Georges Braque pensaba que en arte sólo es válido un argumento que no puede explicarse.
Paulina Vinderman elige un bote negro para dejarse arrastrar en la incerteza misma del vivir. El paso del atardecer a la noche, el de la noche hacia el alba, conforman el acto mismo de su creación: “Siempre dije que la poesÃa es una linterna, un fanal que ilumina los rincones sombrÃos de la existencia, pero también es abrir los ojos en lo oscuro, reconocer incluso los distintos colores de la oscuridadâ€.
La poeta Paulina Vinderman acaba de regresar, luego de ser presentada la edición mexicana (“Vaso Rotoâ€, México-España) de su recientemente publicado Bote negro (Alción Editora). Las presentaciones fueron en el Encuentro Internacional de Escritores de Monterrey y en la Feria del Zócalo (DF). Ella, que ya habÃa obtenido el Primer Premio Municipal de PoesÃa 2002-2003, entre otros galardones, ahora verá distribuido en España su último –décimo– libro.
Paralelamente, la Universidad Autónoma de Nuevo León y Posdata Ediciones publicaron la AntologÃa, que reúne una selección de sus insoslayables poemas: “Los gansos salvajesâ€. Desde este tÃtulo, es notorio que su poética remite a un “encantamiento de lenguaje para enfrentar un mundo desencantadoâ€. En ambas ediciones, Vinderman refiere a “la infinitud y la perplejidad existencialâ€, además de la conciencia de la escritura.
Como afirmara el destacado crÃtico mexicano Juan Carlos Calvillo, “la poeta nos recuerda que el poema no es sólo experiencia humana hecha lenguaje sino, ante todo, lenguaje que se vive como experiencia... Sus poemas recuerdan la hermosa modestia de los antiguos grabados orientales vueltos a menudo a uno mismo con tan sólo encuadrarlos en la incertidumbre del tiempo y la cercanÃa de lo amadoâ€.
En este libro, la escritura es objeto de especulación filosófica, al tiempo que el dÃa a dÃa y el pasado se atropellan dejando unas piedritas a su paso. Unas piedritas llenas de belleza y de verdades que las semejan a amuletos. Encendida y honda poesÃa que conjura la pérdida.
“No hay fronteras en el paÃs de la memoria –escribe Paulina Vinderman–. El poema es una tierra sin distinción, donde marzo / es tan prometedor como noviembre.â€
En el recorrido mágico a bordo de este bote negro, se vive en el poema:
“Viajaré por la página de la noche sin mentir, / viajaré otra vez por mi rÃo barroso que se cree marâ€.
Escribir para vivir, crear para entender. La poesÃa de Vinderman configura el mundo.
En la actualidad, Paulina Vinderman, además de ultimar su próximo libro, traduce Dickinson, Plath, Ondaatje, entre otros poetas de habla inglesa, para diversos medios literarios y, como ella dice, “por puro placer personalâ€, además de sus clases y seminarios.
Amelia Biagioni sostuvo sobre Vinderman que es una de las voces contemporáneas más trascendentes de nuestra poesÃa argentina escrita por mujeres.
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