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La ley tenía demasiados puntos oscuros: en principio, se trataba de la reglamentación de una ley de 1958, o sea, se pasaban por alto 50 años de música en el país. No le habían cambiado ni una coma a la redacción original del texto. Por lo tanto, era una ley que no contemplaba la figura del músico independiente porque, en los hechos, los músicos casi no lo eran en ese momento. ¿Matrícula?, los músicos somos profesionales, pero no se trata de una profesión liberal, como un abogado, un médico o un gasista. En estas profesiones la matrícula está relacionada con un título previo que se obtiene en alguna universidad y/o instituto de especialización. Y hay causales objetivas para aducir el “mal ejercicio de la actividad” o el “ejercicio ilegal”. La música no funciona así. ¿Quién puede decir si alguien es o no músico?, ¿cuál es el parámetro? Si yo mañana decidiese tocar el piano con los pies y alguien paga una entrada para escucharme o comprar un disco mío, entonces yo soy músico profesional.
* Pianista
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