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Sábado, 5 de abril de 2003
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Donde se habla de cómo los Estados Unidos están bombardeando la historia

Por Leonardo Moledo
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–La verdad –dijo el Comisario Inspector– es que a uno no le dan demasiadas ganas de andar proponiendo enigmas mientras los Estados Unidos están bombardeando salvajemente Irak.
–Es el más brutal estilo del siglo XIX –dijo Kuhn–. Las potencias imperiales creaban un conflicto, y después intervenían con toda la brutalidad de que eran capaces para resolverlo.
–En nombre del progreso y la civilización –dijo el Comisario Inspector–, y siempre con una abrumadora superioridad tecnológica. Y por supuesto, después Irak tendrá que pagar con su propio petróleo la reconstrucción, con fabulosas ganancias para compañías norteamericanas.
–Como cuando las potencias europeas se repartieron Africa sobre el mapa –dijo Kuhn–. ¿Y quién será el próximo?
–Bagdad –dijo el Comisario Inspector–. Parece mentira: en el siglo X, cuando en Europa prácticamente se comía carne cruda, Bagdad era la ciudad más grande, más rica y más culta del mundo, con la posible excepción de Pekín.
–Era la época de Harún al Raschid –dijo Kuhn–, la de Las mil y una noches.
–En realidad, la región fue, casi, la cuna de la civilización –dijo el Comisario Inspector–. Dos mil quinientos años antes de que Bagdad fuera la ciudad más grande, más rica y más culta del mundo, hubo allí otra ciudad que era la más grande, la más rica y la más culta del mundo: Babilonia.
–Con la posible excepción de Pekín –dijo Kuhn.
–Babilonia empezó a florecer con el rey Hammurabi, 1752 años antes de nuestra era. Y mil quinientos años más tarde, los iniciadores de la ciencia y la filosofía griegas estuvieron estudiando allí: Tales de Mileto, Isócrates, Pitágoras. Herodoto, el historiador, la visitó y se quedó pasmado.
–Bueno –dijo Kuhn–, mucho antes, la Biblia fue escrita en Babilonia, y los grandes mitos judeocristianos son babilónicos: el diluvio, la serpiente (una deidad babilónica, Tiamat). La torre de Babel, en realidad, era un ziggurat babilónico. Y la “mala fama” que Babilonia tiene en la Biblia y otros textos, como lugar de perdición, es simplemente la mala fama que tienen los grandes centros de cultura, como París, para pueblos campesinos.
–El sistema duodecimal de medir los ángulos (que luego adoptaron los griegos) fue un invento mesopotámico –dijo el Comisario Inspector–. Y todavía perdura. Y mil años antes de que Babilonia floreciera, allí, entre el Eufrates y el Tigris se había inventado la escritura.
–En cierta forma, Bagdad y la región son patrimonio de la humanidad –dijo Kuhn.
–Alejandro Magno murió en Babilonia –dijo el Comisario Inspector– en el año 323 a.C. Y desde allí en adelante se sucedieron los imperios: el seléucida, el parto, cada tanto los romanos llegaban hasta allí; Babilonia decayó y dejó de ser una gran ciudad, hasta que en el siglo VII comienza la expansión árabe. En el año 750, la dinastía Omeya es derrocada y comienza el Califato abbasí, que en 762 traslada su capital de Damasco a Bagdad.
–Llegó el momento del enigma –dijo Kuhn.– Quiero hacer una propuesta –dijo el Comisario Inspector–. Es clara la posición de Futuro. Pero me gustaría que nuestros lectores tengan también clara la posición de esta columna frente al salvajismo imperial.
–¿Y entonces? –preguntó Kuhn.
–Propongo hacer una protesta mínima –dijo el Comisario Inspector–, una señal remota: suspender el enigma por esta vez.
–¿Tiene sentido? –preguntó Kuhn.
–No lo sé –dijo el Comisario Inspector–. Pero no hay clima, y me da la sensación de que hacemos algo.

¿Qué piensan nuestros lectores? ¿Tiene sentido?

Correo de lectores

Solucion al enigma
Querido inspector:
Es mi primera vez, en esto de responderle a sus cuasitriviales enigmas. Pero es mi deber compartir la solución de este último con todos aquellos que lo han resuelto y no han podido escribir: los pesos de los melones son los siguientes: 7, 9, 11, 12, 15.
En cuanto a si vale la pena pesarlos de a dos, simplemente le pregunto: ¿Vale la pena responderle?
Saludos
Ing. Rubens

Melones de a dos
(...) Parece poco eficiente pesar melones de a pares, sin embargo, para inferir la estructura de partículas subatómicas, compuestas por subpartículas con masa (energía) propia, deben diseñarse experimentos donde cada medición o señal refleja una o varias de las combinaciones de sus posibles estados. Saludos,
Daniel Rosenvasser
Michigan, EE.UU.

Nuevos amigos
Queridos Kuhn y Comisario Inspector:
Tenía muchos deseos de participar en el diálogo con ustedes, pero no siempre mis saberes me ayudan a encontrar las respuestas. ¡Hoy pude resolverlo! Bueno... a medias. Los melones pesan: 7-9-11-12-15 kilos.
¿Qué razón tendrían para no pesarlos de a uno? No se me ocurre ninguna razón lógica. Un argumento medio tonto sería que la balanza no puede pesar objetos de menos de 16 kilogramos? Fue un gusto conectarme con ustedes. Hasta el próximo sábado.
Blanca Torrigino

Solucion ultrapráctica
Estimados Kuhn y Comisario Inspector:
No sé a quién se le ocurre andar pesando melones “de a dos”, pero sin esa ocurrencia, el desayuno sabático hubiera sido tan aburrido y gris como el día (que promete pinchar todos los planes del fin de semana al aire libre).
Entonces me puse a pesar melones. Tenía en la heladera uno de 7, otro de 9, de 11, de 12 y el último de 15 kilos, y al pesarlos “de a dos” descubrí felizmente que los números coincidían con los pesos dados. Así es que sin hacer más cuentas decidí enviarles mi respuesta.
Fabio Bernasconi

No obstante lo propuesto por el Comisario Inspector, separada de la sección, aparece un enigma. Cuatro jugadores de rugby entran en un ascensor que puede transportar un máximo de 380 kilos. Para que no suene la alarma, que detendría al ascensor por exceso de carga, hay que calcular su peso total con gran rapidez. Si sabemos que Pablo es quien pesa más, si cada uno de los otros pesara tanto como él, la alarma detendría el ascensor. Carlos es el más liviano; y el ascensor podría subir a cinco como él. Renato pesa 14 kilos menos que Pablo y sólo 6 menos que Jorge. Jorge pesa 17 kilos más que Carlos. Los pesos de Pablo y Carlos son múltiplos de cinco. ¿Cuánto pesa cada jugador?

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