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Viernes, 27 de marzo de 2009
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tendencias

Dando en la tecla

Las mujeres tienen sus propios modos de usar y apropiarse de las nuevas tecnologías y de participar en la sociedad de información. Aunque todavía acceden en menor medida que los varones, ellas no han dejado de estar presentes con su impronta y sus voces desde la aparición misma de Internet, renovando el modo en que el trabajo y la vida cotidiana se enredan con las posibilidades que ofrece la tecnología.

Por Elisabet Contrera
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50% de las mujeres argentinas con acceso a Internet usan la web para hacer compras.

60% de las usuarias de computadoras hacen trámites, pedidos y gestiones de productos o servicios bancarios a través de la red.

48% de las internautas pagan impuestos y servicios por la web.

Fuente: Encuesta de Mercado Libre entre 503 mujeres argentinas con estudios universitarios o terciarios de entre 25 y 44 años.

Catterina se levanta muy temprano, prepara el mate y sale hacia la oficina, instalada en el living de su departamento. Mientras su bebé duerme, ella aprovecha para avanzar con el trabajo. En cambio, Laura necesita urgente una taza de café. Una batalla virtual entre los elfos y Saurón la mantuvo hasta la madrugada prendida de la computadora. Paola opta por seguir en la cama. Con la notebook sobre las piernas, ella lee sus e-mails, escribe otros y elige su historia del día. ¿Qué tienen en común estas tres mujeres? No es la profesión. Tampoco la edad. Menos el barrio. Ellas incorporaron a sus vidas las nuevas tecnologías. Para trabajar sin descuidar a su familia, en el caso de Catterina. Para emprender y ayudar a emprender, Paola, y para entretenerse, Laura.

Un blog con historias de mujeres emprendedoras, una página web a través de la cual mujeres de Latinoamérica acceden a un paquete de herramientas para montar sus propios negocios, un grupo de mujeres que se capacita en el uso de TICs como una estrategia para luchar contra la violencia, una joven ingeniera informática a cargo de la producción de videojuegos son algunas de las experiencias que demuestran que las nuevas tecnologías ya no son terreno exclusivo de los hombres sino que son compartidas con las mujeres. En las últimas décadas, ellas hicieron de la tecnología más avanzada parte de su vida cotidiana. En el trabajo con la computadora, en la comunicación con los celulares, o en la maternidad con las ecografías 3D y 4D, o el “babycall”, en la militancia social la creación de blogs y páginas web como una estrategia de visibilización y acción.

TRABAJAR DESDE EL LIVING DE CASA

Un año atrás, Catterina Strazzarino dejó su lugar de trabajo para montar su propia oficina en el living de su departamento y poder criar a su hijo recién nacido. “Si no tenés un familiar cercano que te ayude, tenés que pagar una niñera y es caro, eso significa perder la mitad de mi sueldo. Por eso, cuando nació Bruno, le planteé a mi jefe la posibilidad de trabajar full time pero desde casa. Lo aceptaron. Primero con una rebaja salarial, luego me dejaron el mismo salario que antes, pero lo más importante es que tenía la ventaja de ser partícipe full time de la crianza de mi hijo, que es invalorable”, contó Catterina. “Sé que el trabajo a distancia es un planteo irrisorio para muchas madres, y por eso lo valoro mucho. Poder estar ahí siempre que me necesite es una gran tranquilidad.”

La vida diaria de esta uruguaya, de 29 años, se reparte entre las tareas domésticas, el cuidado del bebé y sus tres trabajos: realiza un monitoreo de medios para una consultora oriental, ejerce como encargada de relaciones humanas para la misma firma y además trabaja como periodista para una empresa española dedicada al envío de contenidos a celulares. “Es importante saber hasta cuándo se trabaja. Al estar en tu casa, el límite lo tiene que poner una porque si no se convierte en una jornada inagotable, que es lo que me ocurría al comienzo”, contó, a modo de consejo. Aunque al principio Catterina optó por esta modalidad solo transitoriamente, ahora piensa en las chances de continuar así en el futuro. “Lo que más se extraña es compartir con tus compañeros. Igual el MSN sustituye el hablar con ellos en forma personal y acerca bastante las partes, uno está en contacto y puede intercambiar anécdotas”, explicó.

Sonia Boiarov es directora del Centro de Teletrabajo y Teleformación de la Carrera de Relaciones del Trabajo de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA (http://www.boiarov.com.ar). Desde ese espacio defiende y promueve el trabajo a distancia como “una forma de inclusión sociolaboral de las mujeres”. “Esta modalidad nos permite trabajar sin descuidar a nuestra familia, ya se trate de pequeños o adultos mayores que requieren de mucha atención”, remarcó. Pese a las ventajas que brinda este sistema laboral, en cuanto a la disponibilidad horaria, flexibilidad, y posibilidad de combinar maternidad y profesión, la especialista señaló que el teletrabajo es explotado más por los hombres, que las mujeres. “Por ahora siguen siendo menos las mujeres, pero viene creciendo la cantidad de mujeres que acceden, así que en poco tiempo estarán iguales o ¿por qué no? tal vez los superemos”, vaticinó, con optimismo.

En momentos de crisis económica y de despidos masivos en Argentina y el mundo, el teletrabajo –para Boiarov– es una oportunidad de inserción laboral.

“Muchas mujeres, ante las tremendas responsabilidades que les caben y la crisis de trabajo que se avecina, aprovecharán su creatividad al máximo”, aseguró.

“Podemos trabajar en horas que no serían normales en trabajos presenciales y para zonas que no están cerca, incluso para otros países que nos convengan más.

Muchas empresarios van a estar buscando mejorar sus costos y su calidad y las mujeres podrían posicionarse mejor en muchas tareas, como traducción, diseño gráfico, tutorías.”

LOS FICHINES TAMBIEN SON COSAS DE CHICAS

Laura Muollo tiene 31 años. De día, trabaja como gerenta administrativa y apoderada para una empresa que desarrolla y vende software de gestión. De noche, apenas llega a su casa, cambia su nombre por el de Alyhna y se convierte en un personaje del videojuego El Señor de los Anillos Online (Lotro). “Antes solía jugar al Guitar Hero y a varios jueguitos tipo Diner Dash hasta que un día un amigo le regaló a mi marido El Señor de los Anillos y ¡me re-atrapó!”, contó. En Lotro, el usuario crea un personaje, elige la raza y la clase con la cual desea jugar y luego emprende misiones y batallas, junto a otros jugadores, sobre la Tierra Media.

“Juego todos los días desde de las 8 de la noche hasta la 1 o 2 de la madrugada. También le dedico algunas horas los fines de semana, dependiendo de si tenemos planes de hacer alguna misión especial”, detalló. “Lo que más me gusta es que no juego sola, sino que cada personaje está manejado por gente con la que fui construyendo una relación. Muchas veces me conecto al juego solamente para charlar con ellos y con más de uno chateamos durante el día”, contó Laura. Sus compañeros de batalla son en su mayoría de Estados Unidos y Canadá.

Barriendo con los estereotipos que indican que los videojuegos siguen siendo patrimonio de los hombres, Laura asegura que son cada vez más las mujeres que se prenden con este entretenimiento. “Es verdad que las mujeres somos minoría al menos en este tipo de juegos, pero cada vez estoy viendo más y más, especialmente novias y esposas de jugadores. Cuando comencé en noviembre de 2007, en mi grupo había solo tres mujeres, hoy somos ocho”, señaló Laura.

Según estimaciones de Entertainment Software Association, el 40 por ciento de los videojugadores en Norteamérica son mujeres. De hecho, las mujeres de más de 18 años representan una porción significativamente más grande (33 por ciento) que los chicos de 17 años o menos (el 18 por ciento). En otros países, como Corea del Norte, las estadísticas ascienden al 69 por ciento. A estos datos se suma un informe de Game Vision y Arkennford que revela que dos tercios de las mujeres con acceso a Internet juegan videojuegos ocasionalmente. El estudio, basado en una encuesta realizada a 1700 mujeres del Reino Unido, Francia y Alemania, indica además que el 70 por ciento de mujeres de entre 16 y 45 años juegan jueguitos flash gratuitos al menos una vez al mes.

Ante estos datos de la realidad, las empresas no sólo no aprovechan el potencial consumidor de las mujeres en el rubro, sino que siguen insertando en el mercado videojuegos sexistas, violentos y estereotipados. Para Paulina Morrison Fell, ingeniera informática a cargo del área de proyectos en producción de videojuegos en la empresa argentina Three Melons, el cambio se puede lograr a partir de la participación de mujeres en el desarrollo de los productos. “La producción de videojuegos todavía no cuenta con una gran presencia femenina, porque las mujeres no tienden a incluir el desarrollo de juegos como una opción en su carrera profesional”, explicó.

Ella trabaja desde hace cinco meses en la firma. Allí se ocupa del desarrollo técnico y creativo de videojuegos para web y para IPhone. “Decidí especializarme en videojuegos porque encontré en ellos una conjunción perfecta entre tecnología y arte. Si bien estudié una carrera técnica, también tengo un perfil muy artístico, y siempre me interesó la posibilidad de complementar mi trabajo. ¡Además hacer videojuegos es divertido!, jugar mucho es parte del contrato y es necesario para estar al tanto de las tendencias y tengo la oportunidad de diseñar conceptos de juegos nuevos que podríamos producir en el futuro”, contó entusiasmada.

MINIEMPRESARIAS VIRTUALES

Las nuevas tecnologías se convirtieron en una herramienta práctica para hacer negocios o promoverlos. Ese es el caso de Paola Carolina Díaz, creadora del blog ChicasE (www.chicasemprendedoras.com.ar), donde publica diariamente emprendimientos realizados por mujeres de todo el país, tiene cerca de 500 mujeres suscriptas y fue visitado por 10 mil personas en enero pasado. “Desde que empecé a ‘coquetear’ con Internet hace más de cinco años tuve el sueño de crear un espacio donde las emprendedoras pudieran presentarse, promover y difundir sus negocios y que permitiera presentar a mujeres que conocía a través de la web”, explicó.

En este camino, Paola encontró en el formato blog –perteneciente a las llamadas webs 2.0– ventajas que en otros sistemas no hallaba, como la facilidad, practicidad y su popularidad entre los internautas. “Primero, es una herramienta que facilita la interacción de los lectores y entre lectores, que estén interesados en alguna de las historias publicadas. Segundo, es fácil de administrar, dato importante cuando se publica con frecuencia. Desde el mismo panel podés publicar, revisar los comentarios, responder y editar las planillas, incluso podés agregar pequeñas aplicaciones que te ayudan a hacer el trabajo aún más sencillo. Tercero, los buscadores aman los blogs porque siempre tienen contenido fresco. No es algo menor dado que como editora deseamos que nuestro espacio sea útil, y en cuarto lugar, wordpress.org –una plataforma para alojar los blogs– puede colocarse donde uno quiere y con un dominio propio y esto permite crear una imagen única de tu blog, generar una marca, que la gente te recuerde, te elija”, enumeró.

“Muchas de las emprendedoras se sienten gratificadas de compartir su camino porque saben que motivan a otras mujeres. También, al leer sus historias en el blog pueden ver todo lo que han logrado y además creo que todas estamos aprendiendo a aprovechar las herramientas que ofrece Internet, que son muchas: desde un blog, pasando por las redes sociales, recursos para ser productivas, información para tomar las mejoras decisiones de negocios y ese también es el objetivo del blog: que se conozcan, que aprovechen Internet y, por sobre todo, que se animen porque es posible emprender”, evaluó a la hora de enumerar los logros.

Brindar herramientas para apropiarse de las nuevas tecnologías como una forma de encarar nuevos negocios es también la misión de Lidia Heller, coordinadora de la Red de Mujeres de Latinoamérica y el Caribe en Gestión de Organizaciones (www.wimnetwork.org). Desde ese espacio se organizan todos los años cursos virtuales destinados a mujeres de la región: uno, que se dicta desde hace cinco años, busca brindar elementos de gestión a organizaciones sociales. El otro, lanzado en 2007, proporciona una guía de pasos para llevar a la práctica microemprendimientos.

Con respecto al último caso, Heller se explayó: “Les damos herramientas para iniciar una idea, analizar su viabilidad o no, reforzamos la etapa de planificación y organización del negocio, la etapa de mercadeo, la difusión, la comercialización, todo desde un enfoque de género, es decir, mostrando las posibilidades y obstáculos que pueden encontrar las mujeres, como puede ser las dificultades para acceder a un crédito”, ejemplificó. En este proceso, las TICs son –para Heller– “un puente que permite llegar a mujeres de Latinoamérica, conocer sus realidades y experiencias y colaborar con su desarrollo laboral de las mujeres”.

UNA HERRAMIENTA DE TRANSFORMACION

Mientras que muchos usuarios ven las nuevas tecnologías como un espacio de contacto, de comunicación o búsqueda de información, para otros Internet y todas sus aplicaciones son una herramienta para concientizar y transformar. Un ejemplo de ello es el trabajo de Nodo Tau, una asociación civil sin fines de lucro integrada por profesionales de la informática, de la comunicación y de militantes sociales dedicada a facilitar el acceso a las TICs a organizaciones comunitarias de Rosario y Gran Rosario que luchan contra la pobreza, la exclusión, el cuidado del medio ambiente y la defensa de los derechos humanos.

María Victoria Escobar trabaja en la organización desde 2003. “Mi primera actividad militante fue en una biblioteca popular en zona sur de Rosario, donde se instaló un centro tecnológico comunitario. Allí comencé a entender esto de las ‘TICs para el desarrollo’ y me permitió vincularme con otras organizaciones que trabajan esta misma temática, como Nodo Tau”, recordó.

Hoy es capacitadora en los telecentros comunitarios instalados en asociaciones barriales, participa de Enredando –un portal y boletín semanal que difunde la actividad de ONG– y colabora en la confección de material didáctico basado en el software libre y con la mitología de la educación popular. “Consideramos a la tecnología como una herramienta más en la lucha por la transformación social. Sabemos de su potencial a la hora de comunicar, de vincular y sobre informar a las organizaciones y personas sobre sus derechos y posibilidades de desarrollo.” Bajo esa definición Nodo Tau desde hace varios años que promueve el acceso a TICs mediante el apoyo de telecentros, la capacitación a organizaciones sociales, el acceso a servicios como correo electrónico, lista de correo, página web, servidores.

La asociación además forma parte de la campaña Dominemos la Tecnología, una iniciativa de Programa de Apoyo a las Redes de Mujeres (PARM) para luchar contra la violencia hacia la mujer que se gesta dentro de las mismas plataformas tecnologías a través de la pornografía y el lenguaje sexista. “Sabemos que Internet puede ser un espacio de intercambio y de activismo, pero también es cierto que –al igual que en el resto de las producciones sociales– nos encontramos a diario con contenidos violentos hacia las mujeres y por ello, creemos necesario que los movimientos de mujeres puedan utilizar las TICS en su lucha diaria para potenciar sus voces y sus derechos y en ese camino es fundamental continuar con las capacitaciones en el uso”, sostuvo.

LAS TECNOMAMAS

A la hora de armar el ajuar del bebé y decorar la habitación de la futura hija/hijo, las nuevas tecnologías metieron la cola o, mejor dicho, anexaron un nuevo producto a la lista de compras: el baby call. Se trata de un aparato electrónico que funciona como un intercomunicador entre madre e hijo/a cuando ambos están en habitaciones distintas. En los últimos años, se extendió su uso así como también la variedad de modelos, marcas y precios: ya no sólo existe el baby call con audio, sino que se lanzaron al mercado versiones nuevas con monitor, alarmas y demás chiches. “Es muy práctico y fácil de usar. Puedo estar en el estudio trabajando, o haciendo las tareas de la casa y estar tranquila de que Lucas está bien, de que lo estoy vigilando”, contó Claudia Villegas, que tiene un bebé de nueve meses.

En el mismo sentido, las ecografías tres y cuatro dimensiones se convirtieron en una necesidad para muchas mamás. “Me hice una ecografía 3D para asegurarme de que Celeste estaba bien. Es muy emocionante ver cómo se mueve, sentir sus latidos, conocerla”, contó Natalia Villa, mamá de una beba de 10 meses. Y, señaló, “además te podés llevar un video de las imágenes, que obvio que hay que pagarlo, pero bueno, vale la pena”.

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