Seguramente habr谩 quienes no hayan jugado alguna vez al or谩culo de Kevin Bacon. Para ellos va la aclaraci贸n: se trata de una web que, a partir de las teor铆as del psic贸logo Stanley Millgram, vinculaban a Bacon en menos de seis pasos con cualquier otro actor de cine. Podr铆a pensarse a la serie The Following 鈥搎ue desde ma帽ana Warner Channel emitir谩 los jueves a las 23鈥 como una versi贸n perversa de aquel juego. No s贸lo porque este thriller lo protagoniza el mismo Bacon, sino que adem谩s su antagonista es un asesino serial que usa la conectividad digital para relacionarse con otros y crear una asociaci贸n dedicada a masacrar sujetos.
Bacon interpreta a Ryan Hardy, un ex agente del FBI que vuelve al ruedo para capturar a un carism谩tico, trastornado y distinguido criminal. Joe Carroll (James Purefoy) es el hombre en cuesti贸n, un profesor universitario de literatura obsesionado con terminar su obra y empezar otra, que b谩sicamente consisten en lo mismo: matar. En el comienzo del primer cap铆tulo, no bien suenan los acordes de 鈥淪weet Dreams (Are Made of This)鈥 por Marilyn Manson, el televidente percibe que algo malo est谩 por suceder. Carroll acaba de escapar de la prisi贸n en la que estuvo encerrado casi una d茅cada por el asesinato de catorce estudiantes suyos que lo idolatraban por su oratoria y presencia. Ah铆 entra en escena Hardy, su ex cazador y 煤nico investigador capaz de entender las motivaciones del asesino y volver a atraparlo. Esa fue su cara y cruz, casi muri贸 en el intento, enamor贸 a la esposa del delincuente y en el presente trata de combatir sus recuerdos con grandes dosis de alcohol. Basta un suicidio en p煤blico para que Hardy deduzca el plan maestro de Carroll. El villano tiene 鈥渟eguidores鈥 con los que ha formado un culto. Durante su estancia en prisi贸n, el asesino aprovech贸 su reputaci贸n en la web, el tiempo y sapiencia para generar una red social con aquellos que seguir谩n sus mandatos. Es entonces cuando realmente comenzar谩 The Following.
Hardy define a este Hannibal Lecter 2.0 como 鈥渦n rom谩ntico鈥, experto en Faulkner, Melville, Thoreau y, el culpable de su locura sanguinaria, Edgar Allan Poe. El hombre est谩 obsesionado con el autor de Los cr铆menes de la calle Morgue, al punto de que compara sus matanzas con las obras del autor decimon贸nico. No por nada los cuerpos de sus v铆ctimas llevan el sello de una lectura literal de Poe, sea con frases escritas en sus anatom铆as o arranc谩ndole los ojos. 鈥淪eg煤n Poe, eran la entrada al alma鈥, dir谩 un personaje. Pero no hay que ser un especialista en literatura para ver The Following. De hecho, la analog铆a entre el proyecto de Carroll y la obra del escritor es uno de los pocos trazos gruesos de la ficci贸n. Cada vez que el FBI encuentra un muerto, alguien explica c贸mo y por qu茅 est谩n vinculados.
En lo narrativo, la historia acontece entre el modus operandi de asesinos y detectives, junto a los flashbacks que develan las dualidades de los personajes. La puesta en escena no es solemne ni grandilocuente y se hace cargo de las m煤ltiples citas a otras producciones: desde Pecados capitales al m谩s reciente El cuervo (film en el que un asesino hac铆a lo mismo que Carroll, pero contextualizado en el siglo 19) junto a series televisivas contempor谩neas (Dexter y Criminal Minds), en una cruenta bater铆a pop que logra su cometido. Las escenas de suspense est谩n muy logradas, las de sangre y tripas son expl铆citas, e incluyen cierto humor perverso digno de su creador: Kevin Williamson, el productor y guionista de Scream y S茅 lo que hicieron el verano pasado. Justamente dos sagas cinematogr谩ficas, en especial la primera, reconocidas por reformar el g茅nero de terror con sus gui帽os referenciales.
鈥淟a mente de Williamson va a lugares muy interesantes y al extremo 鈥搇e dijo Bacon al diario brit谩nico The Guardian鈥. Cada vez que me llega el gui贸n, me digo a m铆 mismo: 鈥極h Dios, eso no lo ve铆a venir鈥.鈥 No le faltan razones al int茅rprete de Footloose, Apolo 13 y R铆o M铆stico (otra de las caras familiares en pantalla grande que se vuelcan a la televisi贸n). En un momento del cap铆tulo inicial, el homicida le declara al perseguidor-perseguido que su primera obra 鈥渇ue demasiado experimental鈥, que ahora lo necesita para su continuaci贸n como 鈥渆l h茅roe torturado que busca su redenci贸n鈥. El espectador posiblemente ya se hab铆a dado cuenta de ello. Lo que no se imaginaba es que su n茅mesis se lo dijera de forma tan inteligente y retorcida.
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