Esta tarde se inauguran dos muestras en el Museo Nacional de Bellas Artes que conviene no perderse.
Por una parte una, una exposici贸n de esculturas de Norberto G贸mez (1941) en la que se exhiben obras de los a帽os sesenta reconstruidas hoy, junto con otra larga serie de piezas completamente nuevas, de los 煤ltimos tres a帽os.
La segunda exposici贸n es una breve y elocuente antolog铆a de Gyula Kosice (1924-2016), con curadur铆a de Rodrigo Alonso, que homenajea al artista recientemente fallecido, pionero del arte cin茅tico y de la pintura de marco recortado. En esta nota nos ocuparemos de la primera exposici贸n.
La muestra de G贸mez se puede ver como continuidad (aunque no del todo) en el tiempo: se trata de dos series, una relativamente breve, en la que el artista reconstruy贸 esculturas de los a帽os sesenta, y otra, de piezas recientes de formato mediano o grande: ambos conjuntos son completamente blancos; todas las obras juegan con el lenguaje de la geometr铆a y muchas, con el de la arquitectura.
Ambas series est谩n separadas por m谩s de cuarenta a帽os. La continuidad entre las dos sin embargo es notoria. Como si cuarenta y cinco a帽os despu茅s G贸mez dijera 鈥渃omo dec铆amos ayer鈥︹ Pero la continuidad es tambi茅n disruptiva, dado que el hiato que las separa al mismo tiempo es tambi茅n evidente. La relaci贸n de cercana entre las series se da por la contig眉idad, la blancura y la entonaci贸n geom茅trica. Y tambi茅n por haber sido 鈥搇as piezas hist贸ricas鈥 reconstruidas hoy, con la misma t茅cnica en que est谩n realizadas las obras nuevas: impresiones en 3D. Hay artesan铆a en articulaci贸n perfecta con la tecnolog铆a.
Desde la 茅poca de los salones Ver y Estimar de fines de los a帽os sesenta G贸mez apareci贸 en escena con obras que analizaban la naturaleza de las formas geom茅tricas a trav茅s de mutaciones r铆tmicas o de formas derretidas, en las que violentaba el rigor matem谩tico de ciertos prismas y cilindros di谩logo tenso con el minimalismo, entre otras formulaciones de aquel momento.
La mirada cr铆tica, obsesiva y detalladamente artesanal de G贸mez se form贸 desde la infancia entre ebanistas y luthiers. En la adolescencia, pas贸 un tiempo por la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano y por un taller cooperativo de Parque Lezama, orientado por Juan Carlos Castagnino. A mediados de los 60 viaj贸 y se qued贸 dos a帽os en Par铆s, donde adem谩s de recorrer museos trabaj贸 como asistente de Julio Le Parc y lo fue, tambi茅n, de Berni.
En el cat谩logo de la exposici贸n, que hoy se dar谩 a conocer, Andr茅s Duprat, (director del MNBA) junto con Alejandro de Ilzarbe, se entrevistaron con el escultor, transcribiendo al papel s贸lo las respuestas del artista, siempre ferozmente veraz, 谩cido y descarnado.
鈥淎quellas obras de fines de los 60 que ahora recreamos 鈥揹ice G贸mez-鈥 no me las planteaba como ef铆meras, eran ef铆meras pero sin planteos. Las hac铆a con los materiales que me quedaban de mis trabajos de carpinter铆a. Casi todas se perdieron o se destruyeron y otras despu茅s de ser obras se transformaron en estantes. De las originales queda una que la tiene el museo (de Bellas Artes) de La Plata. Cuarenta a帽os despu茅s, gracias a la tecnolog铆a, las pude reconstruir como dibujos 3D, una muy buena experiencia que estimul贸 mi deseo de traerlas nuevamente a la materialidad. Ahora ya no son tan ef铆meras, son de madera s贸lida y tienen 16 capas de pintura.鈥 [鈥
鈥淣o me aferro a lo que hago -sigue G贸mez-, si no queda bien lo tiro a la mierda aunque haya trabajado diez d铆as en eso. No es un negocio, no hay nada que ahorrar, no soy una pyme. Muchas veces abandono obras que estoy haciendo, se ponen dif铆ciles y no tengo m谩s ganas de discutir con ellas. Si segu铆s la discusi贸n por ah铆 las convenc茅s, pero no tengo ganas, las tiro. No es tan importante鈥.
鈥淩eivindico las manos y los oficios, pero no reniego de las nuevas herramientas que son maravillosas. Gracias a la tecnolog铆a pude hacer la obra del Parque de la Memoria, que est谩 hecha igual que las armas de cart贸n, pero con acero. Antes, el ingeniero Galay hizo los planos de cada una de las piezas en la computadora para que se pudieran cortar con un pant贸grafo de alta precisi贸n y se soldaran. Pude haber hecho muchas obras de esa manera, me hubiera encantado, pero estoy en la periferia del mundo y hacer esa sola llev贸 14 a帽os. Nosotros ac谩 crecemos en macetas, bastante bien dentro de todo, pero en macetas. Si nos plantaran en la tierra, ser铆a insospechado a d贸nde llegar铆amos. Eso es lo que pasa en el primer mundo, que no crecen en macetas鈥.
Las nuevas obras de G贸mez atraviesan y acumulan culturas, estilos, lenguajes, citas y falsas citas en una suerte de pastiche cr铆tico, por momentos ir贸nico, por momentos l铆rico.
En la entrevista del cat谩logo, ante la omitida pregunta sobre el destino de sus obras, G贸mez responde: 鈥淪on patrimonio de la memoria de los que las ven. Ese es el destino鈥.
* Inaugura hoy en el Museo Nacional de Bellas Artes, Av. del Libertador 1473.
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