En contra del promocionado libro-denuncia de Naomi Klein, el disco-denuncia de Kevin Johansen se llama Logo. Claro que esta es una denuncia a la Johansen: con todo tipo de cruces de m煤sica y letra subrayados por la iron铆a. Hecha en portu帽ol, la canci贸n juega tambi茅n con el 鈥渄espu茅s鈥 al que remite 鈥渓ogo鈥 en portugu茅s. Con este disparador conceptual, la mayor virtud del cuarto disco del hombre nacido en Alaska es la de permanecer fiel a una forma de hacer particular, que a esta altura es un bien ganado sello de autor. Aun a costa de repetirse, Kevin Johansen hace honor a la canci贸n que supo conseguir, que suena inconfundible en cada una de las 17 canciones del disco. Lo cual no es poco decir.
Ya desde el primer track (el mism铆simo 鈥淟ogo鈥) queda claro que lo nuevo no viene por el lado de la ruptura con lo anterior. Y que cierto esp铆ritu de celebraci贸n se prolonga en este disco de Johansen, que suena tan Johansen. En algunas canciones, las estructuras se repiten demasiado: 鈥淪usan surrender鈥, con su aire country a partir de Susan Sarandon, o 鈥淐hica rolinga鈥, suerte de segunda parte (驴autohomenaje?) de la anterior 鈥淐umbiera intelectual鈥. Cuando, en cambio, hay alg煤n paso hacia lo m谩s desconocido 鈥揷omo en 鈥淓se lunar鈥, con Amparo S谩nchez, de Amparanoia, como invitada鈥 el disco gana. Y tambi茅n cuando Johansen le encuentra alguna vuelta de tuerca a Johansen, como en el sint茅tico 鈥淪on del MP3鈥 (鈥淢e gusta mucho lo que hac茅s! Te bajar茅 a MP3!鈥) o en 鈥淟a hamaca鈥, que suena como el nombre de la canci贸n. Y la afinidad musical con Paulinho Moska (que hasta se plasm贸 en un recital conjunto) aparece en 鈥淧or las ruas pelas calles鈥.
Si el humor o la iron铆a aparecen desde la letra o desde la m煤sica (o desde el cruce entre ambos) en estas canciones, no es para proponer lo liviano. Y no s贸lo porque terminan diciendo tanto m谩s que buena parte del rock local, por ejemplo (una meta de f谩cil concreci贸n hoy en d铆a), sino porque marcan una cancha que de a poco va tomando forma, la de la canci贸n hecha hoy de este lado del mapa. Hay otra cuesti贸n a favor, nada menor: The Nada, el grupo con el que Johansen se arm贸 desde el exitoso Sur o no sur, marcado por la presencia de Zurdo Roizner, que suena como suenan las bandas s贸lidas que se conocen de hace rato.
Hay otros invitados, adem谩s de Moska y de la cantante de Amparanoia, y la lista es af铆n a la est茅tica de las canciones de Johansen, o m谩s bien al 鈥渓ogo鈥 que 鈥搃ndefectiblemente鈥 representan en el universo posible de la m煤sica. Est谩 el espa帽ol Albert Pl谩, la colombiana Andrea Echeverry, el cordob茅s europeizado Minino Garay, el argentino abrasile帽ado Ramiro Musotto, el argentino amurgado Dani Buira. El 鈥渓ogo鈥 Johansen se completa con el arte de tapa de Liniers, que viene mostrando en sus shows dibujos en vivo, a la manera de VJ l谩piz en mano, y que, como todos los que siguen sus tiras saben, dibuja con justa belleza.
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