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Viernes, 7 de junio de 2013
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DIEGO RINALDI Y EL PROYECTO DE LA MURGA ROCK

La historia también tiene música

Por Cristian Vitale

Diego Rinaldi es bioquímico forense y también músico de rock. Su banda se llama La Murga Rock y con ella acaba de sacar un disco (Rock de los pueblos) con doce canciones nuevas y un tema de Tarragó Ros en clave de rocksteady, más otro llamado Libres, con piezas de nueve discos anteriores. Ambos conforman el material total, que la banda trajo de Corrientes para presentar hoy en El Baruyo Bar (Boedo y Belgrano), bajo el nombre conjunto de El rock de los pueblos libres. “Es un juego de palabras”, aclara. “Nosotros venimos del Litoral, que en principio era la Liga de los Pueblos Libres de Artigas, e incluso fuimos libres antes que el país. De hecho, el sobre aniversario que contiene ambos discos lleva la imagen de un indio que se supone era la del indio Andresito, ahijado de Artigas y gran militar que defendió las provincias del Litoral de ataques portugueses y del centralismo porteño”, señala el hombre, revelando una tercera inquietud: la historia.

Lo de murga no es por la murga vista desde el Río de la Plata, sino por el significado que la palabra asume en el Litoral (agrupación que no tiene plata para comprar trajes, plumas o lentejuelas). Y lo de aniversario, porque la banda cumple 20 años de girar y grabar discos que cruzan ska a la Madness, rock a la Specials, con condimentos afro y ciertos textos jugados: “Robi” o “Canción para Cortázar”. “Robi –dedicada a Roberto Santucho– surge de una frase suya: ‘El enemigo llegó tarde’, en alusión a que la semilla ya estaba sembrada en el pueblo y esa siembra de conciencia no podía evitar su muerte, me parecen increíbles la vida y muerte de este tipo. La de Cortázar surgió de un párrafo de Rayuela: ‘Hay que abrir de par en par todas las ventanas y tirar todo a la calle, pero sobre todo hay que tirar también la ventana, y nosotros con ella’. Le hicimos un homenaje diminuto, pero sincero.”

–La versión rocksteady de “Cacique Catán”, cantada en mocoví, tiene toda la pinta de entrar en esta lógica.

–Totalmente, porque esta canción se hizo famosa por Zito Segovia, un tipo que en los ’80 se animaba a componer y a cantar canciones de chamamé con fuerte reclamo social. Era uno de los pocos que se animaba a plantear un “no me gusta lo que somos” en sus obras. Y para nosotros adquiere sentido, porque nuestro rock surge precisamente del choque entre la clase dominante, descendiente de la traición al Paraguay y los nadie, los que parecerían que nacieron para ser peones... esto nos dio dos opciones: ser espectadores o actuar de los villanos que sueñan con un mundo mejor.

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