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Claude Brumachon y Benjamin Lamarche descubrieron la danza a los diecisiete años. No se conocían, ambos vivían en el norte de Francia pero en distintas ciudades –uno nació en Ruán, el otro en un pueblito llamado Bures sur Yvette– y se cruzaron casualmente en París en una clase en 1981. Era la época en que la danza contemporánea hacía furor en la capital francesa y a ella llegaban numerosos profesores y métodos de todo el mundo. Brumachon y Lamarche tomaron todas las clases que pudieron, pero no se identificaron con ninguna escuela; prefirieron hacer rancho aparte y crearon su primer dueto: Niverolles Duo du col, en 1982. Pero fue con Les Rixes, en 1984, que demostraron que ellos habían fundado una nueva matriz de movimiento y, con ella, una nueva compañía. Una danza de una gestualidad veloz, vertiginosa, vehemente, pasional, tormentosa; todas características que acompañarían a las obras de Brumachon hasta la actualidad. En 1988 llegaron los reconocimientos y Texane les permitió salir de gira por Europa, el su-deste asiático y Estados Unidos. En 1990 la compañía se instaló en Nantes y dos años más tarde la ciudad fundaba el Centro Coreográfico de Nantes, en donde se instalaron de forma permanente (los Centros Coreográficos Nacionales nacieron en Francia a partir de una política cultural de descentralización puesta en práctica en los ’80, desde la cual muchos coreógrafos obtuvieron un espacio para desarrollar su producción, además de dedicarse a la enseñanza, la investigación y el fomento de la creación en el ámbito de la danza). Entre las experiencias más significativas que Brumachon y Lamarche llevaron adelante se encuentra un programa intensivo de entrenamiento en Nigeria, que tuvo como resultado la presentación de la obra Les larmes de Dieux en siete países africanos y en Francia. Además, los bailarines entablaron una estrecha relación con colegas chilenos, con quienes coreografiaron Los ruegos en 1997 y Ausencia en 1999. Entre sus obras más recordadas y repuestas se encuentran Folie (1989), Le Piédestal des Vierges (1988), Texane (1988), Fauves (1992) e Icare (1996), un solo interpretado por Lamarche basado en el mito de Icaro, el hombre que quería volar.

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