Sábado, 24 de julio de 2004
Donde el Comisario Inspector se regodea de su encuentro con el decano y se plantea un enigma monárquico
Por Leonardo Moledo
El Comisario Inspector DÃaz Cornejo, nada menos, salió del decanato, con una amplia sonrisa satisfecha y un brillo increÃble en la mirada. Nunca Kuhn lo habÃa visto asÃ.
–Este decano es maravilloso –dijo el Comisario Inspector–. Genial, increÃble. Nunca en mi vida conocà a un decano asÃ, y eso que conocà muchos decanos en mi vida. Conocà decanos inteligentes, decanos estúpidos, decanos de derecha, decanos de izquierda, decanos que se aproximaron increÃblemente al delito, y hasta decanos que lo alcanzaron. Hubo decanos jóvenes, que si no me equivoco es un oxÃmoron.
–Como un presbÃtero joven –murmuró Kuhn. La verdad es que Kuhn tenÃa sentimientos encontrados. Por un lado, sentÃa cierto alivio. Pero también, ocurrÃa que por un tiempo, se habÃa creÃdo el centro del mundo, el que iba a resolver los misteriosos crÃmenes de la facultad, interrogando al mismÃsimo decano. ¡Y ahora resultaba que el Comisario Inspector habÃa estado en el decanato todo el tiempo! Estaba seguro de que inmediatamente tomarÃa el liderazgo de la investigación, y eso lo mortificaba. Se preguntaba qué aspecto tendrÃa el decano.
–No lo sé –dijo el Comisario Inspector–. Por supuesto que no lo vi, ya que se oculta tras un velo, como Hakim, y ningún mortal está autorizado a verlo, aunque sà a dirigirle la palabra, una vez que ha sido autorizado a hablar. El decano ha comprendido la esencia misma del Poder, y es por eso que se rodeó de una decanocracia que, por cierto, no la ha comprendido. Y la esencia del poder es el misterio, los mausoleos, los crÃmenes. La esencia del poder es el delito, la arbitrariedad. La esencia del poder es el capricho y el autoritarismo, y es por eso que los dioses griegos eran poderosos, o el dios del Antiguo Testamento, un loco maniático y homicida es poderoso, y en cambio el dios cristiano se tiene que inventar una iglesia, y un papa que sean poderosos por él. El poder debe ser imprevisible –el Comisario Inspector se paró con cierta admiración, frente al retrato de Luis XIV con el rostro del decano fotomontado y la leyenda MI VIRTUD ES LA HUMILDAD–. Por eso Luis XIV era poderoso. Un dÃa revoca el Edicto de Nantes porque se le da la gana, y ¡paf! Y a propósito, un pequeño enigma histórico: después de Luis XIV vino Luis XV, al que sucedió Luis XVI y al que siguió Luis XVIII. ¿Qué pasó con Luis XVII?
¿Qué piensan nuestros lectores? ¿Qué pasó con Luis XVII? ¿Un decano joven es realmente un oxÃmoron? ¿Quién era Hakim? ¿Y están de acuerdo con la teorÃa del poder del Comisario Inspector?
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