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Sábado, 4 de noviembre de 2006
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LLEGA LA COREANA “J.S.A.”

Amores prohibidos en medio del fuego

Film de culto para seguir conociendo a Park Chan-wook, director de Old Boy.

Por Horacio Bernades
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Enemigos demasiado amistosos en la frontera coreana.

En una noche de lluvia mueren dos militares y otros tres quedan gravemente heridos, tras un sangriento tiroteo que tuvo lugar en un puesto de control de Corea del Norte, a metros de la frontera que los separa de sus vecinos y enemigos jurados del Sur. Dado el resentimiento histórico y la fragilidad en las relaciones diplomáticas entre ambas Coreas, el incidente podría conducir directamente a una nueva guerra, medio siglo después de aquella que dividió para siempre ese país asiático. En vistas de la gravedad de la situación, las Naciones Unidas hacen intervenir a una oficial, hija de coreanos pero nacida en Suiza, para que investigue. Pero de ambos lados parecen estar ocultando información. ¿Qué ha sucedido en verdad en ese puesto de frontera, que parece incomodar tanto a ambas naciones?

Ese es el punto de partida de J.S.A., ópera prima del ya famoso Park Chan-wook y la película que lo consagró nacional e internacionalmente, años antes de Old Boy. Record histórico de boleterías en su país en el momento del estreno, seis años más tarde J.S.A. llega a la Argentina, en formato VHS y DVD y con el subtítulo de Zona de riesgo. La edita el sello SBP, como parte de su notable colección Cine de Acción, íntegramente dedicada a films asiáticos de culto, que acercará al público porteño joyas de cineastas como Wong Kar-wai (As Tears Go By), Miike Takashi (la serie Dead or Alive), Tsui Hark (Seven Swords) y Bong Joon-ho (Memories of Murder). A los 37 años (nació en 1963), en su debut, Park Chan-wook se presenta ya como un consumado narrador cinematográfico, capaz de manejar con pareja habilidad la intriga y el suspenso, los distintos tiempos del relato, la construcción emocional de la historia, el estilo visual de cada escena y, cómo no, las densas connotaciones históricas, políticas e identitarias que la película suscita.

Estrenada en el 2000, J.S.A. se inscribe decididamente dentro de la política de recomposición de relaciones con los vecinos del Norte, emprendida un par de años antes por el presidente surcoreano Roh Tae-woo. De hecho, J.S.A. no es la primera película de su origen en abordar ese tema, hasta entonces tabú. El año anterior, el thriller político Shiri (editado en video por LK-Tel) había roto todos los records de boletería en su país, al imaginar una conspiración norcoreana que amenazaba hacer volar por los aires a la entera Corea del Sur. En lugar de seguir echando leña al fuego de la paranoia mutua, en J.S.A. Park Chan-wook hace exactamente lo contrario, al poner en escena una pasional relación de amistad entre guardias fronterizos de ambos países.

Se trata de una suerte de amor prohibido, y de hecho la relación entre los cuatro –que, evocada en flashbacks, constituye sin duda el núcleo emocional de la película– no carece en absoluto de matices homoeróticos. Esos juegos nocturnos serán castigados cuando los padres (perdón, un alto oficial) descubran lo que hacían los chicos cuando se quedaban solos, en cierto puesto de control fronterizo de Corea del Norte. En ese momento, las intenciones de reunificación habrán fracasado trágicamente, en medio de un baño de sangre que recuerda a otro que tuvo lugar medio siglo atrás, cuando el país se dividió para siempre.

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