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Viernes, 6 de agosto de 2004
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A mano alzada por maria moreno

Violeta

(cuando la figura del desaparecido plantea desaf铆os a la ley)

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La noticia dur贸 lo que suelen durar las noticias: un par de d铆as, con la demora de alguna columna de opini贸n. El Estado hab铆a indemnizado a los familiares de Ana Mar铆a del Carmen P茅rez, secuestrada en septiembre de 1976, vista en los centros clandestinos Campo de Mayo y Automotores Orletti y luego asesinada, pero les neg贸 la indemnizaci贸n por el beb茅 que estaba esperando: la exhumaci贸n del cuerpo, encontrado junto a otros de detenidos desaparecidos en el cementerio de San Fernando en 1989, registr贸 un embarazo a t茅rmino. La decisi贸n, confirmada por la C谩mara en lo Contencioso Administrativo, aparenta no dejar abierta una puerta para la equivalencia entre nacidos y no nacidos que pudiera favorecer, en el siempre recurrente pero nunca instalado debate sobre el aborto, aquellas posturas contrarias a su despenalizaci贸n. El art铆culo 74 del C贸digo Civil donde se afirma que 鈥渓os derechos de las personas s贸lo quedan irrevocablemente adquiridos si los concebidos nacieran con vida鈥 parece avalar lo dificultoso que resulta hacer de un embri贸n un sujeto de derecho. Los jueces Guillermo Pablo Galli y Alejandro Juan Uslenghi, con la oposici贸n de la jueza Mar铆a Jeanneret de P茅rez Cort茅s, no dejaron de aclarar que respetaban el derecho a la vida desde la concepci贸n, pero la sentencia sorprende al no reconocer la especificidad de un caso 鈥搉o el 煤nico鈥 que exigir铆a una lectura menos mec谩nica de la ley y al pie de su letra. No diferencia entre el embri贸n abortado, el concebido y guardado en el vientre como futuro hijo y el asesinado por el Estado terrorista. Obviamente, este caso no tiene nada que ver con el de un aborto, pero trat谩ndose de lo no nacido es imposible no evocar su figura, ya que esa expresi贸n es la elegida por los partidarios de la penalizaci贸n para plantear una cuesti贸n de derechos.
Laura Klein, en su libro Fornicar y matar, ha se帽alado el error de los pro-despenalizaci贸n al ceder en establecer una edad del embri贸n para determinar su humanidad o lo contrario, reflexionando en espejo con sus adversarios. Porque lo que se decide tr谩gicamente y sin elecci贸n, no deber铆a servir para un pavoneo filos贸fico donde no se reconocen las mujeres que abortan. Decir que el feto guardado en la matriz de Ana Mar铆a P茅rez estaba colocado para el parto, parece sugerir que se tratar铆a de definir al sujeto ya desde su plataforma de lanzamiento al vivir para hacerlo pasible de generar una reparaci贸n econ贸mica, es decir para pensarlo como totalmente otro de su madre. No nos detendremos en esto sino en los efectos de la sentencia que, sin llamar la atenci贸n, merecen ser llamados a declarar. 驴Por qu茅 no se escucharon esta vez los clamores indignados de los defensores de la vida desde su concepci贸n? 驴D贸nde estaban las ni帽as de uniforme azul que devinieron doncellas guerreras durante el debate de la Ley de Salud Reproductiva? 驴O se tratar铆a veladamente de sancionar a Ana Mar铆a P茅rez por desear ser madre y desear al mismo tiempo la tarea militante que pone la vida en riesgo? Al hacer de la ley letra muerta que se aplica con cortapisas, ahorrando y administrando, 驴no se estar铆a naturalizando el fin violento del reto帽o de quien discute con sus acciones el poder desaparecedor?. El cuerpo guardado en el interior del de Ana Mar铆a P茅rez sobrevivi贸 madurando hacia su nacimiento, hasta que las balas lo buscaron expresamente: los antrop贸logos forenses advirtieron que, contrariamente a los otros cad谩veres exhumados, donde las 鈥渓esiones traum谩ticas con armas de fuego鈥 se encontraban en la cabeza, en el de Ana Mar铆a P茅rez se encontraban en el vientre. Se trataba de la m谩s brutal aplicaci贸n del dicho: matar dos p谩jaros de un solo tiro.Pero hasta en el dicho el tiro no hace de dos p谩jaros, uno, mientras que en el dictamen que decret贸 reparaci贸n econ贸mica por Ana Mar铆a P茅rez se fusion贸 鈥搒in detenerse en la complejidad del reclamo鈥 dos en uno. En cambio, en los casos donde se ha solicitado que se cumplan las excepciones a la ley que penaliza el aborto o en que se demanda la interrupci贸n del embarazo en casos de anencefalia, la ret贸rica conservadora se gasta en parrafadas para separar mujer y embri贸n y convertir a 茅sta en la amenaza de aqu茅l.
La alevos铆a de este crimen por elevaci贸n no ha merecido palabras nuevas de la ley.
Ana Mar铆a P茅rez estaba embarazada de un hijo que deseaba tener y sostener. Porque ya exist铆a para ella lo nombr贸 鈥淰ioleta鈥, en la posibilidad de que fuera mujer. Cabe pensar en la alusi贸n a una flor sencilla y popular y tambi茅n en el personaje de Violeta, esa aguerrida ni帽a de anteojos que en la colecci贸n Robin Hood representaba todo lo contrario a las ni帽as anticuadas de la imaginer铆a victoriana.
No se trata de evaluar la tasa del no nacido en los precios de la reparaci贸n econ贸mica sino de pensar cada vez los desaf铆os que debe aceptar la ley jur铆dica ante las nuevas figuras desplegadas a partir de la del desaparecido. Pero si hay un caso en que el D铆a del ni帽o por nacer, que se suele celebrar el 25 de marzo, deja de ser un flagrante oximoron 鈥揺sa figura de la ret贸rica, generalmente sarc谩stica, que junta en una misma sintaxis t茅rminos de significado opuesto鈥 para homenajear a la v铆ctima de un crimen de lesa humanidad es 茅ste.

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