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Viernes, 7 de octubre de 2016
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Educando a las masas

Esta semana, una escena de la tira Educando a Nina (lunes a jueves a las 21.45, Telef茅) alz贸 voces de repudio y a la vez el pedido de calmar la sobreactuaci贸n de la sensibilidad, en esa guerra de palabras que se arma en el g茅nero literario de la web: los comentarios. Si bien Susy, el personaje de Jorgelina Aruzzi, hace un relato de un abuso sexual sufrido, llena de angustia, el remate y la reacci贸n de su amiga Nina (Griselda Siciliani) denotan la naturalizaci贸n de aquello que, lejos de merecer la censura o provocar risas, vuelve la mirada una vez m谩s sobre la cultura de la violaci贸n.

鈥淎hora voy a usar a los hombres como ellos usan a las mujeres鈥 dice Susy para luego relatar una violaci贸n por parte de su pareja, Rolando, quien a punta de pistola le pide que se d茅 vuelta y le entregue 鈥渓o que tengo que entregar鈥, como dice ella entre llantos. 鈥淵 cuando est谩bamos fumando el puchito le digo 鈥溌縫or qu茅 me pusiste el revolver en la cabeza si yo siempre te he entregado la parte trasera?鈥, a lo que el var贸n responde 鈥淪铆, pero nunca tan fruncido鈥. El chiste no es inocente; m谩s bien viene a poner el acento en un estado de las cosas que habla muy bien del clima en el que vivimos: apropiarse de las ganas, acceder al placer y demostrar que el deseo no es solo masculino tiene un reverso que se escribe con gusto a revancha. Para prueba, bastan las declaraciones de Cordera hablando de 鈥減endejas de concha caliente鈥, aquella chica violada en patota y luego descartada en la calle que desisti贸 seguir adelante con la denuncia por la sa帽a con la que se repet铆a que ella hab铆a querido estar ah铆, 鈥渆nfiestarse鈥 como dijeron los violadores, o los videos de Tiziana Cantone que no pararon de multiplicarse al punto que ella dej贸 su trabajo, entr贸 en una depresi贸n profunda y termin贸 suicid谩ndose. Nuevas y m谩s sofisticadas formas de disciplinar, ordenar lo insurrecto y poner en caja el deseo femenino cuando se vuelve aut贸nomo, o cuando elige decir NO all铆 donde antes hab铆a una sumisi贸n profunda. Varones que acceden a nuevas formas de sometimiento porque el empoderamiento lleg贸 para quedarse: la crueldad, la apuesta redoblada sobre el cuerpo de las mujeres parece explicarse por esa capacidad de poner un l铆mite, de visibilizar y de animarse a la denuncia p煤blica, lo que no excluye la simplificaci贸n absurda que se hace com煤nmente y que encierra esta escena del prime time de Telef茅: para vengarse, nosotras queremos 鈥渉acerles鈥 lo mismo, usarlos, que se sientan cosificados, 鈥渁hora voy a hacer con 茅l lo que 茅l hizo conmigo鈥 dice la protagonista, una respuesta f谩cil para ese viejo terror del macho heterosexual cuando se trata del culo. Por eso, que Susy tuviera que 鈥渆ntregar鈥 aquello que se supone se hace por placer y elecci贸n, amenazada, no hace m谩s que reforzar la idea mis贸gina de que para someter, si entr谩s por atr谩s es mejor, como si el culo fuera el santuario de la verg眉enza, la humillaci贸n y el asco, o en otras palabras, refirmara el valor de ser un hombre con todas las letras.

Sobre la viralizaci贸n de la escena con ecos de repudio, hubo quien dijo que, cancelada la ley de medios, la 煤nica salida es la judicializaci贸n, cuando justamente de lo que se trataba aquella legislaci贸n era de observar y generar el espacio para que la violencia medi谩tica, tipificada en la ley 26.485 de Protecci贸n Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los 谩mbitos en que desarrollen sus relaciones Interpersonales, tenga su propio canal de discusi贸n y reparaci贸n, tal y como ocurri贸 cuando la modelo Victoria Vanucci realiz贸 una producci贸n de fotos simulando ser una mujer golpeada o el diario Clar铆n fue multado por seguir usufructuando los avisos del rubro 59.

Que la cultura de la violaci贸n persiste no hay dudas, pero la incorporaci贸n del tema con ecos de 鈥渘ormalidad鈥 como si el acento provinciano deformara tambi茅n la percepci贸n que se puede tener sobre un hecho tan aberrante, vuelve el foco sobre las renovadas actuaciones del patriarcado en los 鈥済uiones鈥 que relatan c贸mo vivimos, sentimos y reaccionamos quienes padecemos la violencia machista.

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