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Viernes, 2 de julio de 2010
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el megáfono)))

El teorema de Maradona

Por Liliana Bodoc *

En algunas materias, el siglo XXI trae al hombro mucho siglo XIX; mucho polvo de Enciclopedia; muchas sombras racionalistas... Las muestras de esta herencia abundaron a partir de las manifestaciones emocionales del DT de la Selección Argentina.

Escuché a una persona de mente clara y honesta, clarísima honestísima, lamentarse por este asunto: es una pena que Diego nos reporte acerca de sus afectos y sus emociones, era más o menos la idea.

¿Es que la emoción pertenece a la categoría de “partes pudendas”? ¿O es la aparición del primate en nuestra humanidad? La expresión de algunos aspectos de la emotividad, ¿da cuenta de cierta flojera, ignorancia y tosquedad?

Así como se habla de “inteligencia emocional” puede pensarse en una “desinteligencia racional”. Me refiero a la incapacidad de aceptar la existencia de diversos modos de acceso al conocimiento, a la dificultad que aún tenemos para aceptar que lo que no se puede medir también existe, a la consagración de un único método eficiente de pensamiento.

Seguramente ya es tiempo de entender que la emoción también conoce, también comprende. Y sobre todo, ¡también transforma! ¿O hay acaso una muestra más clara de inteligencia que la capacidad de transformar?

Escuché definir la inteligencia emocional como el control sobre las emociones.

Afirmación un tanto mezquina y simplista porque, en tal caso, habría que decir que las fieras de la dictadura, aquellas que podían tomar mate mientras torturaban, eran grandes inteligencias emocionales.

La inteligencia emocional es algo mucho más complejo que el solo control. Es la posibilidad de atravesar la cáscara de la evidencia, de imaginar y de intuir, que es otro modo de imaginar. Es el talento para interpretar lo connotativo de las relaciones humanas, lo que subyace y solamente el radar de la pasión puede detectar.

Dos más dos tiene un resultado indiscutible.

Pero dolor menos resentimiento más alegría más historia menos hipocresía también lo tiene.

Paciencia si el método científico no alcanza a determinarlo todavía.

* Lic. en Letras, docente y autora de La saga de los confines, El mapa imposible y Presagio de carnaval, entre otros.

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