Es brillante, metálico y totalmente inquietante. Y lo encontró en su camino el robot Opportunity a principios de enero ni más que menos que en Marte. Los científicos de la NASA presumen que se trata de un meteorito abandonado en medio del paisaje de Meridiani Planum. Datos iniciales tomados por el espectrómetro de emisión mini-térmica del robot sugieren que efectivamente la “roca” tiene altas concentraciones de metal y níquel. “No se parece a nada de lo que vimos hasta ahora en Marte”, dijo el jefe de la misión, Steve Squyres, para echar un poco más de intriga al asunto.