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de Chris Butler y Sam Fell.
Con las voces de K.
Smit-McPhee y Anna Kendrick.
2012, 92 min.
AVH.
No cuesta calificar de “burtoniana” a la ópera prima de Chris Butler y Sam Fell, con su niño protagonista que, como cierto famoso antecesor, ve gente muerta. Muchachito definitivamente dark, Norman es también el “rarito” del pueblo en que vive, vecino de Salem, Ma-ssachussetts. Ya se sabe lo que sucedió en Salem, allá por los siglos XVII y XVIII. En la aldea de Norman no ocurrió nada demasiado diferente. Hasta el punto de que su principal atracción turística es la conmemoración anual de la quema de la bruja. Pero detrás de la historia oficial hay una bastante más retorcida, que los poderes de Norman le permitirán develar. En esa fábula hunde Paranorman su muy crítica visión de los Estados Unidos, los de ayer y los de hoy.
de Daniel Nettheim.
Con Willem Dafoe, Sam Neill y Frances O’Connor.
2011, 102 min.
SBP.
Son contadísimos los actores cuya presencia en pantalla es tan poderosa que pueden sostener una película por sí solos. Willem Dafoe es uno de ellos. Aquí hace de un veterano cazador a quien un millonario le encarga trasladarse a Australia para atrapar al último ejemplar del Demonio de Tasmania. Sí, eso que uno creía un dibujito animado resultó ser una especie más de la bizarra fauna de ese continente, al que se da por extinguido desde largo tiempo atrás. El personaje de Dafoe intentará demostrar lo contrario. El carácter solitario, parco y reconcentrado de ese loner le va como anillo al dedo al actor de Pelotón, quien encima tiene aquí a su lado a otro grande, el infalible Sam Neill. La película tiene el tono adecuado, así que cartón lleno.
de Sebastián Silva.
Con Catalina Saavedra, Claudia Celedón y Mariana Loyola.
2009, 95 min.
AVH.
Una de las cinematografías-estrella del último lustro es la chilena y La nana, uno de sus exponentes de mayor repercusión. Tanta que aunque con varios años de atraso llegó a estrenarse en la Argentina, lo cual no sucede todos los días. La nana hace foco sobre la empleada doméstica de una familia de la burguesía santiaguina, reina del living y la cocina hasta que una serie de desmayos y cefaleas aconsejan a la dueña de casa la conveniencia de tomar una segunda doméstica. Inicio de una guerra que tendrá su grado de locura. El realizador Sebastián Silva revela agudeza, pero también suficiente sentido del cálculo como para conducir las cosas a un estudiado happy end. Consagratoria actuación de Catalina Saavedra, en el papel de la nana.
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