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Mientras la señal británica E4 ya anuncia una nueva generación de jovenzuelos y pecosas muchachitas para Skins –quinta temporada–, donde la fórmula de reseteo estelar promete staff desconocido y relatos más alegres (¡enhorabuena!), llega a la Argentina la cuarta temporada del programa hormonal que puso en jaque la forma de entender la adolescencia. Nostálgicos, abstenerse; porque –en ocho capítulos– la tira pone fin a las historias de la bipolar Effy, la (por lo menos) excéntrica Pandora, Naomi (a punto caramelo con su renacer sexual) y la dupla (junta y revuelta) de las gemelas Emily y Katie Fitch. Acompañadas, claro, por sus secuaces Thomas, JJ, Cook y Freddie, en un revoltijo de drama, llanto y drogas, como nunca antes en la historia del programa.
Sin ir más lejos, el primer capítulo recibe con un suicidio... Pero, oh, tranquilidad, que la víctima de los guionistas no está entre la troupe líder. Se trata de Sophia, una teen que –a base de éxtasis– toma vuelo en un night club y se tira del primer piso. La tragedia no es casual: hila con un lesbo-affaire que involucra a una de las protagonistas. ¿Indicios de culebrón? Un poco, pero si algo tiene a favor el show creado por Bryan Elsley y Jamien Brittain es el don de descomprimir. La soga tira, pero no ahorca...
Así lo demostró el (muy rosado) final de la temporada pasada: Effy (Kaya Scodelario) optó por el amor de Labios Carnosos Freddie (Luke Pasqualino) y dejó al sexual y problemático Cook (Jack O’Connell). Pandora (Lisa Backwell) hizo lo propio con Thomas (Merveille Lukeba), su chico del Congo, y prometió fidelidad de una vez y para siempre. Naomi (Lily Loveless) se quedó con Emily (Kathryn Prescott), la gemela buena, y aceptó su lesbianismo, mal que le pese a mamá Fitch. Katie (Megan Prescott), la malísima y (literalmente) golpeada hermana, empezó a cortar el fraternal lazo sanguíneo. Ninguna nube sobre el cielo. Pero, claro, la calma antecede al huracán.
Y, después del veranito –contado en la novela homónima Skins, para seguir haciendo dinero aun fuera del aire–, el grupo volvió al colegio y, con ellos, llegaron los capítulos temáticos de esta nueva temporada (tradicionalmente, la tira dedica uno a cada personaje). ¿Lo que vendrá? Además del suicidio, tópicos como la menopausia precoz, la religión, el amor para chicos con principio de autismo, los psiquiatras que hacen uso y abuso de su profesión, las madres abandónicas, la depresión psicótica, los engaños amorosos, la convivencia, la prisión y la venta de drogas se abren paso en la tira grabada en Bristol y recomendada para mayores de 18 años. Aunque, en honor a la verdad, no hay adolescente europeo que no la haya visto...
Con ese nutrido batifondo, el show aterriza en HBO y lo hace en alta definición, con una agenda comprometida y una apuesta estética bien ejecutada y mejor musicalizada. Así, no es casual que Skins haya ganado premios Bafta, que varios de sus protagonistas hayan saltado a la fama (los actores en veloz ascenso Nicholas Hoult y Dev Patel salieron de la primera generación), que muchos de sus personajes sean de culto entre los adolescentes del Viejo Continente. Fiel retrato de su tiempo, la serie es hedonismo juvenil, nihilismo y problemática hardcore. Y, salvo por algunos excesos en la trama (una muerte no justificada hacia el final, quizás...), sabe balancear los ingredientes, sazonar en su justa medida.
Pero todo concluye, al fin, y serán ocho los capítulos para decir adiós a Effy y compañía, después de dos entretenidas temporadas. O “hasta luego”. Porque los guionistas ya están devolviéndole la voz a la pandilla para Skins, la película. Los fanáticos, agradecidos: Hay piel para rato. Para un rato más, al menos. ¤
Skins 4: A partir del lunes 25 de octubre, todos los lunes a las 21 hs. por HBO Plus.
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