Se parece mucho, pero mucho, al brazo de aquel robot bailarín y algo tosco de la película Cortocircuito. Sin embargo, este brazo mecánico es bastante más real: según Carol Slomski, la cirujana norteamericana de la Universidad de Michigan que ayudó a diseñar el sistema, esta nueva pieza de la técnica revolucionará la medicina a distancia gracias a su sensible tacto. Se trata de un brazo-robot manejado a control remoto capaz de examinar tejido mamario que ayudará a diagnosticar o realizar procedimientos terapéuticos sin importar si el paciente está en Botswana o la Antártida.