Cecilia Bartoli es una de las grandes mezzosopranos de coloratura de la historia. Su manera de cantar los personajes para su cuerda en las 贸peras de Rossini y Mozart cambi贸 para siempre el universo de lo posible. Con una facilidad asombrosa para articular los pasajes m谩s veloces y sin resentir un 谩pice la afinaci贸n, un color de voz oscuro y aterciopelado y una expresividad conmovedora, es, adem谩s, una de las int茅rpretes m谩s inteligentes de la actualidad. Hace unos a帽os, en una entrevista publicada por el suplemento Radar de este diario, dec铆a que la crisis del disco era, apenas, una crisis de imaginaci贸n. Ella, que nunca dej贸 de vender, se limitaba, dec铆a, 鈥渁 hacer discos que resulten atractivos, que no vuelvan a ofrecer lo que ya est谩 ofrecido y que no puedan ser reemplazados por otra cosa鈥. Despu茅s de redescubrir gran parte del repertorio de los castrados, en su disco Sacrificium, las arias del maldito Salieri y las del bendito Vivaldi 鈥揷uyas 贸peras, no obstante, permanec铆an en el olvido鈥, ahora acaba de hacerlo de nuevo con un disco ejemplar en m谩s de un sentido. Mi-ssion, que en estos d铆as fue publicado localmente por Universal, se dedica a la obra de un compositor tan trascendente como olvidado. Castrado a los 13 a帽os y luego ordenado sacerdote, Agostino Steffani fue diplom谩tico, aparentemente esp铆a y, tal vez, asesino. Su m煤sica, por otra parte, es de una belleza notable y se sit煤a en el punto exacto entre los primeros maestros de la teor铆a de los afectos 鈥揗onteverdi, Cavalli鈥 y quienes la regularizaron y sistematizaron 鈥揂rcangelo Corelli entre ellos鈥-. Los aspectos m谩s literarios del personaje, que fueron aprovechados por la escritora Donna Leon para escribir un policial que, en Europa, se ofrece opcionalmente junto al disco, y la lujosa presentaci贸n, poco importar铆an, de todas maneras, si no fuera por la m煤sica. Y Bartoli brilla en este conjunto de arias, d煤os y escenas con coro, donde tiene como extraordinario partenaire al grupo I Barocchisti y al Coro de la Radiotelevisi贸n Suiza, con la direcci贸n en茅rgica y sensible de Diego Fassolis. Pero, adem谩s, se suma como inesperado invitado otra estrella, el contratenor Philippe Jaroussky. El d煤o entre Creonte y Niobe 鈥淭鈥檃braccio mia diva... Ti stringo mio Nume鈥, de la 贸pera Niobe, regina de Tebe, y su 鈥淪posa, mancar mi sento鈥, de Stassilone, son, sencillamente, paralizantes.
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