¿Magia? ¿Conspiración? ¿Amistad? ¿O, tal vez, la luna llena, como pensaba George Harrison? No se puede descartar ningún factor en la génesis de Traveling Wilburys, el supergrupo creado en torno del ex Beatle en la primavera de 1988. La casualidad también contribuyó a reunirlo, bajo el mismo techo californiano, con Roy Orbison, Bob Dylan, Tom Petty y Jeff Lynne. Y el destino intervino con fatal venganza contra los cinco músicos y cantantes de talentos tan distintivos: el gran Orbison morirÃa de un ataque cardÃaco antes de terminar el año, con el primer disco de la banda aún caliente. Sus amigos le dedicarÃan la segunda y definitiva entrega, curiosamente titulada Volumen 3. Y ahora, las imágenes de la histórica grabación de Volumen 1 se develan por primera vez en The Traveling Wilburys Collection.
La colección aparecida la semana pasada incluye los dos discos originales y temas adicionales. Pero, además, Olivia Arias rescató el video casero que su marido, George Harrison, grabó de los encuentros de los Wilburys. Y esas imágenes inéditas cuentan la mágica historia de la reunión de los cinco grandes talentos que parieron, en menos de dos semanas, un disco con temas inmortales como “Handle with Careâ€, “Dirty World†o “Not Alone Anymoreâ€. “Todo por la música, sin ningún plan ni decisiones concretasâ€, dice Orbison con su voz profunda y dramática. “Sólo quise preservar la amistad, que no se abusara de la relaciónâ€, agrega Harrison.
Todo comenzó, precisamente, de la mano de Harrison: el guitarrista de The Beatles necesitaba un “lado B†para acompañar un single europeo del disco Cloud Nine y, mientras estaba en Los Angeles, contactó a su coproductor Jeff Lynne para que lo ayudara con la canción. Con Jeff estaba trabajando Roy Orbison, que rápidamente se prestó a dar una mano; y la casualidad quiso que George estuviera en lo de Tom Petty, que no lo pensó dos veces antes de subirse al barco. El azar, otra vez, los llevó a casa de Dylan, quien tenÃa un pequeño estudio de grabación que puso a disposición de Harrison. “Contestó el teléfono a la primera vez. Otras veces tarda un añoâ€, bromea en el video el instigador de la movida. “Estábamos todos allà y pensé que no iba a cantar yo solo. TenÃa a Roy Orbison, y decidà escribir algo para que cantase. A medida que todo progresó, empecé a grabar las voces y pensé que quizá podrÃa hacer algo para que Tom y Bob cantaran el estribillo.†El resultado de esa primera sesión fue nada menos que “Handle with Careâ€, que llevó a Harrison a pensar: “¿Qué puedo hacer con esto? Lo único que puedo hacer es agregar otras nueve canciones. Hacer un discoâ€.
AsÃ, el quinteto cambió de escena y se instaló en la villa de Dave Stewart, guitarrista de Eurythmics. “En pandilla, sólo hombres, sin mujeres, ni niños. Necesitaban su espacio libreâ€, recordó Olivia al presentar el documental en Londres. Las canciones del disco brotan sin esfuerzo aparente, con pocos cambios en las letras y aún menos tomas. En corrillo frente a un micrófono, sentados en cÃrculo con sus respectivas guitarras. “Hoy dÃa no podrÃa repetirse una experiencia semejante. Todo surgió espontáneamente, al margen de las discográficas. Un supergrupo como los Traveling Wilburys no podrÃa formarse en el ambiente actualâ€, reconoció Barbara Orbison, viuda del exquisito cantante. Registrado en sólo once dÃas, el primer disco se publicó en octubre de 1988 bajo seudónimos, con una historia falsa sobre los cinco hermanastros Wilbury. LlegarÃa al doble platino.
Orbison falleció apenas concluido el disco. El videoclip de “End of the Line†honra su ausencia con dos simples recuerdos: una silla sobre la que posa su guitarra y un retrato sobre la repisa. Desde allÃ, el cantante de voz inimitable sonrÃe y parece escuchar a sus compañeros. “Me negué a ver estas imágenes durante mucho tiempo. No querÃa dejarme llevar por la emociónâ€, admite Barbara. Desde entonces, Olivia también perdió a su marido. “El sentimiento es agridulce, pero me hace sentir bien. Sé que George estaba encantado con este proyecto. Surgió porque eran amigos y todavÃa lo seguimos siendo.†Los Wilburys regresaron al estudio sin Orbison. A él le dedicaron Volumen 3, de 1990, un trabajo que, sin embargo, no alcanza el brillo de su predecesor. HabÃa cambiado el ambiente, el escenario, el humor de la superbanda. Faltaba la gran voz de “Pretty Womanâ€. Probablemente falló también la luna llena.
* De El PaÃs de Madrid. Especial para Página/12.
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