismo e incluso se aventuraron por el dibujo y la pintura. Varios momentos de su poes铆a est谩n ilustrados por las manos de los propios autores. El ensayo m谩s antiguo, de 1984, es justamente un an谩lisis del poema Espantap谩jaros, que incluye un bello caligrama de Girondo, publicado curiosamente en Xul, una revista de poes铆a bonaerense de los a帽os 1980, y cuyo t铆tulo est谩 anclado en el consagrado pintor.

El vaiv茅n es tambi茅n geogr谩fico y recorre espacios entre San Pablo, Buenos Aires y Montevideo. En este sentido, y como en el famoso mapa de Joaqu铆n Torres Garc铆a, mi sur se convirti贸 en mi norte. Y si el privilegio de los an谩lisis recae casi sin excepci贸n en experiencias urbanas, las leyendas amaz贸nicas de Vicente do Rego Monteiro son tambi茅n uno de los temas tratados en el libro. El pintor pernambucano deja incluso una obra po茅tica y durante los a帽os 1950 produce bellos caligramas de perfil concretista.

Paisaje de N. York, 贸leo de Torres Garc铆a, de 1920.

Fueron muchas las bibliotecas, sobre todo en los Estados Unidos, que tuve el privilegio de 鈥渇atigar鈥 a lo largo de estas d茅cadas de producci贸n. No cabe enumerarlas aqu铆, pero fue inolvidable la experiencia en la biblioteca de Xul Solar en Buenos Aires, situada en la casa museo del artista. Xul no solo utiliza intensamente el 鈥渓etrismo鈥 en sus acuarelas sino que inventa el neocriollo, un proyecto de lenguaje artificial que aglutina el espa帽ol y el portugu茅s como una utop铆a de confraternizaci贸n latinoamericana. Esa iniciativa de extraordinaria originalidad forma parte del imaginario de un artista notable, cuyos or铆genes se remontan al expresionismo alem谩n 鈥揦ul vivi贸 en Europa desde 1912 hasta 1924.

Nuestras modernidades perif茅ricas, para utilizar el concepto de Beatriz Sarlo, siempre prefirieron mirar a Par铆s 鈥揷apital de la cultura durante la primera mitad del siglo XX鈥 en lugar de mirarse unas a otras. Creemos que en los salones paulistas de Freitas Valle y de do帽a Ol铆via Penteado el franc茅s era la lengua franca (fue tambi茅n la primera lengua de Victoria Ocampo). Adem谩s de Xul Solar, las otras dos excepciones que no se dejaron seducir por la medusa parisiense fueron Borges, quien vivi贸 en Suiza y en Espa帽a entre 1914 y 1918, y M谩rio de Andrade, quien pr谩cticamente nunca sali贸 del pa铆s. El autor de Macuna铆ma fue tambi茅n excepcional cuando, en la d茅cada del 1920, mira hacia la cultura argentina en una serie de art铆culos en los que se menciona por primera vez al p煤blico brasile帽o, tanto a Borges como a Girondo. Otro acercamiento sorprendente entre esas culturas que tradicionalmente se dieron la espalda es el de Horacio Coppola, quien en 1945 decide viajar a Brasil para fotografiar la obra de Aleijadinho. Se trat贸 de una iniciativa excepcional, si tenemos en cuenta que hizo el registro fotogr谩fico en m谩s de trescientas placas de vidrio.

Joaqu铆n Torres Garc铆a tambi茅n utiliza el 鈥渓etrismo鈥 en su obra pict贸rica. Uno de los ensayos es sobre un libro poco conocido y a煤n menos estudiado, La ciudad sin nombre (1941), en el que la sintaxis est谩 construida simult谩neamente por palabras e im谩genes, Ut pictura poiesis. Torres Garc铆a narra una historia que transcurre en Montevideo, en la que prev茅 con mucha anticipaci贸n los efectos nefastos que el capitalismo traer铆a a la ciudad moderna.

A fines de 1996 me invitaron a dar un curso de literatura en la Universidad de Valencia, en Espa帽a. Desde el colectivo, vi banners desplegados en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), que anunciaban El Buenos Aires de Horacio Coppola. Tard茅 en entender la presencia en aquel museo, en el sur de Espa帽a, de un fot贸grafo que en 1930 hab铆a publicado fotos de Buenos Aires en el Evaristo Carriego de Borges. Esa exposici贸n fue una sorpresa que a mediano plazo signific贸 un 鈥渄esv铆o鈥 en mi carrera. El acercamiento al IVAM permiti贸 el desarrollo, a lo largo de cuatro a帽os, y gracias a la invitaci贸n de Juan Manuel Bonet, de la exposici贸n Brasil 1920-1950: De la Antropofagia a Brasilia (2000), lo que consolid贸 no solo mis investigaciones sobre el modernismo sino tambi茅n el establecimiento de un sistema de equivalencias entre la palabra y la imagen, entendiendo por imagen no 煤nicamente las artes pl谩sticas sino incluso el cine y la arquitectura, que tuvieron un lugar importante en esa exposici贸n, realizada nuevamente dos a帽os m谩s tarde en San Pablo, en el Museu de Arte Brasileira de la FAAP. La experiencia en el IVAM fue un rito de pasaje que orient贸, a partir de ese momento, mis actividades hacia el campo curatorial de las artes pl谩sticas. Nada me hac铆a prever que a帽os despu茅s estar铆a al frente de una instituci贸n cincelada por la vanguardia expresionista, el Museu Lasar Segall. Mis trabajos sobre el pintor ruso nacido en Vilna (Lituania), que incluyo aqu铆, son casi todos anteriores a mi ingreso al museo del barrio de Vila Mariana, en San Pablo. En 茅l contin煤o desarrollando actividades focalizadas en las artes pl谩sticas, sin excluir la literatura, en las diversas exposiciones que hubo a partir de 2008.

Me gustar铆a concluir esta breve presentaci贸n haciendo m铆as las palabras de Luis P茅rez-Oramas, curador de la Trig茅sima Bienal de San Pablo (2012): 鈥淭oda palabra tiene por inminencia una imagen, a la que sirve como fundaci贸n; toda imagen tiene por inminencia una palabra, que le sirve como resonancia鈥. Espero que este binomio de inminencias contin煤e pautando mis futuras actividades. [鈥

El libro est谩 dedicado a la memoria de Madalena Schwartz, a quien le debo la educaci贸n por la mirada.

* Doctor en Literatura comparada y director del Museo Lasar Segall de San Pablo. Naci贸 en Argentina en 1944 y reside en Brasil desde 1960. Introducci贸n de Fervor de las vanguardias, publicado por Beatriz Viterbo. El libro se presenta el 30/09 a las 19.30 en la Facultad de Humanidades de Rosario, Corrientes 747, 5潞 piso, aula 15 鈥淐鈥. Y el 17/10 en el Malba, de Buenos Aires.

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