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Viernes, 27 de julio de 2007
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encerradas en la caja boba

Eramos pocas y volvió el ser nacional

Por Soledad Vallejos
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Ahora que la vivacidad de los realities languidece por más propuestas diferenciadas para público adulto (Gran Hermano, paciencia que ya termina) y no tanto (High School Musical et al) que lancen, parece que volvió la hora de la verdad más clásica. Así, por lo menos, parece que lo entiende la productora Cuatro Cabezas, que viene de comprar los derechos de una idea originalmente inglesa (100 Greatest Britons) para alcanzar un fin de lo más loable de la mano del coequiper Felipe Pigna, con el que –desde hace un tiempo– se propuso hacer de la historia argentina algo entretenido y rendidor en términos televisivos. (Claro, el resultado fue Algo habrán hecho, con su seguidilla de lugares comunes, anécdotas personales de próceres, lectura liviana pero estrictamente conservadora de la historia, y la convicción de el ritmo viene de un par de chistes actuados y la repetición que un profesor lookeado haga de afirmaciones nada avaladas por la investigación académica). El caso es que la productora está dando los últimos pasos para la puesta en el aire de El gen argentino, el programa que se anuncia como “un escenario propicio donde debatir y reflexionar sobre aquellos compatriotas con vidas y trayectorias destacadas”, porque lo que quiere es “ayudar a los argentinos a definirnos como Nación”.

La gacetilla promete que El gen... “combinará entretenimiento y contenido de alta calidad y convoca a elegir al argentino más grande. El que nos representa o queremos; aquel a quien consideramos un buen ejemplo o nos hubiera gustado ser”. Y justamente por eso el fin de semana pasado la publicidad en los diarios traía una lista posible de portadores de genes destacados. La estadística a veces sirve: de 150 nombres distribuidos en cinco categorías (“historia y política s. XIX”, “historia y política s. XX”, “artes populares y periodismo”, “arte, ciencias y humanidades”, “deportes”), sólo 20 son de mujeres, algo así como un 13,3% (ni siquiera el cupo, digamos). Aunque en realidad tal lista “es un ayudamemoria. Si cree que su candidato no está, puede sumarlo y votarlo”, pareciera que la propia memoria de la producción, o bien su biblioteca, anda un poco escasa, y para peor confundida. De “historia y política s. XIX” sólo rescata a Mariquita S. de Thompson (“patriota argentina. Militante feminista y defensora de la necesidad de la educación para las mujeres”), mientras que Juana Manso –¡nada menos!– queda en la categoría “artes, ciencias y humanidades” (“poeta y militante feminista. Luchó por la educación, contra la esclavitud, a favor de la libertad de culto y de los derechos de las mujeres y los niños. Fue colaboradora de Sarmiento y directora de la primera escuela mixta”) y Juana Manuela Gorriti ni aparece. Está Silvina Ocampo, pero no Victoria; Cecilia Grierson pero no Julieta Lanteri ni Elvira Rawson de Dellepiane (comparables por su feminismo de principios de siglo XX), ni científicas como Eugenia Sacerdote de Lustig o Ana María Di Lonardo (Directora del Banco Nacional de Datos Genéticos); Alfonsina Storni pero no Carolina Muzilli (costurera, periodista de La Vanguardia, directora del periódico Tribuna femenina, integrante del Partido Socialista en el que consiguió espacio para un programa de reivindicaciones sobre la mujer en el X Congreso Nacional, en 1912). El juego de las ausencias podría seguir, pero se haría demasiado largo (y pensar que hubiera sido tan fácil disimular un poco aunque más no fuera revisando las calles de Puerto Madero).

La preferencia del público irá delineando los contenidos de cada programa, en el que un “equipo de notables especializados en cultura, política, historia y otros aspectos sociales del país” (se dice que Beatriz Sarlo y Victor Hugo Morales declinaron el ofrecimiento, aunque no así Nelson Castro y Magdalena Ruiz Guiñazú) se explayará sobre las figuras votadas a partir de los “documentales biográficos” que realizará la producción. De allí, saldrá el nombre de nuestro adn nacional, “puede ser héroe, artista, científico, humanista, deportista, político o estadista”. Puede ser de todo menos, al parecer, mujer. Y sin embargo resulta curioso que, de la gran mayoría de las candidateadas, lo que se destaque sea su militancia feminista.

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