La colecci贸n Save the story, ideada por Alessandro Baricco, sac贸 del arc贸n a Don Juan, a Luc铆a Mondella y Renzo Tramaglino, a Cyrano de Bergerac (Ant铆gona, Gulliver, el capit谩n Nemo, Gilgamesh, el Rey Lear y Rodion Raskolnikov esp铆an por la luz de las bisagras hasta que les llegue su turno) y tambi茅n a la nariz del mayor Kovaliov. Andrea Camilleri, el 鈥渃apo del policial italiano鈥, eligi贸 contar el cuento de Gogol 鈥搒u abuelo elegido: 鈥淐omo escritor, yo considero a Gogol uno de mis abuelos (el otro se llama Laurence Sterne). Pero no estoy nada convencido de que ellos me consideren nieto suyo鈥濃 y lo hizo con hilaridad y elegancia. La nariz de la historia que cuenta 鈥撯渆xplica鈥濃 Camilleri fue coloreada sin falacias, con humor y con el encanto de las acuarelas que iluminan a煤n m谩s el prisma de las alucinaciones por la ilustradora Maja Celija (Eslovenia, 1977). Entonces una nariz 鈥揹igamos mejor esta nariz鈥 emerge triunfante en palabra y en imagen acentuando el prop贸sito de Gogol y ahora tambi茅n el de Camilleri. Ah铆 est谩 el mayor Kovaliov, primero frente al espejo descubriendo un espacio perfectamente liso en el lugar de la nariz y despu茅s dici茅ndole a su nariz perdida en contenido grito de reclamo que debe volver a su cara porque 茅l no es un verdulero ni un campesino (seg煤n el mayor a la clase inferior se le pod铆a permitir dejarse ver sin nariz, como si desde siempre estuvieran obligados a afantasmarse) sino un hombre muy distinguido a punto de convertirse en gobernador. Pero la nariz que pasea por los barrios de San Petersburgo y viaja en carruaje, sin ansiedad ni mora despu茅s de amanecer ese mismo d铆a adentro de un pan crujiente 鈥搎ue iba a ser el desayuno del barbero Iv谩n J谩kovlevich鈥 y de ser lanzada como un paquete in煤til al r铆o desde un puente, no parece extra帽ar la cara de nadie y mucho menos la de un funcionario que presta servicio en una administraci贸n que no es la suya, a juzgar por los botones que luce. La saga, el chiste, la met谩fora gogoliana, truena radiante en el suspenso que le agrega con talante consagratorio el escritor siciliano que en 1994 nos mostr贸 por primera vez el comp谩s de espera del comisario Montalbano en su novela La forma del agua. Hay m谩s, no s贸lo hace par茅ntesis y recuerda 鈥搇o hace en medio del relato, oficio hacedor del policial negro鈥 los infortunios de censura que vivi贸 Gogol en 1835 cuando quiso publicar el cuento, sino que en el final y como devoto lector les cuenta a sus nietos y a los nietos de todos los que quieran qui茅n era Nikolai Gogol, el hombre que fue un nene muy t铆mido y que a pesar de su retraimiento pens贸 seriamente durante un tiempo en convertirse en actor, y c贸mo con 茅l irrumpi贸 triunfal el pueblo en la literatura. En su versi贸n original rusa y ahora tambi茅n en esta italiana dise帽ada especialmente para los m谩s chicos, el cuento del hombre que qued贸 sin una nariz pegado ser谩 un refugio de artes dignas que vuelve a nacer en un territorio inestable, la traducci贸n cotidiana de los anhelos siempre dislocados y tambi茅n el diario 铆ntimo o la libreta algo tiznada donde suelen aparecer dibujadas las lombrices que los peque帽os lectores pescan en el duelo infinito por una infancia sin dientes de leche.
La historia de La Nariz
Andrea Camilleri
Scuola Holden Anagrama
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