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Miércoles, 15 de noviembre de 2006
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Destacados del montón

Maridos y esposas

Que el choque de opuestos y los estereotipos son recursos utilizados hasta el hartazgo por la comedia es una realidad corroborada una y otra vez a lo largo de la historia televisiva y cinematográfica. ‘Till death (jueves a las 21.30, por Sony) cobra valor como exponente del género, en el marco de una trama que no ahorra en cinismo a la hora de analizar la institución matrimonial a través de una pareja recién casada y otra que acaba de cumplir las bodas de plata. De un lado de la medianera están los Woodscocks, una pareja de jóvenes tortolitos para los que el matrimonio abre un sinfín de expectativas; del otro lado, los Starck, un matrimonio con más desilusiones que alegrías acumuladas, en los que el pollo frito y la televisión son su mejor (y único) pasatiempo. Allí, en ese enfrentamiento entre el veterano Eddie –para quien las esposas sólo quieren arruinar la diversión de los hombres– y el romántico Jeff –ferviente defensor de la comunicación y el amor como camino hacia un feliz matrimonio–, ‘Till death avanza a fuerza de gags no siempre originales pero sí efectivos, haciendo más digerible la identificación que los espectadores puedan tener con uno u otro protagonista. E. R.

Vidas de cocineros

Lo primero que hay que decir de Top chef (miércoles a las 22, por Sony) es que para bien de uno y no sufrir más de la cuenta, más vale sentarse a ver el ciclo con la panza llena. Es que en este reality show perteneciente al segundo estadio del género –aquél en el que ya no se encierra a los participantes como conejitos de Indias, sino que se los hace participar de un concurso–, los platos de cordero, salmón y otras delicias desfilan con singular belleza como modelos en pasarela. Pero el menú gastronómico no es la única atracción del ciclo que premia al ganador con 100 mil dólares para abrir su propio restaurante, con publicidad mediática asegurada. Top chef cautiva por el casting de sus participantes, en los que la egolatría culinaria es el denominador común de doce aspirantes bien diferentes: desde una señora que a la hora de cocinar se deja llevar por sus particulares instintos, hasta un sommelier para quien cualquier situación es buena para vaciar su copa una y otra vez. Todos ellos juzgados por un implacable y exquisito equipo de degustadores conformado por el reconocido chef Tom Colicchio (dueño del prestigioso Gramery Tavern de Nueva York), la crítica Gail Simmons (de la revista Food & Wine) y consagrados chefs de diversas ciudades de Estados Unidos, para los que lo único que cuenta es el sabor y la presentación de cada plato. No hay esfuerzo ni llanto que valga. E. R.

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