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Martes, 21 de noviembre de 2006
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MINUJIN, PASSENS, POTRC Y OTROS EN EL CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA

Gestos mínimos de efectos máximos

Un grupo de artistas de distintas nacionalidades, generaciones y trayectorias fue convocado para la muestra “El dedo en el río”, con obras que consisten en pequeños gestos dentro de contextos casi inabarcables. De cómo leves transformaciones pueden producir cambios.

Por Fabián Lebenglik
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Escena del video Wake Up (Despierta), del alemán Gregor Passens, 2005.

La muestra que se presenta en estos días en el Centro Cultural de España lleva un título que remite a la sutileza de las percepciones: Un dedo en el río. Con esta frase, el curador de la exhibición, Esteban Alvarez, predispone al visitante a una serie de relaciones entre gesto (mínimo) y contexto (máximo). El dedo en el río supone una acción ínfima, una huella sutil, una modificación del entorno que según el punto de vista y la escala puede resultar muy significativa o imperceptible: “No importa cuánto ese dedo desvíe la corriente del río –dice el artista y curador– ni por cuánto tiempo: producirá un cambio, una leve transformación, una historia diferente”.

Con esta premisa, en la que se privilegia alguna transformación en la manera de percibir, en el marco de un contexto siempre al borde de lo inabarcable y lo ilimitado, Alvarez convocó a un grupo de artistas de distintas procedencias, generaciones y trayectorias: José Ramón Ais (Bilbao, España, 1971), Marco Bainella (Paraná, Entre Ríos, 1976), Ducha (Río de Janeiro, Brasil, 1972), Marta Minujin (Buenos Aires, 1944), Gregor Passens (Berchtesgaden, Alemania, 1974), Marjetica Potrc (Ljubljana, Eslovenia, 1953) y Polonca Lovsin (Ljubljana, Eslovenia, 1970).

Cuando la galería de la Universidad de Atlanta invitó a José Ramón Ais hace tres años para realizar una exposición, el artista vasco propuso modificar el jardín de la entrada. Ese gesto significó transformar un espacio característico de la concepción urbanística local en un terreno camuflado para la guerra. Las bellas curvas y colores que adquirió el césped no podían ocultar el sentido bélico de esa operación estética (y de jardinería). Si el camuflaje sirve para ocultar o disimular algo o a alguien, para volver furtiva una acción beligerante, en este caso supone una puesta en evidencia de la guerra como consigna de estos tiempos en el belicoso estado norteamericano.

Marco Bainella presenta la documentación de un enfrentamiento persistente entre dos vecinos paranaenses. Se trata de una lucha sostenida entre propietarios de casas linderas a causa de problemas por el agua que se acumula en la vereda. Las fotografías muestran la escalada de los ataques, defensas, contraataques y represalias de uno y otro. Una guerra de escala ínfima en la que se despliegan recursos, energías, tiempo e ingenio como para ilustrar sobre el pequeño infierno agazapado que emerge de un modo al mismo tiempo cómico y dramático en la cotidianidad de la vida supuestamente tranquila del barrio.

El carioca Ducha llevó a cabo en el 2001 el Proyecto Cristo Redentor. El artista coloreó de rojo –mediante placas de gelatina– los potentes reflectores que iluminan el gigantesco Cristo que domina la ciudad de Río desde el Pan de Azúcar. Así, por un momento, los habitantes y visitantes de Río de Janeiro vieron un Cristo completamente enrojecido. Aquella actitud fue registrada por los medios y produjo una pequeña conmoción y múltiples interpretaciones. “La acción –cuenta el curador– fue tomada por los diarios y revistas, viéndose como una expresión de vandalismo para algunos (quizá por no haberle pedido permiso a nadie), o de arte, o política, para otros. Ese Cristo ya no va ser igual, lo que Ducha hizo fue producir una modificación en uno de los más grandes iconos de la ciudad.”

De Marta Minujin se exhibe un video-registro de la Operación perfume (1987) y un reportaje actual en el que la artista cuenta aquella acción que tenía olvidada hasta que Esteban Alvarez se la recordó. A fines de aquel año la artista contrató a treinta personas –vestidas con equipo de fumigación– para que rociaran 700 litros de perfume de jazmín del país a lo largo de la Avenida 9 de Julio, entre Córdoba y Lavalle. “También pasó un camión fumigador y finalmente –relata el curador–, un conjunto de vientos tocó una pieza, y al terminar fueron liberadas treinta palomas mensajeras, que llevaban una pequeña carga de perfume en unas diminutas ampollas o bombitas de olor, que soltaron al vacío en pleno vuelo.”

Gregor Passens realizó en el 2005 la acción Wake Up (Despierta), gracias a la cual “reanimó” durante unos minutos un volcán inactivo de Catamarca, a 4 mil metros de altura. En el filo del amanecer, el artista alemán hizo estallar una cantidad de fuegos de artificio en el ojo mismo del volcán. La acción, documentada en video, luce visualmente muy bella y poética. Las luces –y estallidos– en medio del silencio de un paisaje imponente se reflejan en el agua y trazan una secuencia entre festiva y ritual, cerca de Antofagasta de la Sierra.

Por su parte, las eslovenas Potrc y Lovsin presentan el video Rincón: ocho mejoras hogareñas (realizado en Puerto Rico, en el 2004) en el que se exhibe, a modo de reportajes, una serie de “casos” en el que distintos propietarios cuentan las reformas, adaptaciones y agregados que hicieron en sus casas, con un máximo aprovechamiento del espacio. Arquitectura sui generis, en pequeña escala, donde la clave es la funcionalidad, sumada a una estética particular, entre el kitsch y el pop. En los casos en que el relato describe mejoras futuras, sobresalen los gestos que indican la delitimación de los espacios planificados. En un lenguaje híbrido, en el que el castellano está atravesado por inflexiones y términos –tomados o adaptados– del inglés, las hibridaciones arquitectónicas hogareñas parecen funcionar en paralelo a las producidas en el uso de la lengua. Las reformas y los relatos exhiben una mezcla de creatividad e invención.

“Cada uno de los artistas que participan aquí –dice Esteban Alvarez– mete su dedo en el río, conscientemente, con creatividad y curiosidad también. Son obras que invitan a disfrutar como espectador, ofrecen una mirada generosa de la aventura de habitar una casa, de ser vecino, o transeúnte, o ciudadano: gente.”

(En el Centro Cultural de España, Florida 943, hasta el 15 de diciembre.)

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