Algo extraordinario le sucede a la costurera gazmo帽a y pretenciosa de la obra inspiradamente titulada Nada del amor me produce envidia. A la vez, algo inhabitual ocurre en ese escenario del Sportivo Teatral durante la representaci贸n de esta pieza: una m谩s que afortunada alianza de texto, direcci贸n, interpretaci贸n, m煤sica, vestuario, luces, escenograf铆a... Es que rara vez, con tan alta y exacta calidad en todos los rubros, se da esta conjunci贸n plena, este maridaje feliz (como dir铆a alg煤n cocinero de elgourmet.com). Pero si hay que se帽alar una figura generadora y propulsora de este proyecto, a la persona que convoc贸, aport贸 ideas y particip贸 de todos los aspectos de la producci贸n, y a quien finalmente se brinda en una actuaci贸n portentosa, corresponde nombrar a Mar铆a Merlino. Una de las grandes actrices de su generaci贸n, inolvidable en obras como El aire alrededor o El ni帽o en cuesti贸n, tambi茅n de descollante actuaci贸n en el cine (Tan de repente, Mientras tanto).
Mar铆a Merlino empez贸 a pensar en un espect谩culo con una mujer atrapada en el tiempo que cantaba, en un entrenamiento, hace unos a帽os, al trabajar un cuento corto de Ch茅jov, 鈥淓l monje negro鈥. No solt贸 esa idea, aunque en el 铆nterin hizo otras cosas, como estudiar canto l铆rico y 鈥搇a m谩s importante鈥 tener un precioso beb茅 llamado Milo. Tambi茅n entr贸 en sinton铆a con Libertad Lamarque: alguien le regal贸 un CD de la Novia de Am茅rica (latina), se enganch贸 hasta la adicci贸n y pr谩cticamente se doctor贸 en la diva de la voz aguda, investigando su vida, sus films, su discograf铆a. Por otra parte, hab铆a aspectos de ese mundo que evoca el texto de Santiago Loza que resonaban en Merlino, hija de una madre con la voz parecida a la de L铆ber, que cos铆a la ropa de sus hijas all谩 en Benito Ju谩rez a veces escuchando alg煤n radioteatro, y de un padre bien tanguero. Asimismo, conoci贸 Mar铆a esa mentalidad pueblerina, detenida en el tiempo, la circulaci贸n de chismes y ese lenguaje rebosante de frases hechas, met谩foras trilladas, sentencias admonitorias...
Entre una m谩quina Singer y un maniqu铆 a medio vestir, la costurera de blusita y pollera impecablemente cortadas (faltaba m谩s), entona fragmentos de Volv茅 (鈥淒esde que te fuiste del cotorro/ ando tan triste, si supieras (...) Volv茅, mir谩/ y enga帽ame nom谩s鈥), naturalmente a la manera de Lamarque. El brazo armado de un alfiletero, la mujer le habla al maniqu铆 de ejercitar la garganta, de afinar, pronuncia esas palabras cuyo sonido le gusta tanto: parloteo, locutor, interlocutor. Dice que en su taller se escucha de todo, pero que ella 鈥搇os alfileres apretados en los labios鈥 es una tumba. Y todav铆a m谩s Libertad Lamarque, que en el primer tema hace 鈥淏esos brujos鈥 (鈥... que son una condena de desdicha y de dolor鈥), para proseguir hablando de su 铆dola, de los p谩jaros y de los 谩ngeles, de las novias 鈥揳lgunas deshonradas鈥 que visti贸, de los trajes de boda destrozados por aquellos que en la lujuria no supieron valorar su trabajo de noches sin dormir. Entonces silabea la frase que figura en el t铆tulo: 鈥淣ada del amor me produce envidia鈥. En la soledad de su taller, pudibunda y resentida, se refiere impl铆citamente a una carencia: 鈥淓l amor, no s茅 qu茅 le ven...鈥, pero el tango (que cantaba Ada Falc贸n y que ahora canta ella) dice otra cosa: 鈥淓nvidia amarga y traidora, la que causa m谩s dolor, es la envidia por amor鈥.
Hasta que el amor 鈥渟in hombre鈥 se le aparece bajo la forma de su deidad: 鈥淟ibertad 驴la que le dio el tortazo a Evita?鈥. Y le traen esa tela que la erotiza, un placer que empieza en la palma de la mano y se extiende por todo el resto del cuerpo. Un antes y un despu茅s para la costurera que cuando se recupera hace 鈥淪uavemente鈥 (鈥渃omo una seda fue tu amor鈥). Chiquita pero elegante, Libertad menosprecia un poco el vestido porque 鈥減odr铆a ser para la Duarte鈥. La puerta que da paso a lo extraordinario ya est谩 abierta, y ocurre un imprevisto aun mayor. De 鈥淓n una tarde gris鈥, la costurera pasa con toda raz贸n a cantar 鈥淟oca鈥 en ese cuarto sin ventanas. Debe tomar una decisi贸n tremenda, se siente due帽a de su destino, se destraba, se desmelena, conoce alguna forma de felicidad m谩s all谩 de los hilvanes, pespuntes, dobladillos.
Santiago Loza 鈥揹ramaturgo y cineasta鈥 ha retratado a esta mujer sin atributos con su ya habitual percepci贸n para captar y comprender movimientos del alma femenina, sin ponerse nunca por encima del personaje y manejando con destreza un lenguaje rico que alude al habla popular y que expresa la compostura impostada de la costurera, desmentida por la letra apasionada de los tangos. Exquisitamente conducida por Diego Lerman 鈥揺n su debut como director teatral鈥, Mar铆a Merlino deslumbra de continuo con todos los bemoles de su costurera, tr茅mula y deliciosamente cursi, que habla y canta sin transiciones, porque esos tangos forman parte de su discurrir. El refinado dise帽o del vestuario de Sergio Lapadula y la nobleza de los materiales empleados saltan a la vista, as铆 como despabilan el o铆do los ritmos de Sandra Baylac (maestra de canto y cantante, compositora, instrumentista, l铆der de la agrupaci贸n Audiouni贸n), ese sonido de tijeras de sastre que acompa帽a 鈥淓n esta tarde gris鈥, el contrabajo y las guitarras que se escuchan a trav茅s de la obra, el bolero final cuya letra y m煤sica le pertenecen.
Nada del amor me produce envidia, los viernes y s谩bados a las 21, a $ 25, en el Sportivo Teatral, Thames 1429, 4833-3585.
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