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Martes, 24 de septiembre de 2013
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La 65ª edición de los premios Emmy a la televisión de EE.UU.

Noche sin grandes ganadores

Breaking Bad, Homeland y The Newsroom se repartieron galardones. House of Cards fue la primera premiada que se ve por Internet.

Por Emanuel Respighi
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Claire Danes, premiada como actriz dramática.

“Bienvenidos a la gran noche de la televisión. Para los jóvenes: televisión es eso que miran en sus teléfonos.” La definición sobre la pantalla chica que disparó Neil Patrick Harris, a cargo de la conducción de la ceremonia de entrega de los premios Emmy, les soltó una carcajada a buena parte de la platea conformada por productores, guionistas, directores y actores presentes en el Kodak Theatre de Los Angeles. Y, probablemente, a millones de televidentes mayores de 30 años, cuyas palabras fueron tomadas más en broma que como un diagnóstico de los hábitos de consumo actuales. Sin embargo, el comentario esconde una realidad irreversible para muchos de los nativos digitales que el domingo último encendieron su TV –aquellos que tienen en su hogar esa antigualla–- para ver cuál era la suerte de su serie favorita, House of Cards, el primer programa producido y distribuido por Internet nominado a un premio Emmy. El sabor para ellos fue agridulce: la serie que distribuye Netflix se alzó con la estatuilla como mejor director, a manos de David Fincher, pero el mejor drama para los miembros de la Academia de Artes y Ciencias de la Televisión fue Breaking Bad.

La 65ª edición de los premios Emmy entró en la historia como la primera en reconocer a una producción audiovisual cuya distribución es exclusiva por Internet, a través de la plataforma paga de series y películas on line Netflix. House of Cards llegó a la ceremonia con nueve nominaciones y muchas expectativas de ser la gran ganadora de la noche, pero sólo se pudo imponer en dirección y en otros dos rubros técnicos. Kevin Spacey, que en la serie de poder político y ambición interpreta al congresista Francis Underwood, se quedó con las ganas como mejor actor dramático. En cualquier caso, la sorpresa en la categoría no fue que el protagonista de Belleza americana no haya ganado sino que la estatuilla tampoco fuera a parar a manos de Bryan Cranston, que por su gran papel como Walter White en Breaking Bad era el favorito de crítica y público. El mayor asombro de la noche fue que los votos como mejor actor dramático favorecieran a Jeff Daniels, el presentador de noticias de The Newsroom. Una buena interpretación, pero en ningún caso más comprometida que la del profesor de química devenido en zar de la metaanfetamina que Cranston compone en Breaking Bad, cuyo capítulo final de la serie se emite el próximo domingo en Estados Unidos (en la Argentina, la última temporada comienza recién el 14 de octubre, por AXN).

No fue la única sorpresa de una noche en la que ninguna serie disfrutó el post party, sabiéndose ganadora excluyente de la velada. Los miembros de la Academia se encargaron de convertir la ceremonia en una gran ensalada de premios, sin ponerse colorados. De hecho, al final de la noche, Breaking Bad fue elegida como el mejor drama, pero hasta ese momento se había convertido en la gran perdedora, llevándose únicamente el premio a actriz dramática de reparto, en manos de Anna Gunn. “No me lo esperaba”, aseguró al momento de recibir el premio el creador de la serie, Vince Gilligan, quien pensaba que el premio iría a parar a House of Cards. ¿Cómo se explica que fuera considerada la mejor serie dramática y, a la vez, haya perdido en todas las categorías en las que competía? En dirección, por ejemplo, fue reconocido Fincher por el piloto de House of Cards, mientras que en guión el premio fue para el recientemente fallecido Henry Bromell, por Homeland.

La serie de acción y suspenso que en el país emite FX tuvo un buen desempeño, si se tiene en cuenta que en medio de la repartija Homeland se alzó, además, con el premio a mejor actriz protagónica en drama, por la genial interpretación de esa agente bipolar que compone Claire Danes, que fue reconocida por segundo año consecutivo. En drama, además, Bobby Cannavale se impuso en la categoría de actor de reparto por la casi olvidada Boardwalk Empire. En miniserie o telefilm, la gran ganadora de la noche fue Behind the Candelabra, la superproducción de HBO –contó con un presupuesto de 23 millones de dólares– dirigida por Steven Soderbergh y protagonizada por Michael Douglas y Matt Damon. La biopic de dos horas, en el que Douglas interpreta al famoso pianista Liberace, que murió de sida en 1987, logró 11 premios Emmy, aunque ocho de ellos en categorías menores. La gran decepción fue Game of Thrones: de las 16 nominaciones que tenía, apenas se impuso en dos rubros técnicos.

En una ceremonia en la que abundaron los números musicales (con Elton John como figura principal) y los bailes (por primera vez se entregó el rubro “coreografía” en vivo), los ganadores menos discutidos se dieron en la comedia. Por cuarto año consecutivo, Modern Family resultó la mejor comedia, en un reinado que a esta altura parece tener más razones en la deficiencias de la competencia en el género que en su propia reinvención.

“Quizá son los Emmy más tristes de todos los tiempos, pero nosotros no podríamos estar más felices”, afirmó su productor ejecutivo, Steve Levitan, en referencia al tributo especial que se les rindió a los fallecidos James Gandolfini (Los Soprano) y Cory Monteith (Glee), entre otros guionistas, productores y actores, que tuvieron In Memoriam personalizados. Un recurso nuevo en la entrega que alcanzó su pico máximo de emoción cuando Eddie Falco despidió con unas sentidas palabras al actor que interpretó a Tony Soprano, el mafioso más bueno de la TV mundial, de quien era su esposa Carmela en la ficción.

El neurótico y obsesivo científico Sheldon Lee Cooper, la creación de Jim Parsons en The Big Bang Theory, le dio al actor su tercer Emmy como protagonista de comedia. En el rubro femenino nadie discutió que Julia Louis-Dreyfus se llevara la estatuilla por su papel de frustrada vicepresidenta de los Estados Unidos en Veep. Su compañero de elenco, Tony Hale, hizo lo propio como secundario en comedia, mientras que Merritt Wever consiguió el premio a la mejor actriz cómica de reparto por Nurse Jackie. Los Emmy volvieron a demostrar que, también en el jurado de especialistas, hay casi tantas preferencias como televidentes.

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