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Lunes, 7 de abril de 2008
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Entrevista a Matías Martin y Clemente Cancela

Enfoques sobre la vida real

Son las caras nuevas de La liga, que hoy empieza su cuarta temporada por Telefé. Martin sostiene que el aporte del ciclo es que “les da lugar a todas las miradas de un conflicto”.

Por Emanuel Respighi
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En el primer programa, Matías Martin y Clemente Cancela intentarán trazar un mapa del delito en Argentina.

Con una fórmula simple que no suele tener mucho lugar –y mucho menos continuidad– en la TV, La liga comenzará hoy a las 23.15 su cuarta temporada. El programa de Telefé producido por Eyeworks-Cuatro cabezas volverá a la pantalla con su principal fortaleza: abordar integralmente la realidad para intentar, desde la pluralidad de las subjetividades que conforman el programa, llegar a la ansiada –y utópica para algunos–- objetividad. O, más bien, brindarle al espectador las herramientas necesarias y los diferentes puntos de vista sobre una misma problemática para que cada cual saque sus propias conclusiones. Para ello, como sucede cada año, el staff de periodistas y cronistas del programa se renovará casi completamente: del año pasado sólo queda Gisela Busaniche, ya que se incorporaron a La liga 2008 Matías Martin, Clemente Cancela y Tamara Hendel.

Las nuevas caras son, en rigor, Martin y Cancela, ya que Hendel es la histórica productora ejecutiva del ciclo. “La liga no busca el impacto periodístico sino contar historias y problemas a partir de diferentes miradas”, explica a Página/12 Martin, que debuta como periodista social en la TV. Por su parte, Cancela señala que “La liga puede ser un exponente del nuevo periodismo televisivo, que se relaciona más con la estética, la realización y la imagen, que con el contenido. El corazón de La liga no muestra el problema sino que convive con él, no informa, sino que profundiza”. En el envío de esta noche, el programa intentará diagramar un mapa del delito en Argentina, a través de datos estadísticos y entrevistas a especialistas en seguridad, víctimas y ladrones.

Pese al entusiasmo, los nuevos cronistas confiesan que vieron “muy poco capítulos” del programa, pero que, sin embargo, no dudaron en aceptar la propuesta. “Cuando lo veía haciendo zapping me fascinaba la manera en que estaba contado el cuentito”, plantea Martin. Para Cancela, al formar parte de la productora por su trabajo como notero en CQC, el atractivo fue otro. “Vi pocos capítulos enteros, pero como trabajaba en la productora tenía referencias de lo que sucedía en el ciclo y me intrigaba muchísimo trabajar en una producción tan preparada como la de La liga”, destaca.

–¿Van a aportar alguna mirada en particular en el ciclo?

Matías Martin: –No hay un papel dado de antemano que cada uno tenga que rendir. Yo siento que conecto con el entrevistado, que puedo lograr un nivel alto de intimidad. Pero la mirada nuestra es la mirada del protagonista con el que se está hablando. Uno es un prisma que licua la mirada del entrevistado.

Clemente Cancela: –Cada uno tiene su estilo. No vengo a hacer el personaje de CQC, aunque obviamente si me convocaron, algo esperarán de eso. Pero naturalmente te puede surgir un estilo.

–El hecho de acoplarse a un programa que ya tiene tres temporadas detrás, ¿dificulta la posibilidad de plasmar un estilo propio dentro de esa estructura? ¿O la renovación continua del staff facilita la inserción?

M. M.: –Incorporarme a un ciclo que ya existía es algo nuevo y, por lo tanto, un desafío. Queremos interpretar exactamente cuál es la búsqueda, sentirnos cómodos y ver qué se puede aportar, sea un estilo o un modo. Después de cuatro años del ciclo en el aire, es natural que al comienzo uno se subordine a la producción. Las múltiples miradas facilitan la inserción. Cada uno está profundizando una historia de manera muy compleja, diferente y hasta opuesta. Convivir con las partes involucradas te hace comprender la situación, con todas las cartas sobre la mesa.

–Programas como La liga, que suelen abordar temáticas marginales, encierran un interrogante: si la puesta al aire de esos márgenes aporta algo a la solución de las problemáticas o si sólo responden a una necesidad comercial. ¿Cuál es su opinión al respecto?

M. M.: –Partimos de la base de que es un programa de TV. Pero La Liga aporta porque les da lugar a todas las miradas de un conflicto. En el conflicto del campo en la TV, por ejemplo, se transmitía por lo general una mirada, más coyuntural que profunda: el discurso de la presidenta, el de De Angeli y el de D’ Elía. No más que eso. La liga siempre busca ir al centro de los problemas, para entender o saber qué lleva a cada actor de un conflicto a hacer lo que hace. Prima el análisis y la vivencia de una situación por sobre las información. Para un pequeño productor o uno grande, escuchar lo que dice la cooperativa de trabajo de D’ Elía, y vicerversa, aporta miradas, ideas y sensaciones. Obviamente, no soluciones.

C. C.: –Un informe se construye a partir de cuatro miradas diferentes, sobre diversos aspectos de un mismo tema, y a partir de ahí se cuenta una historia. Una diferencia con la TV marginal es que en esta última hay un periodista entrevistando al chico que fumó paco y que en vez de buscar una historia y sus motivaciones hace foco en cómo se metió el paco en el cuerpo y lo hecho bolsa que está. En La liga, a partir de un problema, se va para atrás para tratar de entender sus motivaciones.

M. M.: –La teoría made in TEA es más fácil: el periodista va al lugar, observa e informa. No es parte del gobierno ni es asistente social. Pero en la práctica la teoría periodística se desecha. A veces es imposible evitar dar una mano, más allá de la tarea periodística.

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