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–¿Cómo vivió esta primera experiencia como actriz de cine?

–Es raro, porque terminé encontrando que tal vez sea más fácil pretender ser una persona distinta de la que soy, que ser yo misma. No es que me sienta muy a disgusto en mi propia piel, pero ciertos componentes de mi profesión, como puede ser la fama, y el propio hecho de tener que actuar sobre el escenario, son cosas que pueden llegar a tornarse bastante extrañas.

–¿Y el rodaje, cómo fue?

–Lo peor fueron los tacos altos que me hacían usar. ¡Eran altísimos! Había unos negros que eran los peores. ¡Cómo me hacían doler los pies! Durante toda la primera semana de rodaje no pensé en otra cosa que en los tacos.

–¿Usted es más de andar en pantuflas, no?

–Sí. El problema es que como soy bajita no puedo...

–Cuando se vio en cámara, ¿cómo se sintió?

–Natalie Portman me comentaba durante el rodaje que a ella no le gusta nada verse en la pantalla, lo cual me tranquilizó bastante, porque pensé que si a ella le pasaba, bueno... Y después no fue tan grave verme. Hay cosas o momentos que no me gustan, pero con otras estoy satisfecha.

–¿Qué cosas que no le gustan?

–¿No pretenderá que le diga eso, no?

–Y cuando escucha una grabación suya, ¿qué le pasa?

–Es muy parecido. Lo más duro es escucharme cuando hablo. Es como cuando uno oye su propia voz en el contestador telefónico. Es raro.

–Más allá de esas similitudes, ¿encontró muy diferente el hecho de actuar y el de cantar o hacer música?

–Sí, muy diferentes. Empezando por el hecho de que cuando canto soy yo la que manda. Cuando actuás, la película no es tuya, es de otro.

–La música es un elemento muy importante en las películas de Wong Kar Wai. ¿Eso la atraía, antes de conocerlo?

–Sí, me encanta la forma en que usa la música. Incluso cuando no se oye música en sus películas, la manera en que filma es muy musical. Filma como si tocara jazz, porque se la pasa cambiando cosas sobre la marcha. Trabaja sobre un esqueleto de historia, y sobre eso va variando e improvisando. Es como la relación que un músico de jazz tiene con la partitura...

–¿Se siente la musa de la película?

–Yo no soy quien para decir eso, debería preguntárselo al director.

–Pero usted sabe que la película entera fue construida en función de su presencia.

–Wong Kar Wai me dijo eso.

–¿Y le dijo por qué la eligió?

–No, eso no. Es una persona de pocas palabras.

Norah Jones, de la música al cine

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