Página/12 :: espectaculos :: Los gobiernos criminales

¿Cómo es posible que en la esquina de Córdoba y Florida haya chicos descalzos, pidiendo limosna?”, se pregunta Ernesto Mallo. “Tenemos todavía una enorme cantidad de la población sumergida en la pobreza, sin acceso a la educación, a la cultura, a mejores niveles de vida. Si no protegemos la infancia, estamos perdidos. Y no la estamos protegiendo.”

–¿Cree que la Asignación Universal por Hijo modificará esta cuestión de cara al futuro?

–Sí, es indudable. Pero tiene que ser una política de Estado que trascienda el cambio de gobierno. La cultura política River versus Boca está funcionando y hace estragos. Hoy sos antikirchnerista rabioso o kirchnerista rabioso; en el medio no hay nada. No podemos dejar de señalar la enorme cantidad de cosas positivas que ha hecho esta administración durante dos períodos. Tampoco podemos dejar de decir las cosas en que ha chingado. En la arena política no hay una sola persona que pueda competir ni hacerle sombra en ningún terreno. No tengo dudas de que lo que hay enfrente es peor; pero creo que hay que exigirle más a este gobierno, que no hay que conformarse sólo con las cosas que hizo bien. Néstor Kirchner fue un gobernante de mucho coraje, muy cercano a la temeridad. Cuando venía un funcionario de tercera línea de los organismos de créditos internacionales, tradicionalmente se le rendía pleitesía: le mandaban la limusina, le ponían la alfombra colorada y le chupaban las medias. Con Kirchner eso cambió. Pero no es fácil construir una sociedad más solidaria, más igualitaria, con mayor distribución de la riqueza, porque estamos tropezando contra doscientos años de cultura inversa. Hemos tenido muchos gobiernos criminales; por empezar la dictadura de Videla y sus secuaces. Lo interesante es ver qué dicen de nosotros los ciudadanos, los que no estamos en la política pero participamos de ella, estos gobiernos criminales. Los gobiernos son un espejo donde nos podemos mirar. Y si miramos los gobiernos que hemos tenido, son espejos difíciles. Pero así como tenemos los gobiernos que se nos parecen, también tenemos la policía que se nos parece y los criminales que se nos parecen.