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8-Worrisome Heart

Melody Gardot. UCJ, 2008

Melody Gardot transita, con una buena voz que coquetea con el susurro, arreglos precisos y un grupo más que competente, ese vago territorio situado al costado del pop y bastante cercano al jazz, aunque sin tocarse necesariamente ni con uno ni con el otro. Algunos datos hablan, por otra parte, de alguien que está lejos de ser una simple operación de mercado. Por ejemplo, compone todos sus temas y tanto sus músicas como sus letras son poco rutinarias. Pero, sobre todo, logra un estilo propio e inconfundible. D. F.

10-María

Cecilia Bartoli. Decca, 2008

Podría tratarse solamente de que el color oscuro de su voz de mezzosoprano rara vez se da la mano con la agilidad y afinación en los pasajes veloces de coloratura como en su caso. Pero Bartoli, además, hace gala de inteligencia para pensar cada disco como un objeto irremplazable e interesante desde el punto de vista del repertorio. Aquí rinde homenaje a María Malibrán junto a una orquesta “historicista” y recupera dos joyas: la escena y aria “Infelice”, de Mendelssohn, y la versión para mezzo de “Casta diva”, de Bellini. D. F.

7-Nada más que decir

Fernando Rusconi. Independiente, 2008

En los ’60, el órgano Hammond y, en particular, en combinación con la guitarra eléctrica, creó un verdadero sonido de época, con cumbres como la sociedad de Jimmy Smith con Barney Kessel o con Wes Montgomery. Mucho después, ese sonido, en el que ya estaba implícita una mirada hacia el soul y el rhythm & blues, fue retomada por Martin, Medeski y Wood y, aquí en Argentina, por Fernando Rusconi. En Nada más que decir desarrolla un sonido potente y un concepto donde la energía y el pulso rítmico ocupan el lugar protagónico. D. F.

8-Miradas

Viviana Prado. Independiente

Viviana Prado tiene una bella voz, bien plantada y expresiva, tiene un repertorio basado en grandes temas y autores, que de alguna manera conforman un universo coherente. Con estos elementos logró un disco muy interesante, en la buena compañía de músicos como Rudi Flores, Rodolfo Sánchez y Marcelo Mercadante. A través de autores como Fandermole, Yupanqui y Albérico Mansilla, el disco transita el tango y el folklore, y quizá sea en este segundo género donde Prado encuentra el mejor terreno para lucirse. K. M.

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