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Sábado, 8 de junio de 2002
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ASTRONOMIA: LA SEGURIDAD EN ORBITA

Chatarras espaciales

Especial de El Pa铆s

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Si uno tiene que esquivar o sobrevivir a una lluvia de proyectiles equivalentes a balas de calibre 22 disparadas por rifles, tiene dos alternativas realistas: o se parapeta como puede o intenta limitar la probabilidad de impacto. En el caso de la chatarra espacial, no se trata literalmente de proyectiles del calibre 22 (aunque los fragmentos en 贸rbita de tama帽o superior a un cent铆metro de di谩metro tienen una energ铆a cin茅tica equivalente), ni la mayor铆a de las v铆ctimas potenciales, exceptuando los astronautas, son personas sino ingenios espaciales, pero muy valiosos. El peligro de la basura espacial es importante y creciente a medida que aumentan las actividades en 贸rbita y el n煤mero de artefactos lanzados al espacio. Para reducir el riesgo se pueden hacer dos cosas: dise帽ar sistemas capaces de minimizar o reducir las consecuencias de los impactos de la chatarra espacial en los aparatos (ya sean sat茅lites de comunicaciones, observatorios cient铆ficos o estaciones espaciales), o reducir el riesgo limitando las posibilidades de colisi贸n, por ejemplo modificando la orientaci贸n de determinados artefactos.

En la estacion
En la misma Estaci贸n Espacial Internacional (ISS), por ejemplo, tras modelizar en ordenador el riesgo de colisi贸n con chatarra espacial, se reforz贸 la cubierta exterior. En cuanto a la modificaci贸n de configuraci贸n de vuelo de artefactos espaciales, se ha evaluado la posibilidad de que los transbordadores vayan en 贸rbita con la cabina orientada hacia atr谩s para protegerla.
Pese a ello, no hay forma, con las medidas actuales, de escudar los veh铆culos espaciales frente a la amenaza de m谩s de 100 mil objetos en 贸rbita, o controlarlos por radar desde tierra, pese a que los expertos aconsejan aumentar y mejorar las operaciones de seguimiento constante con radar. De momento, parece claro que medidas como limpiar de basura espacial los alrededores de la Tierra recogiendo chatarra no es econ贸micamente viable.
Lo recomendable es limitar el vertido de residuos en 贸rbita. Un paso importante es preparar los sat茅lites y naves para que estorben lo menos posible cuando dejan de funcionar (retir谩ndolos de las 贸rbitas 煤tiles o evitando que se deshagan en piezas peligrosas). Tambi茅n hay que dise帽ar los artefactos de manera que durante su puesta en funcionamiento u operaci贸n no suelten peligrosos proyectiles, como cubiertas o tapas de protecci贸n. Por supuesto, los dise帽adores de cohetes han de tomar todas las medidas para evitar que los fragmentos de los mismos, una vez finalizada la combusti贸n, se conviertan en b贸lidos amenazantes para todo lo que se cruce en 贸rbita.
Los efectos de los impactos de la chatarra espacial se aprecian en casi cualquier artefacto que vuele alrededor de la Tierra, desde los transbordadores que regresan siempre con claras cicatrices en el exterior hasta sat茅lites estropeados por el impacto de un fragmento descontrolado. Los 151 metros cuadrados del m贸dulo experimental LDEF (instalaci贸n de exposici贸n prolongada, en sus siglas inglesas), de la NASA, que permaneci贸en 贸rbita a 500 kil贸metros de altura desde 1984 hasta 1990, ten铆an m谩s de 30 mil cr谩teres visibles cuando fue recuperado, de los cuales 5 mil ten铆an di谩metros superiores a 0,5 mil铆metro.
En un radio de 2 mil kil贸metros alrededor de la Tierra hay m谩s de 2 millones de kilos de chatarra. Los expertos, recuerda Crowther, han dividido la poblaci贸n de basura artificial en tres categor铆as: los objetos mayores de 10 cent铆metros de di谩metro en 贸rbitas bajas, y mayores de un metro en 贸rbitas altas que se detectan rutinariamente desde Tierra y que forman la poblaci贸n catalogada; la llamada poblaci贸n letal, compuesta por objetos de tama帽o entre uno y diez cent铆metros de di谩metro y cuyo seguimiento no se puede hacer, pero que son capaces de provocar da帽os catastr贸ficos en colisiones; y los objetos inferiores a un cent铆metro, frente a los cuales es posible construir pantallas de protecci贸n en las naves y sat茅lites. Los objetos catalogados constituyen m谩s del 99 por ciento de la masa total de basura espacial.
Los objetos en 贸rbita baja acaban reentrando en la atm贸sfera y se desintegran, pero los que est谩n a m谩s de mil kil贸metros de altura permanecer谩n arriba durante cientos o miles de a帽os. No hay que olvidar que en un choque en 贸rbita, ya sea entre dos pedazos de chatarra o contra un veh铆culo o sat茅lite, se pueden generar decenas o miles de fragmentos m谩s peque帽os, pero muy peligrosos. Una moneda a diez kil贸metros por segundo tiene la misma energ铆a de impacto que un autob煤s lanzado a 100 kil贸metros por hora.

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