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Viernes, 19 de marzo de 2004
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A mano alzada

la deuda y el sexo

(sobre los productivos usos que la potencialidad y la confusi贸n pueden tener en boca de Juan Pablo II y George W. Bush)

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Por Mar铆a Moreno

Porque las escrituras hablan de Ad谩n y Eva y no de Ad谩n y Josu茅 (por inventarle un nombre a ese partenaire tan hipot茅tico como la hermana de Shakespeare), el papa Juan Pablo ll matiz贸 recientemente su felicitaci贸n por las negociaciones de la deuda externa a la delegaci贸n argentina en el Vaticano con su tema insistente: la sexualidad humana, exigiendo un aval a la condena del aborto, el casamiento de los homosexuales y la clonaci贸n humana. Y habl贸 en t茅rminos menos religiosos que laicos aunque su jerga de derechos humanos se detenga ante la diversidad sexual. Y para eso difumin贸 las diferencias entre los textos de la tradici贸n de la Iglesia Cat贸lica y la actual. Porque la condena del aborto y de la homosexualidad tienen en com煤n en no existir como tales en la Biblia. En el Antiguo Testamento, el no abortar aparece relacionado al mundo animal en t茅rminos de que la reproducci贸n del ganado acrecienta los bienes materiales: 鈥淪u toro fecunda sin marrar, sin abortar su vaca pare鈥. O como met谩fora de enfermedad: 鈥淵 se encendi贸 la ira de Yahv茅h contra ellos, cuando se march贸, y la Nube se retir贸 de la tienda, he aqu铆 que Miriam estaba leprosa, blanca como la nieve... Y dijo Aar贸n a Mois茅s: 鈥楶erd贸n, Se帽or m铆o, no cargues sobre nosotros el pecado que neciamente hemos cometido. Por favor, que no sea ella como quien nace muerto del seno de su madre, con la carne medio consumida鈥欌. Y si Sodoma aparece como s铆mbolo de mal, en el Antiguo Testamento ni una sola vez se identifica sodom铆a con homosexualidad. Seg煤n la l铆nea de investigaci贸n de John Boswel, Sodoma no fue destruida por inmoralidad sexual sino por el pecado de falta de hospitalidad: 鈥淧ara decirlo brevemente, la tesis de esta l铆nea de investigaci贸n sostiene que Lot violaba las leyes de Sodoma (donde no fue ciudadano, sino meramente 鈥榬esidente鈥) al recibir por la noche a hu茅spedes desconocidos en el recinto amurallado de la ciudad sin el permiso de los ancianos de 茅sta. Cuando los hombres de Sodoma se reunieron para pedir que se llevara a los forasteros a su presencia, pues ellos quer铆an 鈥榗onocerlos鈥, no quer铆an decir otra cosa que 鈥榮aber鈥 quienes eran, y en consecuencia, la ciudad no fue destruida por inmoralidad sexual sino por el pecado de falta de hospitalidad con los forasteros鈥. Boswel dice que 鈥揷ontra la idea popular鈥 en La Biblia se usa muy pocas veces el verbo 鈥渃onocer鈥 como acepci贸n carnal (10 veces por sobre 943 apariciones en el Antiguo Testamento). En cambio, recuerda que el Eclesiast茅s dice que Dios aborrec铆a a los sodomitas por su orgullo (si no fuera por la seriedad que implica citar las Escrituras, habr铆a que intercalar el chiste: la asociaci贸n entre sodom铆a y homosexualidad para condenar a 茅sta se habr铆a realizado muy contempor谩neamente con el d铆a del Orgullo Gay). Por otra parte, el Antiguo Testamento denominaba 鈥渟odom铆a鈥 a toda una serie de 鈥減ecados contra natura鈥.
El cristianismo primitivo privilegi贸 la familia espiritual por sobre la carnal. Y los textos abundan en citas de una precisi贸n sin ambig眉edades de la que este fragmento de Mateo es s贸lo un ejemplo: 鈥淎lguien le dijo: 鈥樎ye! Ah铆 fuera est谩n tu madre y tus hermanos que desean hablarte鈥, pero 茅l respondi贸 al que se lo dec铆a: 鈥樎縌ui茅n es mi madre y qui茅nes son mis hermanos?鈥. Y, extendiendo su mano hacia sus disc铆pulos, dijo: 鈥楨stos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre鈥欌. Seg煤n el an谩lisis de la fil贸sofa Laura Klein, en los diversos textos cristianos la prohibici贸n de fornicar alud铆a primero al trato con prostitutas, luego aladulterio, y m谩s tarde al sexo no reproductivo, para terminar refiri茅ndose al sexo mismo: 鈥淟a Iglesia dice que siempre prohibi贸 el aborto. Tiene raz贸n. Pero no lo prohibi贸 en consideraci贸n a la vida embrionaria, sino como pecado sexual鈥.
La trinidad papal de prohibiciones, cuyo aval pidi贸 a la Argentina, hace uso de la reaccionaria noci贸n de potencialidad. De la vida, de lo que no naci贸, de la exigencia de casarse y de adoptar hijos a partir del otorgamiento del derecho a no ser discriminados (el canciller Bielsa confirm贸 su apoyo a la decisi贸n de Brasil en contra de la discriminaci贸n de los sexos ante la Comisi贸n de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra aunque 鈥搈谩s a tono con el Papa鈥 aclar贸 que no cre铆a que esto abriera una puerta a la disoluci贸n de la familia, y pidi贸 caridad para Juan Castro informando que 鈥渘o fue un episodio festivo cuando se defini贸 como homosexual y adicto a los estupefacientes鈥). Estas demandas de pronunciamiento repetidas como un mantra por el Papa 鈥搒eg煤n la precisa expresi贸n de la dirigente del PTS Laura Liffschitz鈥 se han realizado con el fondo europeo de los cad谩veres de Atocha. La pol铆tica de Bush tambi茅n ha utilizado la noci贸n de potencialidad, con la apabullante complicidad de la prensa mayoritaria, para amparar el extermino en Afganist谩n y la invasi贸n a Irak. 鈥淐ada uno de los llamados de alerta para lo que despu茅s no suced铆a se apoyaba en evidencias cre铆bles; el enemigo era invisible, lo que invest铆a la amenaza de un car谩cter fantasmal, deslocalizado y por a帽adidura omnipresente.鈥 La cita es de La ocupaci贸n, informaci贸n y guerra, un nuevo totalitarismo mundial 鈥揹e Osvaldo Tcherkaski鈥, que denuncia, entre otras cosas, que ning煤n medio llam贸 la atenci贸n sobre el hecho de que subordinar a la seguridad nacional de un Estado la seguridad del resto del mundo mediante guerras 鈥減rioritarias y preventivas鈥, n煤cleo de la nueva doctrina estrat茅gica de EE.UU., fue considerado un crimen de guerra en los juicios de N眉remberg.
En una pol铆tica armada la voluntad de Bush de enmendar la Constituci贸n para prohibir el casamiento de gays y lesbianas recuerda la afirmaci贸n freudiana de que Iglesia y ej茅rcito son instituciones homosexuales con instintos coartados en su fin, es decir redirigidos para consolidarlas.
鈥淧aparadojas鈥: Si la prohibici贸n del aborto esconde subliminalmente la prohibici贸n del placer sexual en s铆 mismo, obligando a pagar las consecuencias, Juan Pablo II se ha visto obligado t谩citamente, para prohibir la clonaci贸n, a defender la sexualidad humana. Y en su defensa de la familia ha excluido a aquellos presurosos por formarla y sostenerla.

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