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Botero nació el 19 de abril de 1932 en la ciudad de Medellín, Colombia. Desde niño su tío lo llevó a entrenar para ser torero, pero Fernando usó esa oportunidad para iniciar su carrera plasmando en acuarelas las corridas y vendiéndolos en el mismo lugar donde se conseguían las entradas para los espectáculos. En 1952 obtuvo el segundo premio en el Salón Anual de Artista Colombianos y se trasladó a España. En los años siguientes viajó a Francia e Italia y en 1956 se radicó en México, donde conoció a los muralistas, como Rivera y Orozco, y comenzó a jugar con el volumen de los cuerpos. Gran estudioso del arte, viajó por toda Europa analizando obras y corrientes de la pintura. Incomprendido, durante sus inicios parecía que iba contra la corriente; en los ’60 su pintura era opuesta al movimiento abstracto favorito de la década, pero poco a poco el público comenzó a buscar sus obras. Botero es uno de los pocos artistas que se ha dado el lujo en vida de exponer sus obras en varias avenidas y plazas del mundo, desde los Campos Elíseos en París hasta la Gran Avenida en Nueva York, pasando por el Paseo de Recoletos de Madrid y hasta las Pirámides de Egipto. Los mejores museos a lo largo del planeta tienen creaciones del maestro colombiano.

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