Desde que le toc贸 hacer de la hija desagradable 鈥搇inda pero vulgar y sobradora鈥 del matrimonio tremebundo de Married with Children (la serie que tuvo su r茅plica en la argentina Casados con hijos, donde Luisana Lopilato hac铆a lo propio), Christina Applegate fue cultivando ese perfil de rubia re bonita y guarra que la convierte en algo as铆 como una bomba de estruendo escondida en una caja con mo帽itos. Porque no hay nada l谩nguido ni angelical en Christina sino todo lo contrario: hace un par de a帽os se la vio por ejemplo en Amor a distancia, esa comedia rom谩ntica donde era la hermana de Drew Barrymore y la gracia que la defin铆a era practicar dry humping con el marido (algo as铆 como 鈥渃oger en seco鈥, frot谩ndose como adolescentes a trav茅s de los jeans). Christina es capaz de llevar adelante bromas por el estilo y salir con el glamour intacto, como esa otra gran comediante de nariz respingada que es Miss Piggy, y la misma actitud le permiti贸 estar a la altura del desacatado de Will Ferrel en El reportero, donde era la contracara femenina y en tailleur de un comediante que, como todos saben, est谩 completa y orgullosamente loco.
En Up all Night, que ya va por su segunda temporada, Christina le pone el cuerpo a una madre primeriza y es el centro de un tri谩ngulo equil谩tero de comediantes que se completa con Will Arnett y Maya Rudolph, la mejor amiga que es conductora del talk show que Christina produce (si todav铆a no vieron a Maya b煤squenla en episodios de Saturday Night Live o en Damas en guerra, vale la pena conocer a esa mujerona con aire a Tina Turner cuando no era vieja). Arnett y Applegate interpretan a Reagan y Chris Brinkley, una de esas parejas treinta帽eras y profesionales de buen pasar econ贸mico con un auto canchero y casa en los suburbios, y la paternidad no estaba de momento en sus planes, as铆 que en el primer cap铆tulo se los vio chequeando varios evatests con ojos desorbitados. Cuando las dos rayitas del test de embarazo se convirtieron en una bebita de ojos claros llamada Amy, la flamante familia se reestructur贸 de una manera m谩s bien at铆pica: pap谩 Chris quiso dejar su estudio de abogados para quedarse en casa a cuidar a la hija mientras Reagan retom贸 su trabajo despu茅s de unos meses de licencia. La vieja costumbre de la pareja de salir toda la noche y despertar con resaca tambi茅n tuvo que quedar de lado, aunque en un cap铆tulo el festejo de su aniversario los tent贸 a una cita con tragos y karaoke, y el d铆a siguiente los encontr贸 puteando porque hab铆a que levantarse a atender a la ni帽a.
En la segunda temporada, los papis se pasan la posta y Chris retoma la vida laboral para que Reagan se quede en casa, pero el cambio no se plantea como una vuelta a la normalidad 鈥搊 a la norma鈥 sino m谩s bien como una manera de ir adapt谩ndose a los deseos fluctuantes de cada uno. Es Ava (Maya Rudolph), la amiga que ni por asomo quiere tener hijos y no sabe ni c贸mo se agarra un beb茅, la que sigue poniendo una nota de extra帽eza en eso de 鈥渟er padres dos personas que antes no eran padres鈥 (por obvio que parezca), porque Ava es capaz de caerles una noche cualquiera de la semana con un champ谩n fr铆o en la mano y tentarlos para que todo siga siendo como antes, donde 鈥渁ntes鈥 vendr铆a a ser ese para铆so perdido de los padres cuando caen en la cuenta de que ya no siempre pueden hacer lo que quieren. O un poco pueden, cuando tienen a mano una ni帽era, pero ni excesivamente quejosos ni santurrones, Reagan y Chris pueden adorar a su bebita y morirse de ganas de salir de joda alguna noche los dos solos o proponerse nuevos proyectos en el trabajo: es esa mezcla de dulzura y de vulgaridad de Christina Applegate la que da el tono a la serie y su idea de maternidad, y le permite decir cosas como 鈥渄eber铆amos putear menos鈥 pero enseguida, mirando embelesada a Amy, declarar, con toda la sinceridad del mundo: 鈥淓s m谩s linda que la mierda鈥.
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