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Sábado, 29 de octubre de 2005
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FINAL DEL JUEGO

Donde se plantea un enigma sobre la existencia de los unicornios

–Bueno, esta vez hubo un montón de respuestas –dijo el Comisario Inspector–. Me alegra que a nuestros lectores les interesen los asuntos del Cielo.

–¿Por qué cielo con mayúscula? –preguntó Kuhn.

–No lo sé –dijo el Comisario Inspector –. Me salió así. Pero antes que nada quiero quejarme por algo que... Leandro Martín me asocia con apremios ilegales... yo le diría que las torturas las deje para Patti... verdaderamente es una ofensa espantosa. Y no sólo me acusa de torturador, sino también de ser respetable, que quizás sea todavía más grave. Volviendo a las respuestas, en general, giran sobre el hecho de que no necesariamente la perfección implica la existencia, o que la perfección no está demostrada. Lo cual me lleva a proponer un enigma más insidioso, esta vez con unicornios. Los unicornios no existen, pero los unicornios existentes, ¿existen o no?

¿Qué piensan nuestros lectores? ¿Existen? ¿Y por qué el Comisario Inspector puso cielo con mayúscula?

Correo de lectores

DIOS VIVE EN CABALLITO

La prueba ontológica de la existencia de dios solamente “prueba” que, si dios es perfecto, existe. Pero falta probar su perfección. Para el caso, podríamos decir: “Dios vive en Caballito. Nadie que no exista puede vivir en Caballito. Por lo tanto, existe”.

Claudio H. Sánchez

DECEPCION

Estimado Comisario Inspector:

Me decepciona que sostenga que nadie le contesta cuando lo hice. Ahora bien, pregunta usted cuál es la falla en la prueba ontológica de San Anselmo. De falla exactamente no podría hablarse. Si de algo podría acusarse al pobrecito sería de pensar que la idea de algo implica su existencia. Pero usted, gustador de la filosofía como lo ha dicho en diversas oportunidades, bien sabrá que hay diversas posturas para este asunto. Están quienes consideran que las ideas tienen estatus ontológico (nuestro querido San Anselmo). Hay otros que consideran que las ideas son procesos de la mente que dependen de las cosas. Otros creen que los universales no son más que flatus vocis y para algunos son puramente convenciones. Por eso hablar de falla en la prueba ontológica es colocarse en otra vereda que la de San Anselmo. Para él la existencia de la idea implica la de la cosa, si es que podemos a acusar a Dios de ser una cosa; está bien que seamos ateos, pero... Espero, Comisario, que esta vez no diga que no le contestaron o deberé aplicarle la prueba ontológica de la existencia y comprobar si es que usted existe...

Julieta Pinasco

APREMIOS ILEGALES

Respetables señores:

Difícil tarea la de debatir con un tal San Anselmo, o con un Santo Tomás de Aquino, desde la ignorancia total sobre temas filosóficos y bajo la atenta mirada de un Comisario. Aun así, a riesgo de ser sometido a apremios ilegales o, peor aún, a la excomunión, ensayo esta torpe respuesta al enigma por Uds. planteado que, por prudencia, expreso en forma de pregunta: ¿Es acaso un ser perfecto si “sólo existe”? ¿No sería acaso “más perfecto” si existiera y no existiera a la vez?

Leandro Martín

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