Como criaturas ofrecidas a la mirada que las raspa, a la luz que las muestra como superficies absolutas, lxs int茅rpretes multiplican esa exposici贸n que es sensibilidad y materia, que se vive y se observa como un hecho concreto, imprescindible para que el teatro suceda.
Si se rotan en su deleite por comentar el desempe帽o del otrx, por inventar una abertura donde las palabras se vuelven reflexi贸n infinita, deriva de la mente y tambi茅n teor铆a, voz interna del personaje y ejecuci贸n descabellada del oficio de direcci贸n, es porque la obra de Mariana Obersztern busca multiplicar el efecto invisible de la actuaci贸n.
Su estructura funciona como una sucesi贸n de espejos rotos. En Inspiratio se puede experimentar ese bricolaje que mencionaba Claude Levi Strauss para definir la articulaci贸n de piezas que eran, en realidad, ruinas de viejos edificios donde el etn贸grafo montaba sus palacios ideol贸gicos.
En Obersztern late esa antropolog铆a de la actuaci贸n, esa necesidad de encontrar historias en la propia instrumentalidad del teatro para que cada v谩lvula pueda ser aislada y analizada como un desprendimiento. No importa aqu铆 la totalidad, la directora obliga a demorarse en aquello que el/la espectadorx no observa porque est谩 atrapadx por la peripecia.
Pero la obra no hace de esta operaci贸n un procedimiento solemne. Se solaza con la absurdidad de mirarse en escena.
La entidad de personajes les dura poco. Ellxs son actores y actrices en pleno uso de su t茅cnica. Si eso es lo que el p煤blico quiere, si piden m谩s artificio, ellxs no tendr谩n problema en hacer de la voz y del cuerpo un resorte para conseguir esa inspiraci贸n que s贸lo encuentran en lxs otrxs. Pero el/la espectadorx no se salvar谩 de esta intriga de laboratorio. La voluntad de sentarse en la butaca, de presenciar la escena, tambi茅n quedar谩 prendada de esta excavaci贸n donde la palabra atropella, desmonta posibilidades pero, por sobre todo, diagrama ese castillo complejo en el que se sostiene la actuaci贸n, soporte de ideas, estrategias y emociones que se aceptan como un don, cuando en el texto de Obersztern son producto de una complejidad que no deja de ser parad贸jica, a veces dibujada en situaciones que parecen tomadas del nonsense.
Hacia el final de la obra, Julieta Vallina lee una carta que ha sido rota y ella la rearma en su discurso, resguardando la mutilaci贸n de cada palabra, en un di谩logo con La 煤ltima cinta de Krapp, donde el personaje beckettiano le铆a un viejo diario 铆ntimo y acataba el corte de la letra al final del rengl贸n para quitarle afectividad a su drama, para que el sentido no estuviera en el texto sino en todo lo que el actor hac铆a con 茅l.
La detenci贸n marca el ritmo de la trama. Cuando algo est谩 por ocurrir, los personajes/ espectadorxs, suerte de coro moderno o de p煤blico parodiado, de director/a decantadx en te贸ricx, establecen un corte que desanuda todo lo que pueda producirse y genera otra l铆nea de tensi贸n que no se explica desde el distanciamiento porque aqu铆 no hay implicancia. Salvo en el conflicto que surge con esa mirada y la ejecuci贸n del actor, en esa exigencia duel铆stica para que la ficci贸n suceda. Esta es la particularidad que Inspiratio establece con otras dramaturgias que toman el procedimiento actoral como tema. Obersztern incorpora al espectadorx y al directorx como dos entidades casi paralelas y hace de sus pensamientos y lucubraciones una dimensi贸n textual ca贸tica, dispersa y tambi茅n l煤cida. Entonces no se trata de pura introspecci贸n, de una forma est茅tica que se habla a s铆 misma, sino del acto social que implica entrar a un teatro y de la obstinaci贸n pol铆tica de demandar ilusiones.
Inspiratio, escrita y dirigida por Mariana Obersztern, con las actuaciones de Leticia Mazur, Julieta Vallina y Agust铆n Rittano, se presenta los viernes a las 21 horas en El Camar铆n de las Musas.
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