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Jueves, 24 de agosto de 2006
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EXCLUSIVO: EL NUEVO DISCO DE DYLAN

Feliz regreso, Bob

Modern Times parece la resoluci贸n perfecta para la serie iniciada por Love and Theft y Time out of Mind: un Dylan impecable.

Por Cristian Vitale
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Modern Times se edita oficialmente el pr贸ximo martes.

Hubo una trilog铆a de discos, justo en el medio de los sesenta, que los eruditos bi贸grafos de Bob Dylan creyeron insuperable. Y en parte es verdad: Bringing it all back home, Highway 61 Revisited y Blonde on Blonde significaron la ventana por la que una generaci贸n pudo penetrar a un mundo encantado, un universo incierto e intrigante. Un joven mago de las palabras, un profeta folk pero el茅ctrico, hab铆a tomado el legado de (sus) pr贸ceres 鈥揥oody Guthrie, Blind Lemon Jefferson, Leadbelly, Hank Williams鈥 y lo hab铆a transformado, mezclando a todos en un modelo de inspiraci贸n a seguir. A partir de ah铆, se pens贸 que jam谩s nadie podr铆a repetir el aura de canciones tan maravillosas como 鈥淟ike a Rolling Stone鈥, 鈥淒esolation Row鈥, 鈥淰isions of Johanna鈥 o 鈥淢r. Tambourine Man鈥. Completas, estremecedoras, envidiadas. The Byrds, Tom Waits, Bruce Springsteen, Neil Young, Grateful Dead y hasta The Beatles probablemente no hubiesen existido 鈥搊 no hubieran sido los mismos鈥 sin la estela de esa trilog铆a.

El resto de la historia discogr谩fica de Dylan 鈥搕omando hasta 1997鈥 deviene salpicada de momentos sublimes y oscuros. Puntos altos como New Morning (1970), en el que trata de autoaniquilarse y, sin querer, siembra una nueva camada de adoradores. Slow train coming (1979) que, pese a sus caprichos religiosos, lo muestra a煤n capaz de conmover al mundo (鈥淧recious Angel鈥, 鈥淚 believe in you鈥). O el resurgimiento de Oh Mercy (1989). Pero tambi茅n hay un descenso a los infiernos, que abarca casi toda la d茅cada del 鈥80. Se puede tomar Infidels (1983), con la intervenci贸n poco feliz de Mark Knopfler, Knocked out loaded (1986) 鈥揺xceptuando el largo 鈥淏rownsville girl鈥濃 o el defenestrado, con raz贸n, Down in the groove (1988).

El breve racconto alcanzar铆a para acordar con los ortodoxos: aquella trilog铆a podr铆a haberse admitido insuperable, si justo ahora no hubiese salido un disco como Modern Times. Un trabajo de factura exquisita, poblado de belleza, reminiscencias y embeleso, que no puede tomarse como un 鈥減unto alto鈥 aislado, porque lo preceden dos que no son menos: Love and Theft (2001) y Time out of Mind (1997). Luego de cinco a帽os de ausencia musical 鈥揺n los que Dylan estuvo ocupado en sus quehaceres literarios鈥, el viejo lobo folk reapareci贸 a los 65 a帽os con ganas de redimirse y redimir. Como si todo este tiempo de introspecci贸n, encierro y escritura, que deriv贸 en la autobiogr谩fica Chronicles, hubiese detonado sus recuerdos m谩s preciados. Como los buenos vinos, Dylan envejece brillando y lo demuestra. Puede afirmarse que Modern Times completa su segunda trilog铆a perfecta, que comenz贸 a edificar 鈥搈ucho m谩s paciente que en la era del Village y las anfetas鈥 en 1997.

El disco n煤mero 44 de su carrera se edita oficialmente el pr贸ximo martes y fue producido por su otro yo: Jack Frost. Lo acompa帽an Tony Garnier en bajo y violencello, Stu Kimball y Denny Fremman en guitarras, Donnie Herron en steel guitar, viol铆n, viola y mandolina y George Receli en bater铆a. Y es el propio Robert Allen Zimmerman, de Minnessota, el que toca guitarra, arm贸nica y piano. De las diez canciones hay un solo cover: como en su disco debut de 1962, Dylan acude a sus ancestros bluseros. En este caso, a McKinley Morganfield (Muddy Waters para los amigos), para retratar, como una r茅mora fiel pero potente, la versionad铆sima 鈥淩ollin鈥 and Tumblin鈥欌. Pero el material propio, excepto 鈥淲orkingman鈥檚 blues鈥, indaga m谩s bien en las (sus) ra铆ces country-folk. Es en canciones exquisitas como la sosegada 鈥淲hen the deal goes down鈥 o 鈥淭he leavee鈥檚 gonna break鈥 (que recuerda a Creedence), en donde Dylan parece evocar su pasado lejano. Musicalizar la extensa revisi贸n biogr谩fica que lo llev贸 a escribir sus cr贸nicas en un papel.

Tambi茅n caminan por las arenas del acervo tradicional estadounidense la jazzeada 鈥淪pirit on the Water鈥, que parece compuesta en medio del humo en un cabaret mestizo de los 鈥50, al igual que 鈥淏eyond the Horizon鈥. Del Dylan m谩s 鈥渆l茅ctrico鈥 鈥揷omo el de 鈥淧olitical World鈥濃 hay piezas como la que abre el disco, 鈥淭hunder on the Mountain鈥, o la colgada 鈥淪omeday Baby鈥, que parece revivir en cada nota el esp铆ritu de Jerry Garc铆a. Pero hay dos que se imponen como futuros quiebres: 鈥淣ettie Moore鈥 y la apocal铆ptica 鈥淎in鈥檛 talkin鈥欌. As铆, el paradigma de que Dylan no iba a poder superar jam谩s su momento cumbre de los sesenta hoy est谩 m谩s en duda que nunca... y, paradojas dylanianas, justo con un disco llamado Tiempos modernos.

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