Esos rulos cobrizos parecen ser el marco exuberante que su rostro merece. Y el r铆mel y la sombra tal vez est茅n ah铆 鈥減ara que nadie adivine que tengo los ojos chiquitos鈥, como escribi贸 a mediados de los a帽os 鈥70 en 鈥淰estidos de dinamita鈥, aquel poema que incitaba a la rebeli贸n m谩s radical, incluido en el libro L铆nea de Fuego, por el que obtuvo el Premio Casa de las Am茅ricas (Cuba) en 1978. La poeta nicarag眉ense Gioconda Belli (59) estuvo la semana pasada en Buenos Aires para presentar El infinito en la palma de la mano, su quinta novela, ganadora del Premio Biblioteca Breve de Seix Barral.
Como militante del Frente Sandinista de Liberaci贸n Nacional (FSLN), Belli fue correo clandestino, transport贸 armas y luego, en el exilio, viaj贸 por Europa y Am茅rica latina para obtener recursos y divulgar la lucha sandinista. Despu茅s del triunfo de la revoluci贸n ocup贸 varios cargos partidarios y gubernamentales, pero en 1993 rompi贸 con el partido y pas贸 a integrar el Movimiento Renovador Sandinista, sumamente cr铆tico con el actual gobierno que conduce Daniel Ortega, uno de los l铆deres hist贸ricos del Frente.
En la actualidad, Belli divide su tiempo entre Managua y Los Angeles, donde vive su marido 鈥揷on el que tuvo su cuarta hija鈥, a quien conoci贸 al poco tiempo de triunfar la revoluci贸n sandinista, cuando ella era vocera del FSLN y su futuro enamorado trabajaba como corresponsal de la National Public Radio, de los Estados Unidos. 鈥淓mpec茅 a dormir con el enemigo鈥, bromea y exhala una inmensa sonrisa. 鈥淓ra de una radio muy progresista, pero de todas maneras era un problema鈥, rememora.
Su primer libro de poes铆a er贸tica, publicado cuando ella ten铆a veinte a帽os, gener贸 un esc谩ndalo de proporciones en su momento. Desde entonces, Gioconda Belli no ces贸 en su tarea de 鈥渃elebrar el cuerpo de las mujeres鈥, sobre el que a fuerza de silencio y prohibici贸n se tendi贸 un manto de culpa que llega hasta nuestros d铆as. 驴Acaso no fue Eva la que caus贸 todos los males de este mundo provocando la expulsi贸n del Para铆so? Pero, 鈥渄e haber estado ah铆, 驴qui茅n no habr铆a mordido el fruto prohibido?鈥, pregunta ret贸ricamente la escritora. Tras un intenso per铆odo de lectura de textos ap贸crifos, Belli se lanz贸 a reconstruir el principio del mundo y sus protagonistas primigenios desde una perspectiva totalmente novedosa. 鈥淒i rienda suelta a mi imaginaci贸n para evocar en esta novela los entretelones insospechados de este antiguo drama, el paisaje surrealista del Para铆so y la vida de esta inocente, valiente y conmovedora pareja鈥, cuenta la autora sobre El infinito en la palma de la mano.
鈥揗ira, los temas de las novelas tienen una manera misteriosa de encontrarla a una. En este caso fue una serie de cosas que se juntaron para conducirme a esta idea. Desde hac铆a mucho tiempo ten铆a una simpat铆a personal por Eva, porque desde joven me pareci贸 una manera muy arbitraria de adjudicarles la culpa a las mujeres por los males de la humanidad y hacernos responsables del pecado original. Entonces, yo empec茅 un poco a ironizar esa idea con estas incursiones en la poes铆a, llamando a un libro de poemas De la costilla de Eva, y jugando con la idea de ponerme yo en el papel de Eva, como que toda mujer es Eva. Yo siempre sent铆 que era absurdo considerar culpable a una persona porque ans铆a el conocimiento y porque es tentada por el conocimiento, porque, de alguna manera, todos nosotros hemos mordido el fruto prohibido. Y encontr茅 libros ap贸crifos que daban una versi贸n muy diferente y muy humana de c贸mo hab铆a sido la vida de Ad谩n y Eva despu茅s de que los expulsaron del Para铆so. Entonces todo se me junt贸 en la imaginaci贸n, y pens茅 que era uno de los paisajes imaginarios m谩s hermosos del inconsciente colectivo, que pod铆a convertirse en una novela muy original y adem谩s dinamitar ese arquetipo de la Eva pecadora, tonta, culpable y que no calcula las consecuencias de lo que hace al morder el fruto prohibido.
鈥揈so fue interesante, precisamente lo que quer铆a era tratar de construir esas identidades anteriores a los prejuicios, donde las diferencias est谩n marcadas por razones objetivas, no por razones f铆sicas o por el mismo talante de la personalidad masculina y de la personalidad femenina. Fue divertido pensar c贸mo ser铆an esos personajes sin todo el bagaje del prejuicio. Fue dif铆cil encontrar el tono, porque hab铆a que lograr un lenguaje que fuera coherente con el principio del mundo, y que al mismo tiempo fuera legible. Lograr ese balance entre la sencillez y la complejidad de lenguaje fue complicado, pero la poes铆a me ayud贸 mucho, porque el lenguaje po茅tico es lograr transmitir con la mayor econom铆a de palabras, y a trav茅s de im谩genes, sensaciones y sentimientos complejos.
鈥揧o siempre pens茅 que el hecho de que las escritoras empecemos a tener una presencia mayor dentro del mundo de las letras significa que vamos a poder describir el mundo seg煤n nosotras mismas, porque el mundo ha sido escrito mayormente por los hombres, y tanto a nivel de la sensibilidad como de la racionalidad, la visi贸n que han pasado se ha convertido en la norma. Es la mirada del hombre la que ha cubierto el mundo en que existimos, y hemos visto a trav茅s de esa mirada. Entonces, se trata de incorporar una mirada de mujer para ver ciertos personajes y entender cu谩les son los s铆mbolos que est谩n detr谩s y deconstruirlos para vernos a nosotras mismas con una mirada m谩s compasiva, con la que nos podamos identificar. Yo creo que con la Eva del G茅nesis la mayor铆a de las mujeres no se identifica, m谩s bien sentimos como una especie de pena por ella, l谩stima. Creo que en ese sentido la literatura escrita por mujeres hace un aporte al poder devolverles a las mujeres una mirada que las ve como son y no como los hombres las han imaginado.
鈥揈l cuerpo femenino ha sido objeto de tab煤, de abuso, es como un terreno controversial; la visi贸n de nuestro propio cuerpo que nos han pasado es la de un cuerpo culposo, sufrido, tentador, donde lo 煤nico que vale es la apariencia. La celebraci贸n integral del cuerpo tiene que ver con producir una belleza no s贸lo para que lo vean, y tambi茅n con sentir el placer de tener ese cuerpo hermoso. Porque nosotras no lo experimentamos como placer, lo experimentamos en funci贸n del otro. Tratar de pensar qu茅 enorme poder se tiene como mujer, no solamente por la belleza, sino porque esa belleza est谩 apareada con una mente que tiene una gran profundidad, intuici贸n, que es capaz de juntar lo racional con lo emocional, que tiene adem谩s la capacidad de dar vida, que tiene la capacidad de entender a los dem谩s desde una perspectiva mucho m谩s cercana por su propia relaci贸n biol贸gica con otra vida. Es terrible pensar en c贸mo la sociedad te ha hecho sentir que todo eso es m谩s bien un impedimento, una desventaja, una raz贸n para oprimirte. Es importante romper con esto y hacer una lectura afirmativa, positiva, y es lo que trato de hacer en mi literatura, en parte porque siento que ha sido mi experiencia personal, creo que es posible celebrar quien uno es, celebrar el cuerpo, y al mismo tiempo tener 茅xito, trabajar, tener hijos, amantes, todo (se r铆e). Tengo la enorme suerte de haber tenido una madre que era extremadamente avanzada para su 茅poca (la mam谩 de G. B. fund贸 el Teatro Experimental de Managua), y que siempre me transmiti贸 una visi贸n de lo femenino muy positiva y muy celebratoria en esas cosas de la mujer, de todos los procesos f铆sicos de mi cuerpo, de la maternidad. En la medida de sus posibilidades ella logr贸 transmitirnos a sus hijas eso de no conformarnos con el rol que nos daba la sociedad, tratar de vivir plenamente nuestro potencial como seres humanos, y no dejar que el hecho de ser mujer nos hiciera sentir menos que otros, porque m谩s bien era una ventaja, una gran fuerza la que ten铆amos como mujeres.
鈥揅uando me integr茅 al Frente esto estaba en mi cabeza, pero no en la pr谩ctica. Yo me cas茅 bien joven. Me vi casada con un marido bastante tradicional y con una hija a los diecinueve a帽os, y siguiendo un programa que estaba m谩s o menos escrito para m铆. Entonces, cuando empec茅 a militar pol铆ticamente y a escribir, me di cuenta de que no me ten铆a que quedar en esa vida programada para m铆, sino que pod铆a tomar un camino distinto, con un sentido, una rebeli贸n que ten铆a un prop贸sito que val铆a la pena, que era el derrocamiento de la dictadura. Romp铆 con mi esposo y decid铆 empezar una vida m谩s consecuente con lo que yo era en ese momento. Ya era otra persona, estaba comprometida pol铆ticamente, era escritora, pero trabajaba, no me pod铆a ganar la vida como escritora. Yo trabaj茅 desde los diecisiete a帽os en una agencia de publicidad y fui la primera ejecutiva de cuentas mujer en Nicaragua (se r铆e).
鈥揝铆, porque mi militancia, en principio, era vivir mi vida e infiltrarme en todos los lugares que pudiera. Dado mi nivel socioecon贸mico, yo ten铆a que mantenerme como ciudadana fuera de toda sospecha, porque eso era lo que me permit铆a hacer mi trabajo conspirativo. La idea era que nadie sospechara que yo era sandinista. Yo recog铆a informaci贸n, llevaba compa帽eros de un lado para el otro, ten铆a gente en mi casa, y ten铆a esa fachada legal, hasta que me descubrieron.
鈥揚rimero no, me persiguieron durante dos meses para amedrentarme. Pero despu茅s, cuando cay贸 el compa帽ero con el que yo trabajaba m谩s de cerca, entonces s铆 me fui al exilio, porque nosotros ten铆amos una norma que era que, si ca铆a un compa帽ero, esa persona ten铆a que aguantar lo que le hicieran durante una semana para dar tiempo a que nos movi茅ramos todos de lugar, y despu茅s de una semana pod铆an hablar para que no lo siguieran torturando. En esa semana yo me fui a M茅xico, y fue bien dif铆cil porque era la semana de Navidad y yo ten铆a dos ni帽as chiquitas, y ten铆a que dejarlas y no le pod铆a explicar nada a nadie, me tuve que hacer la fr铆vola y decir que me hab铆an regalado un pasaje y que me iba a M茅xico.
鈥揝铆. La revoluci贸n fue en el 鈥79. Trabaj茅 todos esos a帽os, tuve varios cargos y renunci茅 al FSLN en 1993, porque despu茅s de la derrota electoral de 1990, un grupo de nosotros propuso que deb铆a haber un cambio, que deb铆amos hacer una revisi贸n de todo lo que hab铆amos hecho, aceptar la parte de responsabilidad que nos tocaba y replantearnos la lucha pol铆tica en Nicaragua como oposici贸n, y hab铆a muy poca apertura dentro del Frente para hacer esa discusi贸n. Daniel Ortega se qued贸 con la estructura, con el aparato del partido, y neg贸 esa discusi贸n. Empez贸 a imponer poco a poco su personalidad, su caudillismo dentro del Frente. Es una persona que no admite la cr铆tica, entonces muchos de nosotros empezamos a desencantarnos. Tambi茅n hubo un proceso de corrupci贸n despu茅s de la derrota electoral en que se dio una repartici贸n de todo tipo de cosas y fue muy negativo para la imagen del Frente y para lo que el Frente hab铆a logrado, como haber entregado el poder, era la primera vez en la historia de Nicaragua que hab铆a una transici贸n pac铆fica de un gobierno al otro, siempre hab铆a habido guerras y golpes de Estado. El frente realiz贸 un aporte important铆simo a la democracia en ese sentido.
鈥揝铆, eso fue ahora en esta 煤ltima elecci贸n. Daniel Ortega se instal贸 como el candidato perpetuo, estuvo de candidato en cuatro elecciones antes de ganar la 煤ltima (2006), y gan贸 porque cedi贸 mucho terreno a la Iglesia Cat贸lica y al partido de la derecha, el Partido Liberal, sobre todo a Arnoldo Alem谩n (fue presidente de Nicaragua entre 1997 y 2001), este dirigente liberal que tiene un gran control dentro del partido igual que 茅l lo tiene dentro del sandinismo, y que est谩 condenado a veinte a帽os de c谩rcel por estafa al Estado. Ahorita lo que hay en Nicaragua es un discurso de izquierda y una actuaci贸n muy arbitraria, que no es 茅tica. Todo eso nos llev贸 a un grupo, no s贸lo a m铆, a casi todos los compa帽eros 鈥渉ist贸ricos鈥 que participamos desde temprano en la revoluci贸n, a que ya no estemos dentro del sandinismo.
鈥揘o, poes铆a no. Pero cuando termin贸 la campa帽a electoral del 鈥84 sent铆 el impulso de escribir algo distinto. Entonces ped铆 una licencia para tratar de dedicarme s贸lo a escribir. Fue una apuesta muy aventurada de mi parte, era dif铆cil, porque cuando dec铆s que est谩s escribiendo una novela la gente piensa que est谩s de vaga. Fue dif铆cil para m铆, me sent铆 culpable. Pero lo hice porque sent铆a que era importante, dec铆a: 鈥淟o que estoy haciendo en el trabajo lo puede hacer otra persona, pero lo que voy a escribir s贸lo yo lo puedo escribir鈥.
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