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“El problema no está en la virginidad, sino en ocultar que había existido una relación anterior.” Tal fue sólo parte de la argumentación que sostuvo la fiscalía de Lille para justificar que uno de los jueces del lugar realizara un fallo histórico y escandaloso: anular un matrimonio porque la mujer no era virgen. Todo comenzó en 2006, cuando un ingeniero de 30 años se casó con una chica de 20 y, al día siguiente, él y su familia la repudiaron porque ella no era virgen. Menos de 20 días después, el caso llegó a los tribunales, los mismos que, en estos días, fallaron a favor recurriendo, para ello, a un artículo del Código Civil que admite la nulidad del matrimonio cuando existe “error en la persona o respecto a las cualidades esenciales de la persona”.
Este lunes pudo comprobarse que Vogue (en su versión británica) se rindió a derrochar glamour del lujoso sobre una de las políticas más mentadas de la segunda mitad del siglo XX: Margaret Thatcher, alias Maggie, alias La Dama de Hierro y otros etcéteras. Desde que se retiró de la actividad política (oficial y extraoficialmente, porque inclusive dentro de su propio partido era una indeseable al momento de haber sido derribada del pedestal de Primera Ministra), vio eclipsada su influencia y su salud (se habló de una enfermedad que, además de su físico, afectaba sus facultades mentales)... ahora la señora regresa como ícono trendy. El responsable directo de la imagen chic que acaba de beneficiarla es el retratista de celebrities Mario Testino (que, dicho sea de paso, la admira porque “logró realmente darle un impulso” a la economía inglesa).
Mara Carfagna llegó a integrar el gobierno de Silvio Berlusconi con todas las credenciales para que propios y ajenos la miraran con suspicacia: abogada, ex modelo, ex estrella de la tele, es, también, la mujer a la que Berlusconi se declaró públicamente (“si no estuviera casado, me casaría con usted inmediatamente”; por el episodio, la legítima –una conocida militante de izquierda– publicó una carta
abierta en un diario). Por eso, y por ser la ministra de Igualdad de Oportunidades del nuevo gobierno, nadie podía imaginar que enfrentaría al ministro del Interior por su proyecto de expulsión y criminalización de inmigrantes sin papeles en Italia. “¿Y qué va a pasar con la asistenta de mi madre?”, preguntó ante el proyecto de mano dura, tras lo cual no sólo logró ir matizando lo que parecía la idea inicial sino, también, que el gobierno comience a trabajar sobre una normativa específica para quienes ejercen de cuidadores (de personas ancianas) y realizan trabajo doméstico. Del total de casi dos mill ones de inmigrantes, menos de la mitad están regularizados (por sus empleadores), cobran sueldos bajísimos... y son en su mayoría mujeres llegadas desde Perú, Ecuador, Filipinas y Rumania.
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