Página/12 :: espectaculos :: Un largo viaje de exploración

Magnus Lindberg, el más europeo de los compositores finlandeses, sabe que cada gesto compositivo suyo en las manos de Anssi Karttunen se hará música. Sobre esa convicción descansa una parte de Dos Coyotes, la que los encuentra en su música, una música ecléctica y abierta. “Con Anssi nos conocemos desde hace más de treinta y cinco años y hemos trabajado juntos todo este tiempo —explica Lindberg—; entonces, cuando aparece una idea para cello, no necesito preguntarme demasiado, sino ponerla en acto y esperar seguro que enseguida, apenas la toque, esa música será parte de nuestras vidas.” “Sé que mi música ha cambiado respecto de la de otras décadas, pero íntimamente siento que no ha cambiado. En un nivel más profundo, en lo temperamental, siento que compongo con el mismo tipo de aproximación que tenía en mis comienzos. Para mí, componer es un largo viaje de exploración, y de algún modo cada proyecto me lleva al siguiente. El proyecto de este viaje puede ser diferente del de otro, pero al final se suma a los otros.”

La otra parte del dúo tiene que ver con Igor Stravinsky, en quien Lindberg reconoce un modo ejemplar de conducir un periplo creativo. “Llegué a Stravinsky muy temprano de muchas maneras, no sólo como pianista”, asegura. “También estudié su obra y siempre me maravilló su extraordinaria capacidad transformadora. Escuchar su música desde la primera vez significó para mí el descubrimiento de un modelo de creación que me marcó de manera importante. Desde el primer Stravinsky hasta el último, hay momentos de verdadera magia. La manera en que maneja las diferentes influencias y perspectivas todavía hoy me asombra. Stravinsky es uno de esos compositores que en el siglo XX podemos llamar imprescindibles: tomaba cualquier material y producía música a partir de ese sonido.”