La carta de sabores de las nuevas jaboner铆as recuerdan a las p贸cimas italianas con helado de chocolate y crema que Catalina de M茅dicis impuso en el 1500 al llegar a Francia: incluyen combinados de menta y chocolate, variedades de flores y frutas, que van de esencias de mango o uva a la familia de rosas, lilas y lavanda a especias como el romero y la canela.
Uno de los precursores fue Fresh, el reducto chic que una pareja rusa abri贸 en Nueva York a fines de los 鈥90 con una oferta de piezas de lilas y lim贸n con formato de terrones de az煤car y miniaturas para el ritual del ba帽o a base de chocolate con leche. En simult谩neo, la firma Lush subvirti贸 el concepto de los tradicionales jabones ingleses de lavanda desde sucursales de Inglaterra, Canad谩 y Australia: tienen en com煤n una puesta con piletones de acero y barras de hielo para refrigerar bols de fresas, kilos de anan谩, naranja y limones, y un pizarr贸n que advierte a las posibles consumidoras que, como esos insumos, los productos de tocador Lush tienen plazos de vencimiento equivalentes a los de alimentos. Y la advertencia vale tanto para jabones de banana y los de tomate a la venta en bloques con tama帽o de barras de queso y tambi茅n las envueltas en papeles como si se tratara de alg煤n pat茅 o camembert.
En Femenino singular, su historia de la belleza, la espa帽ola Angela Bravo advierte sobre la existencia de ba帽os de belleza con sales de potasio, tomillo y romero, p贸cimas de agua, leche y miel, y una versi贸n m谩s cercana a la cocteler铆a como los ba帽os de jugo de frambuesa. Tambi茅n que la expresi贸n deriva de una f贸rmula extra铆da de la corteza del 谩rbol palo jab贸n, que disuelta en agua fue usada para lavar la cabeza.
Francisco de Quevedo hizo referencia a 鈥渇igurillas artificiales que usan b谩lsamo y olor para bigotes, copete y aladares, y de que usan mucho jaboncillo de manos鈥; luego, la publicidad de jabones fue un campo f茅rtil para los mensajes camp, de las mujeres que deshojan margaritas en un cl谩sico de Heno de Pravia a las bondades cosm茅ticas de Flores del Campo o los ung眉entos Palmolive 鈥減ara mantener la complexi贸n de una colegiala鈥.
El ritual de Cleopatra de sumergirse en piletas regadas con la leche de quinientas burras suele ser tan celebrado en el anecdotario de ba帽os extravagantes como la escena de El signo de la Cruz en que la diva flapper Claudette Colbert se zambulle en una ba帽era de alabastro con espuma ideada por Cecil B de Mille y que impuso esa modalidad de ba帽o entre las mujeres de los a帽os 鈥30.
Ignorando viejas expresiones populares como 鈥渓os ba帽os corrompen los cuerpos sanos鈥 u 鈥渉ombre de ba帽o, hombre de pocos a帽os鈥, el movimiento de soap crafters o artesanos del jab贸n contempor谩neos lleg贸 a la tiendas de decoraci贸n locales y tambi茅n al cronograma de clases l煤dicas de los colegios primarios.
En Buenos Aires, Sabater Hermanos traslad贸 la f贸rmula de citas gastron贸mica tan en boga a un peque帽o local que combina recursos de verduler铆a, en la elecci贸n de parantes inclinados para exhibir jabones, ytambi茅n la iconograf铆a de las f谩bricas de pasta. Tiene una m谩quina para elaborar jabones a la vista con moldes de formatos diversos y las cajas contienen panes de jab贸n de menta y chocolate, uva, kiwi, canela, coco, lavanda, rosas, avena, miel y eucaliptus o aceite de almendra.
Pero all铆 la apuesta no es s贸lo est茅tica: tambi茅n incluye una historia de eximios perfumistas que documenta un serie de fotograf铆as en blanco y negro donde el abuelo, Sebasti谩n Sabater, posa en un laboratorio muy 鈥70 probando esencias en pipetas; adem谩s hay escenas de operarias adornadas con cofias y rigurosos picos de metal clavados en los flequillos.
鈥淢i abuelo empez贸 a destilar aceites esenciales con alambique en los a帽os 鈥30, en Mallorca. Luego, para perfeccionar la composici贸n arom谩tica, estudi贸 qu铆mica y perfumer铆a en Grasse, la meca de la perfumer铆a en la Provence y, de regreso en Buenos Aires, fund贸 la firma Itasa y luego Sabater. Cre贸 la Vieja Lavanda Fulton, tambi茅n la l铆nea de jabones Vierge, que ven铆an envueltos en papeles cr锚pe de colores, de forma ovalada y se vend铆an en tiendas como Harrods y perfumer铆as elegantes鈥, dice Martin Sabater.
Imposible no mencionar que, durante algunos a帽os en que se apart贸 del mandato familiar, el joven jabonero incursion贸 como pastelero en las cocinas de los hoteles Sheraton y Savoy. Y sus f贸rmulas de p芒tisserie hoy se reconocen en el modelo After Eight, su fusi贸n por encastre de placas de menta y chocolate, barras de kiwi, avena y miel y pr贸ximos desarrollos de coco, albahaca, salvia, tomillo y clavo de olor.
Sobre el proceso de elaboraci贸n, dice: 鈥淧arte de una reacci贸n qu铆mica llamada saponificaci贸n y otra mec谩nica, con mezcla y compresi贸n en las que intervienen aceites esenciales, composiciones arom谩ticas con distintas notas sumadas a fijadores naturales. Todo surgi贸 por accidente, en las cercan铆as de Sapo, una monta帽a cerca de Roma donde las mujeres acud铆an a lavar la ropa y al frotar percibieron que sal铆a espuma, comprobaron que la grasa de los bichos que ca铆an al agua sumado a los minerales de la monta帽a generaban una soluci贸n jabonosa, y el primer paso fue mezclar esa grasa con hidr贸xido de sodio鈥.
En la jaboner铆a de Gurruchaga 1821, adem谩s de la galer铆a de fotos del abuelo, hay cientos de a帽ejos contenedores de esencias de Grasse y chiqu茅rrimas cajas de esencias con frasquitos de cristal.
Advierten que la base de todos los jabones (cuestan entre 2 y 12 pesos) incluye un 20 por ciento de aceite de coco y lanolina, y que los primeros modelos, los ultracl谩sicos lavanda y violetas, fueron acu帽ados con la bota que simboliza el escudo familiar. 鈥淓n la ruta del jab贸n hay mucho de ensayo y error, y buena parte del 茅xito radica en la tecnolog铆a que se us贸 en los aceites, de ah铆 que la lavanda de Grasse sea fundamental en mi carta de olores pese a que en C贸rdoba o en la Patagonia existan plantaciones maravillosas. Coco, vainilla, naranja, jazm铆n o canela son algunos de los m谩s instaurados; ahora experimento con jengibre, mel贸n, sand铆a, oliva y lima鈥, agrega Sabater.
Mientras planea nuevas puestas en vidrieras que reemplacen a las actuales piezas de nenas y nenes con formato jab贸n de tocador, y sin dudas versiones net de los antiguos Pibes y Coqueter铆as, Mart铆n Sabater planea citar el esp铆ritu revolucionario de la jaboner铆a de Vieytes. Porque en sus vidrieras navide帽as incluir谩 una l铆nea de jabones-manifiesto sobre el caos econ贸mico y social, pero que nunca tendr谩 la crudeza de pasta de chancho ni de vaca originales del reducto desde el que se tram贸 la revoluci贸n.
Soap Opera, jabones a mano, es la propuesta de objetos en jab贸n que dan las hermanas y expertas escultoras Nanda y Gabriela Heras y Carola Beresiarte y adhiere a la modalidad de jabones objeto, piezas de glicerina con juguetes en su interiores que impusieron cadenas de b谩sicos con gracia como Urban Outfitters. En el taller de una casa de Palermo, algunos jabones cuelgan de un perchero de ropa, otros descansan en un antiguo mueble para mapas. Hay esencias de canela, baby power, caramelo, malta, blueberry, ginger ale, que ellas reciben de una f谩brica especializada de Virginia.
Como las tramas de telenovelas a las que hacen alusi贸n, predominan variaciones de color. El punto de partida fue una l铆nea porno fetiche con jabones pene (el m谩s ostentoso se llama Big Bamboo y cita una expresi贸n del turismo sexual en Jamaica), tetitas y vaginas esculpidas caprichosamente para las bateas de boutiques er贸ticas de Palermo y que causan furor entre los turistas gays por su hiperrealismo.
La l铆nea incluye tambi茅n otros modelos na茂f, pero igual de taquilleros, como los que simulan chupetines o deliciosos helados de agua, aviones, estrellas, y el 煤ltimo modelo cita los trompos y juegos de encastre para ni帽os.
鈥淪iempre estuve atenta al ritual de regalar jabones de violetas de las t铆as o a perfumar los cajones de mi ropa con jabones en lo posible Roger Gallet o las piezas de frutas de Lush, porque siempre que viajo visito jaboner铆as y mis amigos me traen jabones de regalo鈥, cuenta Carola sobre los motivos que la impulsaron a asistir a un curso de jaboner铆a b谩sica.
Durante semanas se limit贸 a simples rodajas con fantas铆as en el interior y luego traslad贸 los pasos de fundici贸n de la glicerina a sus amigas escultoras. La b煤squeda tem谩tica se resolvi贸 cuando la profesora de soap making pronunci贸: 鈥淎 nadie se le va a ocurrir un jab贸n tubular鈥, y despu茅s esas amigas escultoras anunciaron la aparici贸n de una tienda con objetos er贸ticos deco.
Acto seguido, con barras de base de coco, jab贸n nada trasl煤cido, molder铆a en caucho y silicona citando t茅cnicas de efectos especiales y pruebas de esencia y el color 鈥搈谩s mucha memoria emotiva鈥, lanzaron el modelo Big Bamboo. Cuestan entre 1,50 y 12 pesos, y se consiguen en
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Sobre el furor de los artesanos del jab贸n, las autoras de Soap Opera coinciden: 鈥淓n el mercado local hay muchas esencias y mucha glicerina, pero no todas son buena calidad, algunos te ofrecen colorantes y aromatizante de velas que no est谩n testeados en piel. Nosotras preferimos aromas muy americanos, luego comprobamos que los consumidores no les prestaban tanta atenci贸n como a la forma. Y decidimos agregar ventosas para pegarlos en los azulejos o soguitas para colgar de alg煤n toallero y as铆 cambiar la forma en que ingresan al recinto de ducha鈥, dicen mientras hornean su pr贸xima apuesta l煤dica, panes y pinos para la Navidad en glicerina.