驴C贸mo separar a Lioness: Hidden treasures del morbo del Club 27 al que Amy Winehouse tuvo el dudoso honor de ingresar en julio de este a帽o? 驴C贸mo desprenderse de la inc贸moda imagen de familiares y productores exprimiendo una caja registradora? 驴C贸mo hacer para disfrutar este mutis por el foro de una artista excepcional que se fue demasiado pronto? Los tesoros ocultos de la cantante son, al cabo, lo que se impone en este lanzamiento p贸stumo que, como era de esperar, lleg贸 esta semana al n煤mero uno en varios pa铆ses. Habr谩 que tener claro el contexto y las particularidades: entre versiones alternativas, demos y alguna grabaci贸n realizada con vistas al sucesor de Frank y Back to black, los productores Mark Ronson y SaLaAMReMI (sic) le dieron forma a una producci贸n frankensteiniana, que en rigor no puede ser entendida como 鈥溍bum鈥 sino como, bueno, un rejunte. Un rejunte sin est茅tica unificadora, con diferencias de sonido y ecualizaci贸n vocal, un aprovechamiento de la oportunidad.
Pero hasta all铆 llegan los reparos. Porque lo cierto es que, cuando empieza a sonar la jamaicana 鈥淥ur day will come鈥, esa voz negro-blanca viene a recordar por qu茅 Amy Winehouse alcanz贸 resonancia planetaria, y el disfrute les gana a todas las consideraciones c铆nicas. Esto es un negocio, s铆, y es imposible saber si Amy estar铆a de acuerdo con que viera la luz. Pero su capacidad de estremecer no tiene que ver con que la cantante ya est谩 muerta (aunque algo de eso hay), sino con el poder interpretativo que la distingui贸 desde el comienzo. Amy canta y raja las piedras, y eso es lo que importa.
Lioness no ahorra momentos que recuerden qu茅 clase de artista fue Amy. All铆 est谩 el ejercicio anacr贸nico de 鈥淏etween the cheats鈥, el rescate arqueol贸gico de 鈥淭he girl of Ipanema鈥, la preciosa 鈥淗alf time鈥 (de la 茅poca de Frank), la relajada versi贸n de 鈥淲ake up alone鈥, radicalmente diferente de la de Back to black, o ese cierre sencillamente demoledor con 鈥淎 song for you鈥, homenaje de Amy a uno de sus m煤sicos favoritos, el pianista soul Donny Hathaway. Un punto final en una rendici贸n tan emotiva, tan sobrecogedora, que deja todas las consideraciones sobre el oportunismo de este disco p贸stumo de un tama帽o insignificante. Reducidas a casi nada, frente a la enormidad de una artista inolvidable.
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