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Uruguayo de nacimiento, argentino por adoración, ciudadano del mundo por historia, Carlos Perciavalle nació el 16 de mayo en 1941. A los 15 años, gracias a la extravagancia e histrionismo de su desgarbado cuerpo, el entonces adolescente debutó en el teatro independiente de Montevideo. Cuatro años después, ya en Buenos Aires, decidió ingresar al Conservatorio Nacional, donde conoció a Antonio Gasalla, a la postre –distanciamiento pasajeros mediante– uno de sus mejores amigos y compañeros de tablas. De hecho, en 1967 ambos actores crearon junto a Edda Díaz y Nora Blake Help Valentino, un reducto que se convirtió en el lugar en que nació y se desarrolló el café concert en el país. A lo largo de su vasta trayectoria se destacan Canciones para mirar y El diario privado de Adán y Eva (ambos espectáculos compartiendo escenario con su compatriota China Zorrilla), La mandarina a pedal (junto a Gasalla), El rey del café concert (con Moria Casán), La jaula de las locas (junto a Tato Bores) y Cabaret (con Andrea Tenuta). “Soy un artista, un excéntrico y un capocómico, todo junto. Pero, sobre todo –confiesa–, soy un tipo muy feliz.”

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