鈥淚tuzaing贸, Buenos Aires, 1994鈥, anuncia un cartel impreso sobre la primera imagen de Labios de churrasco, y es como si desde siempre ese cartel hubiera estado esperando la edici贸n en DVD, un siglo m谩s tarde, de esa pel铆cula y las que completan la llamada 鈥淭rilog铆a de Ituzaing贸鈥. Editarlas hoy es como hacer un redescubrimiento arqueol贸gico. Cuando Labios... se film贸 no s贸lo no exist铆a el fen贸meno que revolucion贸 el cine argentino de la 煤ltima d茅cada (el famoso Nuevo Cine Argentino), sino que esa misma revoluci贸n se ver铆a anticipada en ella, tanto como en sus contempor谩neas Rapado y Picado fino. En una preciosa cajita negra, que en letras y garabatos reproduce parte de un gui贸n tachado, sobreescrito y recontracorregido, el sello 791 Cine acaba de editar, con el t铆tulo de La Trilog铆a, la que componen Labios de churrasco, Graciadi贸 y 5 pal鈥 peso (as铆, con el ap贸strofe corrido de lugar). Trilog铆a que convertir铆a a su director, Ra煤l Perrone, en patriarca y referente de buena parte del cine argentino posterior.
Distribuida por Gativideo y disponible en todos los videoclubes, la cajita, tan exquisita como todas las de 791 Cine, incluye un lindo booklet, pero no rebosa de extras. El boo-klet trae fotos de Perrone & Co. at work e incluye art铆culos de Fernando Mart铆n Pe帽a, Hern谩n Guerschuny, Javier Porta Fouz y Diego Lerer. Entre los pocos extras, declaraciones del propio Perrone y testimonios de gente que trabaj贸 con 茅l, que aprecia su trabajo desde temprano (el cr铆tico Alejandro Ricagno) y hasta de un 鈥渇amoso鈥, como Gast贸n Pauls. Despu茅s, claro, lo que m谩s importa: las pel铆culas. Pel铆culas que, como se sabe, Perrone (nacido el 5-2-52) film贸 en video, por su cuenta y riesgo, con amigos y actores mechados, rodando s贸lo los s谩bados y en el radio de unas pocas callecitas a la redonda.
鈥淟o 煤nico que te pido, Diosito querido, virgencita de Luj谩n, San Cayetano, Ceferino Namuncur谩...鈥, reza Fabi谩n Vena en el plano de apertura de Labios de churrasco, y all铆 la serie entera parece condensarse prematuramente. En primer lugar, por la deliberaci贸n est茅tica que suponen la elecci贸n del blanco y negro y el primer plano del actor recort谩ndose, a un costado del cuadro, sobre una calle de barrio, que la profundidad de campo hace extender al infinito. Adoptando el color en Graciadi贸 (1997) y manteni茅ndose fiel a su uso en 5 pal鈥檖eso (1998), la cuidada elecci贸n de cada encuadre seguir谩 resultando visible a lo largo de la trilog铆a, con predominio de planos fijos y frontales en interiores y travellings de seguimiento en exteriores. Sobre todo, durante los largos y frecuentes vagabundeos que los personajes emprenden cuando est谩n rayados o melanc贸licos, con la c谩mara tom谩ndolos de frente. La presencia de la calle asoma tambi茅n all铆, en ese plano inicial de Labios de churrasco, y a lo largo de las tres ir谩 armando una Ituzaing贸 de bares y pizzer铆as, de kioscos y videoclubes barriales, de 谩rboles y cielos. Sobre todo cielos. Con lindas nubecitas, como las del mexicano Gabriel Figueroa.
Y despu茅s, las casitas con sus frentes de reja, jardines descuidados e interiores sencillos. Geograf铆a barrial que sirve de marco a lo que podr铆a caracterizarse como costumbrismo seco (en oposici贸n al costumbrismo oficial argentino, que es h煤medo y sensiblero). Pero que eventualmente, en giros del habla como aqu茅l de Vena, en la apelaci贸n demasiado calculada al gag humor铆stico o en alguna escena infrecuente (el reencuentro entre l谩grimas entre padre e hijo, en 5 pal鈥檖eso) se arrima peligrosamente a una versi贸n aggiornada de Minguito Tinguitella. M谩s acusada la recurrencia al sketch en Graciadi贸, abusando de la cita pop y el gui帽o entre amigos en las dos primeras (conversaciones tarantinescas sobre los Simpson, James Bond y el chicle Bazooka; cameos de rockers como Iv谩n Noble, Adri谩n Otero, Adri谩n Dargelos o el Ruso Verea), en el cierre de la trilog铆a el sistema aparece s煤bita, sorpresivamente depurado de modismos, lastres y tics.
Tanto el bello y sentido leit motiv al piano (gentileza del m煤sico Mart铆n M茅ndez) como la presencia de Tristessa, chica depre que compone magn铆ficamente Valentina Bassi, anuncian, en 5 pal鈥檖eso, que Perrone no est谩 ya para bromas (no para bromas tontas, al menos), que Ituzaing贸 ha devenido un mundo m谩s completo, menos adolescent贸n. Mundo del que la muerte ya no ser谩 expulsada, anticipo tal vez del cierre de un ciclo y comienzo de otro. O de otros, habr铆a que decir. Porque Perrone, ese que parece siempre el mismo, suele ser siempre otro, de pel铆cula en pel铆cula y de ciclo en ciclo.
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